México D.F. Domingo 30 de noviembre de 2003
"Fraude español", el sistemático
incumplimiento del Estatuto de Gernika, afirma
Madrid miente y desinforma para frenar Plan Ibarretxe,
sostiene el lehendakari
BLANCHE PETRICH
El presidente Juan José Ibarretxe parte de la convicción,
al presentar su iniciativa de ley para reformar el estatuto autonómico
que rige al País Vasco, que el Estado español "ha co-metido
un fraude" con la sociedad vasca por el sistemático incumplimiento
de ese me-canismo que ha regido a Euskadi en los últimos 25 años.
Y contra el argumento eje de la contraofensiva que desde Madrid trata de
hundir al Plan Ibarretxe -asegura que se trata de una "ruptura constitucional"-,
el lehendakari declara: "Eso es mentira".
Su propuesta de reforma -asegura- parte de las facultades
que, en su artículo 46, le otorga el propio Estatuto de Gernika
a los vascos para modificarlo.
Ibarretxe viajó a México, y su visita coincidió
con la tormenta política desatada por su proyecto que pretende otorgarle
mayores cuotas de autonomía al País Vasco. Apenas regresó
a Madrid de un viaje a Brasil, el jefe del gobierno español, José
María Aznar, buscó en los tribunales un fallo que declare
anticonstitucional lo que hasta ahora no es más que eso, un proyecto.
Como estrategia, el lehendakari evade en sus declaraciones
a la prensa la confrontación con el gobierno del Estado español,
que ha atacado su iniciativa desde todos los frentes: "He dicho una y otra
vez que no voy a responder a los insultos de Aznar con insultos".
En cambio, critica a la izquierda independentista vasca
-Socialista Abertzaleak, nue-vo nombre de Batasuna--, que contra
lo es-perado no rechazó el Plan Ibarretxe, sino que, recogiendo
el guante, ha entrado de lle-no al debate con una iniciativa propia.
"No ha sido nada positivo" lo hecho hasta ahora por Batasuna,
sostuvo el mandatario en entrevista con La Jornada. "Lo que tiene
que hacer es una cosa diferente; no tiene excusa, debe exigirle a ETA que
desaparezca de nuestras vidas de una vez y para siempre".
Serenar el debate, pide a Madrid
-Habla
usted de un nuevo tiempo político en el País Vasco. ¿Qué
marca este cambio, el violento rechazo de Madrid a su iniciativa, el compás
de espera en las acciones de ETA?
-Ninguno de estos factores. Lo realmente importante es
la voluntad de la sociedad vasca que hoy detesta, rechaza profundamente
la violencia de ETA. Y ésta no tiene más remedio que desaparecer
de una vez y para siempre de nuestras vidas, simplemente porque eso es
lo que exige la sociedad. Además, queremos tener capacidad para
decidir por nosotros mismos. En 2003 las sociedades son mayores de edad
y los ciudadanos queremos decidir nuestro futuro en paz y en libertad.
Por lo tanto, la violencia de ETA es espantosa, inhumana, que sobra y estorba.
-Las expresiones del presidente Aznar tienen una carga
de acusación y amenaza.
-La propuesta que yo estoy haciendo es para el diálogo
político, una base de partida para el diálogo. ¿Dónde?
En el Parlamento vasco. No es legítimo que ante una propuesta democrática
se den ese tipo de descalificaciones. No es una propuesta para la independencia,
no. Es una propuesta para convivir con el Estado español. Respetándonos.
-Independientemente del tono de las declaraciones, la
tensión es una realidad.
-Por eso hay que dar un nuevo paso, hay que serenar el
debate. Yo he hecho una propuesta política en nombre del gobierno.
A quien le guste, bien. Y al que no le guste, que no me insulte; que proponga.
-¿No hay comunicación con Madrid?
-¿Alguien entiende que teniendo los problemas políticos
que hay que resolver llevemos dos años, prácticamente desde
las elecciones, que Aznar y yo no hablemos? Hemos solicitado entrevistas
y diálogo. Y permanentemente hemos sido rechazados. El Partido Popular
(PP) es el único que no atiende las llamadas para dialogar conmigo.
