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México D.F. Miércoles 10 de diciembre de 2003
Néstor Bravo Pérez
Juan Orol en Suiza
ƑDe dónde abreva el artista para crear? La percepción del productor recorre, como la de cualquier otro ciudadano, como la de cualquier civil, la calle y la vasta red de datos que es lo cotidiano.
En las ciudades contemporáneas, el cúmulo de información que contiene la vida diaria se desborda de tal manera que nos lleva a articular y a organizar utilizando todos los recursos a nuestro alcance; cada dato es asimilado desde la subjetividad del individuo, sin embargo toda la carga significativa que tiene el entorno se asimila y procesa conformando criterios, códigos y visiones estéticas con la capacidad que da la cultura.
Las imágenes juegan un papel importante en la manera de significar el mundo. Las fuentes que utilizamos son diversas. Para poder comprender el mundo nos acercamos al cine, la televisión y la publicidad, en algunas ocasiones, y quizá con cierta desconfianza (lo digo porque en un país como el nuestro sorprende ver lo vacíos que están los museos), también recurrimos al arte. El productor plástico se acerca a otros lenguajes, a los utilizados por la artesanía, por el diseño o por la publicidad y desde ahí genera su trabajo.
Me parece importante decir que en la medida que el artista utilice estos recursos los valida como artísticos o, en otra perspectiva, promueve una dilución de los criterios, de las fronteras que separan y distinguen el arte de la publicidad, por ejemplo. En ese sentido el arte ya no es un objeto o una experiencia (como en el caso de los performances), sino una evaluación de ese objeto y esa experiencia.
Qué nos permite pensar que Juan Orol es una gran artista, un gran cineasta; qué lleva a suponer que el trabajo de Ed Wood deba ser homenajeado a tal grado que se le ha convertido en personaje de culto. El cine muestra un futuro muy acá desde una perspectiva churresca y es posible entenderlo como artístico. En el trabajo de Olaf Breuning, que se presenta en Museo de Arte Contemporáneo Carrillo Gil, particularmente en el realizado con video, hay una cercanía muy fuerte con la estética de Orol, es decir, podemos encontrar mezclas inverosímiles de personajes en una trama sorprendente que hace convivir vikingos con changos, algo así como la mítica película Charros contra gánsters.
En MTV, el canal de videos, les ha dado por promover una especie de violencia imbécil mediante un personaje que se videograba, valga la paradoja, cometiendo accidentes. Son puntadas que llegan a provocar risa. De alguna manera el arte se ha visto afectado por estas tendencias mediáticas. En principio, la cercanía con la puntada, con el chascarrillo vil. El arte en sus revisiones y búsquedas se encuentra con objetos que fueron motivo de crítica, lo que en algún momento fue considerado ''naco" o temáticamente irrelevante desde la visión artística dominante, ahora se ha convertido en paradigma de estetas, curadores y artistas.
Juan Orol viajó a Suiza y fue determinante en la formación del artista plástico Olaf Breuning. La mecánica, la dinámica que sigue este autor suizo se puede ubicar en este espacio donde las fronteras entre arte y publicidad, entre arte y televisión se han diluido o son apenas perceptibles. La propuesta de Breuning es de entretenimiento y muchos de sus trabajos parecen estar creados a partir de una puntada; de ninguna manera se establece una preconcepción que dirija el trabajo.
En otros casos, por ejemplo en las imágenes fotográficas, el tratamiento y el discurso son muy cercanos a la publicidad, como en ''bombardero", que se acerca bastante a los calendarios de refacciones automotrices.
Breuning propone una muestra de lo que sucede en el arte contemporáneo en la medida que muestra una especie de acercamiento antropológico, en este caso con cierto carácter cómico, a la realidad que nos circunda, poniendo en evidencia un imaginario, una cultura que establece parámetros para comprender el mundo en el que vivimos.
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