La Iniciativa de Ginebra admite el no retorno de cuatro millones de palestinos

Arafat apoya plan alternativo de paz que cede tierras palestinas a Israel

Tel Aviv descalifica el proyecto, que propone compartir la soberanía de Jerusalén

AFP, REUTERS Y DPA

Ginebra, 1o. de diciembre. Palestinos e israelíes firmaron aquí la Iniciativa de Ginebra durante una ceremonia a la que asistieron, entre otras personalidades, el premio Nobel de la Paz Jimmy Carter, mientras en los territorios palestinos reocupados continuaron las protestas contra ese plan alternativo de paz, respaldado este día por el presidente Yasser Arafat, en el que se proponen importantes concesiones territoriales a Tel Aviv y se renuncia al derecho a retornar de unos cuatro millones de refugiados palestinos.

Israel descalificó una vez más la Iniciativa de Ginebra, insistió en que el mapa de ruta -que nunca ha respetado- es la única base de negociación con los palestinos, y su ejército realizó una incursión que dejó cuatro muertos, entre ellos un niño de seis años.

Los dos principales artífices de la Iniciativa de Ginebra, el ex ministro israelí de Justicia, Yosi Beilin, y el ex ministro palestino de Información y Cultura, Yasser Abed Rabbo, pidieron a sus gobiernos tomar en cuenta este plan de paz alternativo.

"Hoy hemos revelado el secreto mejor guardado de Medio Oriente: la paz entre israelíes y palestinos es posible", dijo Yosi Beilin, estrechando la mano de Abed Rabbo.

"Trabajemos juntos. Tenemos una oportunidad en nuestras manos: el acuerdo de Ginebra es una fórmula para una solución histórica" del conflicto en Medio Oriente, dijo por su parte Rabbo. "Nuestros sueños nacionales no tienen por qué convertirse en la pesadilla del otro", añadió.

En una sorpresiva carta leída en el acto, el presidente palestino Yasser Arafat pidió al primer ministro israelí, Ariel Sharon, apoyar la propuesta de paz porque, expuso, sigue la senda transitada por el ex premier asesinado Yitzhak Rabin, quien buscó "una paz justa y completa" entre palestinos e israelíes.

El mandatario palestino condenó una vez más la construcción del muro de seguridad israelí en los territorios reocupados, al que calificó de "muro de separación racista", y pidió la implementación de la resolución 194 de la ONU, que establece el derecho de retorno de los refugiados palestinos a sus tierras dentro de las fronteras de Israel.

El ex presidente estadunidense Jimmy Carter, artífice de los acuerdos israelí-egipcios de Campo David en 1979, consideró que "la única alternativa a esta iniciativa es la continuación de la violencia".

Otros dos premios Nobel de la Paz participaron en la ceremonia: el irlandés John Hume y el ex presidente sudafricano Nelson Mandela, quien envió un mensaje en video.

Suiza facilitó las reuniones secretas que después de tres años culminaron en el plan de paz. Algunas se realizaron en Ginebra, por lo que se eligió el nombre de esta ciudad para bautizar la iniciativa. La ministra suiza de Relaciones Exteriores, Micheline Calmy-Rey, advirtió que "el camino es largo y difícil" y agradeció a los promotores del plan por haber "dado esperanza al mundo entero".

Según el proyecto, Israel evacuaría casi toda Cisjordania y Gaza y compartiría la soberanía de Jerusalén, mientras los palestinos renunciarían al regreso de más de cuatro millones de refugiados expulsados de Israel en 1948, así como de sus descendientes.

Sobre Jerusalén, la iniciativa establece que la soberanía será compartida. La zona que rodea el Muro de las Lamentaciones sería controlada por Israel, mientras que el Monte del Templo, lugar sagrado para judíos, cristianos y musulmanes, quedaría bajo tutela palestina. Ambas partes aceptarían la creación de un protectorado internacional que garantice el libre acceso de creyentes de las tres religiones a sus lugares sagrados.

Mientras tanto, Palestina fue escenario de numerosas protestas contra la iniciativa. La más concurrida fue en el campo de refugiados de Jabaliya, en Gaza, donde unas mil 500 personas convocadas por grupos islámicos acusaron a Abed Rabbo de traidor. Dos mil personas asistieron en Gaza a una conferencia nacional sobre el derecho de retorno de los refugiados y los "peligros que representa la Iniciativa de Ginebra".

Líderes de Al Fatah, movimiento de Arafat, condenaron la iniciativa al considerarla una traición al "derecho histórico del retorno que tiene el pueblo palestino". El movimiento radical Hamas pidió a la Autoridad Nacional Palestina que se pronuncie claramente sobre el plan.

En Jerusalén, el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, descalificó la propuesta al considerar que sólo el mapa de ruta es la base para las discusiones con los palestinos.

Una encuesta realizada por el diario Haaretz encontró que 31 por ciento de los israelíes apoya la iniciativa, mientras 38 por ciento la rechaza. Lo que sorprende a analistas es que 13 por ciento de simpatizantes del derechista Likud, del primer ministro Sharon, está de acuerdo con el plan. Para Beilin, "si la encuesta de Haaretz refleja correctamente la opinión pública significa que vamos en la dirección correcta".

Por otra parte, en una operación del ejército israelí en Ramallah, cuatro personas murieron, entre ellas un niño. Según las autoridades militares en los territorios reocupados, la acción se realizó para detener a activistas de Hamas acusados de terrorismo.

En El Cairo se pospuso la reunión de grupos armados palestinos con representantes del gobierno del premier palestino, Ahmed Qureia, en la que se discutiría un posible cese al fuego con Israel. Omar Suleiman, jefe de la inteligencia egipcia y patrocinador del encuentro, anunció que la reunión se aplazó debido a la operación militar israelí en Cisjordania. En una entrevista con The New York Times, el presidente sirio Bashar el Assad consideró que Israel obtendría seguridad y una paz permanente con Siria si devuelve los alturas del Golán.