México D.F. Sábado 13 de diciembre de 2003
Los capitales español y francés
tienen 43 y 20 por ciento de la capacidad otorgada, según la CRE
Controla la IP 35 por ciento de la generación
de electricidad
Hasta el momento el gobierno ha otorgado 230 permisos
a particulares, cuya capacidad llega a 19 mil 430 megavatios Proponen
expertos suprimir la categoría de productores independientes
ISRAEL RODRIGUEZ
Pese a la inconstitucionalidad de participación
de particulares en la generación eléctrica en México,
la producción que realizan estos ha crecido en forma acelerada,
con 230 permisos vigentes y una capacidad instalada permitida de 19 mil
430 megavatios (MW), equivalente a 35 por ciento del total.
Actualmente, los capitales español y francés
controlan 43 y 20 por ciento de la capacidad otorgada, respectivamente.
Firmas canadienses, estadunidenses y japonesas se reparten el resto, según
revelan cifras oficiales de la Comisión Reguladora de Energía
(CRE).
La figura jurídica privada más preocupante
e importante es la de productor independiente, en la que todos los permisionarios
son filiales de empresas extranjeras. Se han concedido 17 permisos que
suman 9 mil 711 MW y representan 16 por ciento del parque de generación
de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
De continuar esta tendencia, se prevé que en 2011
el sistema eléctrico nacional tendrá instalados 63 mil 214
MW, de los cuales alrededor de la mitad estarán en manos de empresas
extranjeras operando bajo la figura de productor independiente.
En los hechos, a partir de las reformas introducidas en
1992 en la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica
(LSPEE) se permite a los capitales privados participar en la generación
eléctrica, lo que va en contra de lo dispuesto en el artículo
27 constitucional.
Sin embargo, a partir de 1997 se ha impulsado la presencia
de importantes inversionistas que, bajo la categoría de productores
independientes o de empresas asociadas de autoabastecimiento, continúan
violando los preceptos constitucionales.
Ante este escenario, Ifigenia Martínez, maestra
emérita de la Facultad de Economía de la UNAM, y los especialistas
Octavio Cortés, Carlos Huerta y Santiago Espinosa proponen que la
LSPEE sea sustituida por una ley reglamentaria del artículo 27 constitucional
en materia de energía eléctrica. "Para no perder la importancia
del concepto de servicio público se le podría denominar ley
del servicio público de energía eléctrica reglamentaria
del artículo 27 constitucional".
Ifigenia Martínez, integrante también del
Consejo Político del Partido de la Revolución Democrática
(PRD), consideró que este incremento en la participación
privada en la industria eléctrica tiene en contrapartida el estancamiento
de la electricidad generada por los organismos públicos.
Advierte que por sus potencialidades la figura de importador-
exportador también entraña un riesgo importante. Hasta la
fecha se han otorgado seis permisos para exportar por la frontera norte,
y uno por el sur. Suman dos mil 186 MW, equivalentes a 6 por ciento del
parque de generación de la CFE.
Sobre este tema, Víctor Rodríguez-Padilla,
investigador universitario especialista en temas energéticos, señaló:
"La instalación de centrales en la frontera norte, dedicada exclusivamente
a producir electricidad para el país vecino, plantea riesgos diversos;
el más importante es el de seguridad nacional. Cuando el Congreso
aprobó esta figura buscaba que aquella energía no aprovechable
por el sistema retribuyera beneficios a la nación, generando divisas.
El objetivo nunca fue permitir la maquila de electricidad con gas importado
ni la extensión del sistema eléctrico estadunidense en territorio
nacional".
Para corregir la anterior situación de abuso de
la categoría de servicio público, el maestro emérito
de la Facultad de Ingeniería y ex funcionario de la CFE Jacinto
Viqueira propone suprimir "la categoría de productores independientes
de energía eléctrica. Los contratos existentes se convertirán
en contratos de tipo construcción-arrendamiento- transferencia (CAT),
actualmente obra pública financiada, pasando estas plantas generadoras
a ser operadas por la CFE, lo que no presenta ningún inconveniente;
por el contrario, tiene algunas ventajas para los inversionistas extranjeros,
actualmente propietarios de esas plantas".
Explicó que al liberarlos de la responsabilidad
de manejar las plantas, tarea para la cual CFE cuenta con probada experiencia,
"deben también modificarse las disposiciones sobre importación
y exportación de energía eléctrica en el sentido de
que se realicen con la participación de la CFE y mediante sus instalaciones".
Esto, agrega el experto, conlleva a un fortalecimiento
integral de las empresas públicas del sector y a contar con una
adecuada red institucional que garantice una política energética
de Estado, orientada a superar el estancamiento económico mediante
el fortalecimiento de la inversión y del mercado interno. Por su
parte, las empresas que no quisieran negociar la conversión de sus
contratos podrían, de acuerdo con disposiciones transitorias, esperar
hasta su vencimiento.
Para evitar la discrecionalidad con la que las autoridades
han actuado en el otorgamiento de permisos y de acuerdo con la Comisión
para la Reforma Eléctrica Integral del PRD se propone la creación
de la comisión nacional de energía, presidida por el secretario
del ramo, a propuesta del Presidente de la República y con la aprobación
de dos terceras partes de la Cámara de Senadores. En la mencionada
comisión estarán representadas todas las otras secretarías
de Estado que tengan interés en el sector, en un plano de igualdad
con los directores generales de las empresas, los representantes de los
sindicatos y los responsables de las comisiones especializadas pertinentes
y de los institutos de investigación y desarrollo del sector.
La comisión nacional de energía sería
la encargada de elaborar los planes con visión de largo plazo, 20-30
años, y los planes de seis años, que serían aprobados
por el Congreso como documentos de intención. Los presupuestos trianuales
de inversión y los operativos anuales serían aprobados por
la Cámara de Diputados.
También se propone un consejo consultivo donde
estarían representados la sociedad organizada (trabajadores, empresarios,
academia y otros) y el Legislativo federal y locales, que estarían
vinculados a la CNE mediante un secretariado técnico, el cual podría
operar regionalmente. Este consejo consultivo tendría un carácter
deliberativo y propositivo, pero no intervendría en asuntos operativos
del sector.
La maestra Ifigenia Martínez destacó que
un asunto de la mayor importancia y urgencia que deben abordar los partidos
y el Congreso es cambiar la Ley de la Comisión Reguladora de Energía
para suspender de inmediato la firma de contratos pendientes, la celebración
de nuevas licitaciones y el otorgamiento de cualquier permiso adicional
a los ya otorgados que, hoy por hoy, son inconstitucionales.
Los especialistas afirman que son las políticas
neoliberales las que tratan de privatizar el sector, por su alta rentabilidad
y por ser el último reducto de la empresa pública junto con
los hidrocarburos, que hay que defender. "El sector eléctrico en
México es rentable y debe seguir perteneciendo a la nación".
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