Yo no sé si hablaríamos, en cuánto tiempo podríamos
llegar a un acuerdo. Lo que sí sé es que si no hablamos nunca
alcanzaremos un acuerdo.
-¿Quiere decir que está entre dos fuegos?
-No. Creo que el PP debe admitir que la democracia es
diálogo, que la sociedad vas-ca tiene derecho a hacer sus propios
planteamientos, y lo que tiene que hacer Batasuna es, no sé, otra
cosa diferente. Hoy no tiene ninguna excusa, tiene que exigirle a ETA que
desaparezca de nuestras vidas de una vez y para siempre e incorporarse
al debate político haciendo sus propuestas políticas, las
que tenga, pero legítimamente. Por tanto, de ninguna manera me siento
entre dos fuegos porque contamos con mayoría social inmensa; la
sociedad vasca está harta de ausencia de diálogo, harta de
que no seamos capaces de conseguir acuerdos entre los políticos.
-Usted ha dicho que su iniciativa es para negociar. ¿Con
qué fuerzas, si su coalición es mayoría absoluta en
el Parlamento?
-Hay que tener en cuenta que en el gobierno ya hemos hecho
un importante esfuerzo de diálogo con las tres formaciones políticas,
no solo el Partido Nacionalista Vasco, sino Euskal Arkatasuna, y una fuerza
federalista de Estado que es Izquierda Unida.
-¿Qué espera en el corto plazo?
-Que se abra el debate. Debemos ir afrontando las cosas
paso a paso. Yo no creo en las hipótesis. A veces en la política
se habla desde las hipótesis, y yo estoy harto de eso.
-Tendrá un cálculo de lo que puede suceder.
-Claro que lo tengo pero no quiero hacerlo frente a la
opinión pública. Lo que toca hoy es trabajar por el diálogo.
-En cuanto a la composición del Parlamento, ¿dónde
quedará la representación de los que votan por Batasuna?
Si no pueden participar en las próximas elecciones parlamentarias
debido a la ilegalización, ¿cómo ejercerán
su derecho a ser oídos?
-Me gustaría pensar que dentro de dos años,
cuando se celebren las elecciones, estaremos en un clima político
diferente, que la violencia de ETA habrá desaparecido.
-¿Cree que se lograría en dos años?
-Me gustaría que se lograra mañana.
-Además de voluntad hay que tener bases concretas
para creer que algo puede suceder.
-Yo estoy hablando de deseos. Mi deseo es ahora. Cuando
me dicen eso de querer la paz para nuestros hijos, siempre digo no. Lo
que quiero es paz para nosotros. Tengo dos chicas, y para ellas quiero
un país que tenga un nivel de bienestar estupendo, integrado a Europa
en la primera línea, que sea solidario con todo el mundo, que se
acepte al pueblo vasco pacífico y trabajador. Pero sobre todo, un
país en paz. Yo tengo 47 años y no conozco a Euskadi en paz.
-Plantea que cuando llegue el momento de votar el Plan
Ibarretxe se haga en un país sin violencia. ¿Cuáles
son las claves para lograr esta ausencia de violencia?
-Primero tiene que darse un proceso de diá-logo
en el Parlamento. Este tiene que aceptar un proyecto. En ese caso estaremos
en disposición de organizar una consulta para sa-ber si aceptan
o no. Esa consulta tiene una condición fundamental: debe hacerse
en un escenario de ausencia de violencia.
-¿Qué le responde a Aznar cuando dice que
el Plan Ibarretxe supone la expulsión del País Vasco
de España o de Europa?
-Forma parte de ese cúmulo de desinformación
y mentiras. El plan es para poder convivir con el Estado español
desde el respeto. Ese es el eje central sobre el cual se articula. No es
un plan para dar portazos.
-Parece que con este planteamiento su partido ha llegado
a la conclusión de que el cumplimiento de las transferencias autonómicas
contempladas en el Estatuto de Gernika ha llegado a un tope. ¿Qué
es lo que ha quedado pendiente, que no se ha cumplido?
-Son muchas cosas, más de 30 materias de enorme
importancia. Pero más allá, el gobierno español no
ha cumplido el estatuto ni la Constitución. Ha cometido fraude con
la voluntad de la sociedad vasca. La vía del estatuto nos ha demostrado
de que a más autogobierno, más bienestar. Demostramos que
cuando la competencia de educación pasó de ser administrada
por Madrid al País Vasco, ha mejorado. Lo mismo pasó con
muchas otras materias. La enseñanza del Estatuto de Gernika es que
cuando se cumple ha sido extraordinariamente positivo.
