TLAHUALILES

PRONTO EL BARRIO del Pedregal en Sahuayo, Michoacán, estará lleno de actividad, pues el 25 de diciembre termina el ciclo anual de la danza de los tlahualiles. Los grandes tocados o penachos que se hicieron nuevos para celebrar el 25 de julio al apóstol Santiago el Mayor, se han utilizado en diferentes ocasiones durante el año.

EN MÉXICO la representación de la lucha entre las fuerzas del bien y del mal es muy antigua, aunque seguramente la coreografía actual de la danza de los tlahualiles es consecuencia de la que se implantó en los primeros años de la Colonia. Si bien los personajes principales de la danza están ataviados con grandes tocados o penachos, son vencidos por Santiago Matamoros, representado por varios ejecutantes llamados ''mulitas". Están vestidos con largas capas de color rojo; sobre un paño blanco que baja hacia los hombros, llevan un sombrero de palma pintado en color crema claro y ''montan" un pequeño caballo blanco que llevan atado al cuerpo; como arma, blanden un largo machete.

MAS DE CUARENTA GRUPOS EN SAHUAYO

EN SAHUAYO hay más de 40 grupos de tlahualiles; suelen llevar como nombre el de las familias que los organizan o el de los barrios o las calles donde se reúnen. Hay un encargado principal y un maestro. El número de integrantes varía según el grupo; pueden ser entre 12 y 40 personas.

LOS PENACHOS o tocados están manufacturados con una estructura de vara, sobre la cual se colocan cartones o placas de espuma rígida de plástico; por lo general tienen una parte central del ancho de los hombros que llega a la mitad del tocado. De esta especie de casco salen otros elementos simétricos y sobre ellos se colocan infinidad de pequeñas plumas de colores. En los últimos tiempos se han integrado plumas de avestruz también teñidas; completan la decoración de cada tocado, símbolos prehispánicos como numerales, grecas y sellos. Una máscara se integra al casco y, en ocasiones, otra cubre el rostro del danzante.

GRANDES PENACHOS

DESDE HACE unos 15 años los penachos se fueron haciendo más grandes. En la actualidad tienen 1.50 metros de altura, aunque los hay de hasta dos metros. Seguramente estos tocados son los más grandes de las danzas en México. Es interesante ver cómo los danzantes controlan penachos que fácilmente superan la altura del ejecutante, les colocan dos cordones rematados por borlas que van desde la parte media del penacho hasta los hombros; las sujetan con ambas manos. Su peso puede llegar a 25 kilos; descansa sobre la cabeza y puede tocar los hombros, aun así se desplazan y ejecutan pasos con gran habilidad.

LA DANZA no cuenta con un conjunto acompañante de músicos, pero cada grupo lleva su propio ritmo que marca sus pasos. Impresiona ver reunidos a todos los grupos para celebrar la fiesta patronal; acompañan a la imagen por las calles y barrios danzando en dos filas.

SI BIEN CADA PENACHO es diferente, el traje de cada grupo es uniforme; por lo general consiste en largos sacos o chalecos que llegan hasta la rodilla, les fijan tiras de flecos de los que penden infinidad de canutos o ''carruchos" como les llaman ahí, de unos cinco centímetros de largo, hechos de hojalata enrollada sobre un alambre grueso. Por la parte superior se introduce una de las barbas del fleco y se aplasta levemente para fijarlo; el choque entre ellos al danzar produce un sonido parecido a los cascabeles. Todos llevan en la mano un palo redondo de unos 75 centímetros, con él se defienden de los (mulitas) caballeros de Santiago; cuando éstos los vencen, los tlahualiles ponen una rodilla en el piso.

Dibujo de Marco Buenrostro

Fotografía de la Secretaría de Turismo de Michoacán



 


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