México D.F. Domingo 30 de noviembre de 2003
Aparecen dos títulos auspiciados por
el proyecto
El plan poesía deducible rinde sus primeros
frutos
Trilce y Casa del Poeta invitan a apoyar ediciones líricas;
los recursos aportados se descontarán de los impuestos
CESAR GÜEMES
El concepto de poesía deducible, creado
por Editorial Trilce y la Casa del Poeta, ha rendido sus primeros dividendos
en los poemarios Pasmos, de Luigi Amara, y El perro de Koudelka,
de Julio Trujillo.
La propuesta del sello y el centro cultural permite a
los interesados participar en la edición de un libro de poesía
mediante una donación, cuyo monto es deducible de impuestos.
Con esa estrategia, Déborah Holtz, por Trilce,
y Mary Carmen Férez y Antonio Deltoro, por la Casa del Poeta, conseguirán
continuar con la serie Tristán Lecoq, proyecto que comprende al
menos 10 títulos para los próximos dos años.
Luigi
Amara, autor de Pasmos, es tajante respecto de la forma de medir
el impacto de la poesía entre los lectores: ''En la literatura y
el arte el criterio comercial no es importante. Para un título llegar
a mil lectores es una cifra muy alta. Claro, todos deseamos ser leídos
por muchas personas, porque el trabajo es para ser apreciado y no para
guardarse en una bodega; sin embargo, los índices de lectura en
el país no van a modificarse con programas de apoyo, porque éstos
institucionalizan el placer. Cercar a la lectura y los libros implica acartonarlos
y los convierte en una obligación. Nadie puede obligarnos a querer
a nuestros amigos, y tampoco nadie conseguirá hacernos apreciar
o no un libro. La receta para convertir a los libros en un bien cultural
deseable ya la encontró Carlos Abascal: prohibirlos para que el
acercarcamiento a ellos sea lo que siempre ha sido: un acto irreverente
y rebelde".
Julio Trujillo, quien da a conocer El perro de Koudelka,
amplía la idea: ''Se dice mucho que no hay utilidad real en la poesía,
pero lo es porque les ofrece a los lectores nuevas dioptrías para
ver el mundo, para condensarlo de una manera que invita a detenerse. Creo
que esa utilidad no es desdeñable. Sobre todo pienso que el lector
no debe sentirse incomodado por la poesía, porque en el fondo lo
que le espera es el goce literario y una forma novedosa de apreciar la
realidad".
Con motivo de las búsquedas y los hallazgos de
Pasmos,
Amara explica: ''Ese poemario surge de un interés por hacer lo que
en pintura son las naturalezas muertas: acercarse a una realidad estática
que ha estado aislada y ayudarla a que mantenga vida propia. Me acerqué
a hechos de la cotidianidad desde una perspectiva en ciertos casos detallista.
Quizá podríamos decir que la poesía en general intenta
aislar un pedazo de realidad, aunque lo que intenté fue llevar ese
aislamiento hasta cierto límite. Hay una intención naturalista
en cuanto a que en el libro intento diseccionar y describir la realidad.
Independientemente de que los poemas de Pasmos impliquen temas varios,
todos se ligan por esta perspectiva que señalo".
Acerca de El perro de Koudelka, Trujillo afirma:
''Mi libro parte de un aprecio y cercanía que tengo con el mundo
de lo animal, de lo salvaje. Quise llevar esa naturaleza al ámbito
de la poesía, de forma que aunque son piezas razonadas, se transparentara
en ellos una cercanía con lo animal. De modo que a lo largo de los
poemas busqué estudiar y enaltecer la naturaleza animal. Espero
que en el poemario estén claras esas intenciones y con esto digo
que en los textos hay un afán de sencillez a partir, por ejemplo,
del ritmo".
Pasmos y El perro de Koudelka serán
presentados este miércoles, a las 20 horas, en Contramar (Durango
200, colonia Roma).
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