México D.F. Miércoles 10 de diciembre de 2003
Segundo ataque de chechenos en menos de una
semana; lo atribuyen a viudas negras
Seis muertos y 16 lesionados, el saldo de un atentado
suicida en Moscú
Asegura el alcalde de la capital rusa que el objetivo
era la sede de la Duma
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 9 de diciembre. Una fuerte explosión,
esta vez en pleno centro de la capital de Rusia, causó hoy seis
muertos y 16 heridos, de los cuales cinco se hallan en estado grave, en
lo que las autoridades consideran un nuevo atentado suicida de los separatistas
de Chechenia, el segundo en menos de una semana.
El
acto terrorista -con el mismo tipo de artefacto, a base de trinitrotolueno
y cinturones, pegado al cuerpo y con piezas metálicas y municiones
para aumentar la fuerza destructiva- tuvo todas las características
de los ataques realizados por las llamadas viudas negras, chechenas
que perdieron a sus maridos, padres o hijos en la guerra que las tropas
federales libran en esa república del Cáucaso del Norte.
Junto a la entrada del lujoso hotel Nacional, frente al
Kremlin y la Plaza Roja, una mujer de entre 20 y 25 años de edad
hizo estallar la bomba que llevaba en una mochila, creyendo aparentemente
que ese edificio era la sede de la Duma (Cámara de Diputados), que
se encuentra a escasos 50 metros.
La hipótesis fue adelantada por el alcalde de Moscú,
Yuri Luzhkov, quien declaró a la televisión rusa que un testigo
reveló que minutos antes del estallido y a unas dos cuadras del
lugar de los hechos dos mujeres de "aspecto caucásico" le preguntaron
cómo llegar a la Duma.
Otro dato que apuntala la "pista chechena", se comenta
aquí, es que el atentado ocurrió apenas unas horas después
de que la policía capitalina dio por concluido, en la madrugada
de este martes, el dispositivo especial de seguridad montado en ocasión
de los comicios legislativos del pasado domingo.
Dos días antes de las elecciones, en Esentuki,
localidad colindante con Chechenia, varios atacantes suicidas en un tren
provocaron la muerte de 44 personas e hirieron a 170. Las autoridades alertaron,
entonces, sobre el peligro de que se repitiera una tragedia similar en
Moscú o en alguna otra ciudad grande de Rusia.
Luzhkov, basándose en el video grabado por el sistema
automático de vigilancia del hotel, informó que todo parece
indicar que otras dos mujeres participaron en el atentado: una murió
sin poder detonar sus explosivos, encontrados en una bolsa de plástico
junto a los fragmentos de un cuerpo (luego el artefacto fue neutralizado
por un robot), y la otra, un poco mayor y que parecía ser la coordinadora
del grupo, habría escapado.
No es claro esto último, debido a que los investigadores
todavía no saben si pertenecen a dicha eventual cómplice
los pedazos de cuerpo encontrados a unos 60 metros del sitio de la explosión,
o son restos de una transeúnte.
Cuando explotó la bomba tuvo la mala suerte de
pasar por ese lugar, de por sí concurrido y uno de los más
emblemáticos de Moscú, un nutrido grupo de estudiantes que
se dirigían al edificio antiguo de la Universidad Lomonósov
y a una academia de medicina, cercanos al Nacional.
Tampoco se descarta que la posible "tercera terrorista"
haya huido y se trate de la misma mujer de entre 40 y 45 años de
edad que fue vista en el aeródromo de Tushino, cerca de las chechenas
suicidas que se inmolaron durante un concierto de rock el pasado 5 de julio,
causando más de 20 muertos y cerca de 70 heridos.
Putin y la Constitución
Al momento de ocurrir el atentado suicida de hoy, el presidente
Vladimir Putin estaba reunido en el Kremlin con los presidentes de los
parlamentos de los llamados Sujetos de la Federación, las 89 formaciones
territoriales que integran Rusia, en una ceremonia consagrada al décimo
aniversario de la Constitución promulgada el 12 de diciembre de
1993, poco después de que el entonces presidente, Boris Yeltsin,
disolvió a cañonazos el anterior Parlamento.
Apenas tuvo conocimiento de los hechos, Putin afirmó
que los "terroristas atentan contra la economía de mercado, la democracia,
el desarrollo y la integridad territorial del país refrendados en
la Constitución".
En esta ocasión el mandatario ruso no puso el acento
en el "terrorismo internacional" como origen de todos los males en Chechenia,
quizá como parte de un intento por recomponer su imagen en el exterior
ante las duras críticas que recibió por la cuestionada forma
en que aseguró el triunfo de su partido, Rusia Unida, en las elecciones
legislativas del domingo pasado.
Putin aprovechó la ceremonia para mandar fuera
de Rusia otro mensaje tranquilizador respecto de la tentación autoritaria
que se presume le da tener dos tercios de los votos de la nueva Duma, al
decir que en este momento hay cosas más importantes que modificar
la Carta Magna.
En realidad, como Rusia Unida y sus aliados sobrepasan
con más de 100 escaños la mayoría absoluta de 226
votos, el Kremlin sabe que en los próximos años será
aprobada de modo mecánico cualquier iniciativa de ley que envíe.
Los expertos coinciden en que no es necesario ahora plantear
el tema de las reformas a la Constitución. El tema debe aparecer
en agenda en el último año del segundo periodo presidencial
de Putin, en 2007.
Entonces se sabrá si el propio Putin prefiere "heredar"
el poder a algún miembro de su entorno, el clan de San Petersburgo
y los servicios de seguridad, o si se aplica una fórmula para extender
su gestión al frente de Rusia.
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