México D.F. Sábado 13 de diciembre de 2003
Ana María Aragonés
¿Nueva política migratoria?
El secretario Derbez ha enmarcado lo que el gobierno considera
como una "política migratoria" para México, y es nada menos
que firmar acuerdos migratorios con distintos países que permitan
a un número de mexicanos residir y trabajar en el extranjero. Su
idea es iniciar con España por "la relación de siglos que
tenemos" y seguirlo planteando con otras naciones. Según sus palabras,
se tratará de empezar a definir el esquema y el número de
personas que podrían verse beneficiadas en su próximo viaje
a Madrid y se buscará ampliar el que se tiene con Canadá
(La Jornada, 9 de diciembre).
Tal parece que el gobierno está decidido a que
México siga desempeñando el papel de país productor
de migrantes.
España, con la que supuestamente se iniciaría
esta nueva "política migratoria", es el modelo exitoso de cómo
un país logró revertir su tendencia de expulsor a país
receptor, gracias no sólo a su evolución política
que puso fin a la dictadura franquista de 40 años, sino a una serie
de transformaciones económicas y sociales que le permitieron incoporarse
a la entonces llamada Comunidad Económica Europea.
Los datos de extranjeros que se encuentran en ese país
son impresionantes, pues de 1992 a 2000 el número de personas procedentes
de las naciones en desarrollo aumentó 214 por ciento anual, cifra
muy superior al aumento de 60 por ciento de extranjeros procedentes de
países industrializados. Las dos nacionalidades más numerosas
son la marroquí y la ecuatoriana. Entre 1995 y 2000 la población
inmigrante total era de 895 mil 720. Una característica de su mercado
laboral es su estratificación por grupos étnicos y por cuotas,
produciéndose nichos laborales. Ochenta y seis por ciento de los
latinoamericanos y 89 por ciento de los asiáticos trabajan en el
sector servicios, 39 por ciento de los africanos en la agricultura y 15
por ciento de europeos orientales en la construcción (Nieves Ortega
Pérez). Por el contrario, el número que proviene de América
del Norte (EU, Canadá y México) es casi insignificante. Aunque
quizá ahora, gracias a "la política migratoria" se irán
incrementando sus contingentes y habrá que ver cuál es el
nicho laboral que corresponde a los trabajadores mexicanos.
Lo que habría que destacar es que España
también presenta el problema de los migrantes indocumentados, que
para 2000 se contaron en 200 mil. Y si bien en los años 1996, 2000
y 2001 se emprendieron programas de regularización, las dificultades
para renovar los permisos han obligado a muchos inmigrantes a volver a
la situación indocumentada. Se ha establecido un sistema de cuotas
dirigido a periodos de escasez de mano de obra, pero los sindicatos y los
patrones no están de acuerdo, pues señalan que las necesidades
laborales quedan insatisfechas, ya que en 2002 se redujo la cuota en casi
10 mil trabajadores. Todo esto no sólo da lugar a un incremento
de los trabajadores indocumentados, sino que parecería que el gobierno
español lo que quiere es disminuir la migración.
Ante esta situación, habría que preguntarse
cuál es el objetivo del presidente Aznar al proponer al canciller
Derbez un posible acuerdo migratorio, cuando además parecería
tener internamente los trabajadores suficientes para incorporarse a los
nichos laborales si éstos fueran regularizados.
Esta política migratoria es la más clara
prueba del fracaso del proyecto económico, político y social
de este gobierno. Es no sólo el reconocimiento de que nuestro producto
más importante de exportación son los trabajadores mexicanos,
sino que se intenta institucionalizar su expulsión al no ofrecerles
los satisfactores necesarios.
Evitar el triste camino del no retorno de la migración
pasa, entre otras cosas, por oponerse a los intentos de hegemonía
de Estados Unidos, reorientar la política económica y por
buscar inscribirse en un proyecto regional de envergadura que convierta
a Latinoamérica en el espacio de libertad de intercambios comerciales,
financieros y, por supuesto, sin obstáculos para el libre movimiento
de la fuerza de trabajo.
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