LETRA S
Diciembre 4 de 2003
_______
 
Voluntades comprometidas
 

Antonio Chamorro

Hace unos días tuve la oportunidad de conocer algunas de las acciones en prevención de VIH/sida en HSH que se están realizando en Brasil, específicamente en la ciudad de Curitiba: ciudad moderna con contrastes interesantes.

En la actualidad este país es reconocido como uno de los mejores en el combate al VIH/sida. Se realizan acciones directas y efectivas de prevención y atención, con enfoques integrales; principalmente con la participación de la sociedad civil organizada. Según la voz de los protagonistas brasileños, el proceso requirió romper barreras: que cada uno de ellos se "bajara de su estrella" y colaborara para un beneficio común, sin soslayar sus diferencias. Esto en un proceso largo, de años: voluntades comprometidas a una causa colectiva.

En México actualmente se cuenta con redes y organizaciones que desempeñan una labor importante contra el VIH; no obstante, no hay voluntades comprometidas. El gobierno federal destina pocos recursos para la población de hombres gay y HSH, que provoca que los diferentes grupos se confronten por ellos y generen diferencias y resentimientos. Hay, además, "estrellas" o "vacas sagradas", intocables e incuestionables, que eclipsan el desarrollo de nuevos liderazgos. Ciertamente, su labor debe reconocerse como importante en los avances obtenidos, pero es necesaria la participación de más sectores para un combate real: fomentar las voluntades comprometidas de jóvenes, mujeres y transgéneros, entre otros.

¿Qué es una voluntad comprometida?
Es un proceso personal; es la inspiración para el trabajo; es soñar que mañana será mejor que hoy, gracias al esfuerzo que puedo realizar este día; es reconocerme como parte de mi comunidad y ser empático con ella y sus necesidades; es poder estar en las nubes sin perder los pies del suelo; es compartir la información; es dar mi mano; es ver a los otros como compañeros; es reconocer que me equivoco y puedo aprender mucho de los demás; es dar las gracias; es sonreír. Es respetar al otro como me respetaría a mí mismo(a); es también darme mi tiempo de reflexión; es querer ser feliz con todas las ganas y así poder hacer un poco más feliz a los que me rodean.

¿Cómo lograr una voluntad comprometida en todo el país?
Comenzando por un trabajo personal, una dosis de "ubicatex" para saber dónde estoy parado, porqué estoy ahí y dónde quiero estar; después, mirar a nuestro alrededor y reconocernos como compañeros en un mismo ideal. No es necesario aclarar que todos pretendemos una misma finalidad: un país que no se vea vulnerable al VIH. Cada uno con sus ideologías, con sus trabajos, con su visión; pero todos con la misma voluntad. También fortaleciendo las redes municipales, estatales para conformar una nacional que incluya todos los aspectos relacionados con el VIH/sida: médico, psicológico, sociológico; con hombres, mujeres, jóvenes; homosexuales, heterosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero; que cubra también aspectos religiosos, culturales y económicos. Gobierno y sociedad.

Dirigente de Juventud Alfa, de Puebla, Puebla.