La importancia capital del estatuto
-¿Considera agotado el estatuto? ¿Es una
ruptura, como opinan en España?
-¡Hombre, por Dios! El Estatuto de Gernika tiene
una importancia capital. De hecho el debate y la propuesta que hemos formulado
al Parlamento están basados en los principios y en las posibilidades
jurídicas que ofrece el propio estatuto. Es falso que sea una ruptura.
Es una propuesta de reforma y modificación al estatuto de 1979 basada
en el artículo 46, que otorga facultades al gobierno y al Parlamento
vascos o a las cortes generales del Es-tado la iniciativa de reforma estatutaria.
Es la base jurídica. ¿Y dónde se presenta la iniciativa?
En una institución estatutaria, que eso es el Parlamento vasco.
Para que vea hasta qué punto hay manipulación sobre todo
esto.
-¿Su iniciativa abre la posibilidad a los na-varros
de integrarse a lo que es hoy la comunidad autonómica?
-Es innegable, y no porque lo dice el lehendakari
sino porque hasta así aparece en la enciclopedia, que al pueblo
vasco lo conforman no sólo los tres territorios de la comunidad
autonómica sino también Navarra y los de Iparralde (País
Vasco francés). Planteamos que la relación que vayamos a
tener con esos territorios descansará en la voluntad de esos ciudadanos
y sus instituciones democráticas. Es decir, regirá el principio
democrático.
-¿Quiere decir que de haber una decisión
por parte de la mayoría en Navarra de integrarse a la comunidad,
la reforma estatutaria que usted propone lo va a permitir?
-Ellos decidirán qué quieran hacer. ¿Por
qué caminos? Los que quieran. Con el plan queremos aumentar el nivel
de respeto hacia los navarros. La Constitución permite que se puedan
integrar a la comunidad autónoma. Nosotros decimos no, lo que hay
que hacer es mejorar esa previsión: no es que se puedan integrar
a un proyecto político determinado sino, si así lo deciden,
elevar el nivel de participación democrática.
-Sobre el tema de la diáspora vasca, hay por el
momento seis personas detenidas en proceso de extradición...
-Nosotros somos invitados del gobierno mexicano y por
principio de prudencia hay que ser extraordinariamente discreto. Sé
que me vas a entender. Es una cuestión que está en manos
de la justicia mexicana. En cuanto a la diáspora, yo les digo: sigan
haciendo las cosas como las han hecho.
En la última semana de octubre, la clase política
española fue sacudida por la presentación oficial de un plan
de autogobierno lanzado por el lehendakari (presidente) de la Comunidad
Autónoma Vasca, José María Ibarretxe, militante del
gobernante y democristiano Partido Nacionalista Vasco (PNV).
La propuesta, que en síntesis plantea un referéndum
entre los vascos para que voten por convertirse en un Estado libre asociado
a España, provocó la virulenta respuesta del derechista gobierno
del presidente del gobierno José María Aznar, para quien
la propuesta del moderado Ibarretxe busca fracturar la unidad española.
El Partido Popular (PP) de Aznar presentó ante
el Tribunal Constitucional una demanda de anulación del ya llamado
Plan Ibarretxe. Además, el viernes pasado el gobernante hispano,
mediante el Consejo de Ministros, introdujo tres reformas al Código
Penal que, de aprobarse en el Senado -el PP tiene mayoría-, provocaría
que Ibarretxe pasara en la cárcel hasta cinco años por el
hecho de convocar a referéndum.
El propósito aznarista es evitar el previsible
debate que sobre tal plan deberá llevarse a efecto en el Parlamento
Vasco. Si la mayoría autorizara la consulta prevista por el Plan
Ibarretxe, el referéndum se realizaría el año próximo.
Para ello el lehendakari necesita los votos de la ilegalizada Batasuna,
cuyos parlamentarios mantienen su representación en la cámara
vasca.
Al hacer primar la cada vez más discutida unidad
española por sobre el legítimo derecho a debatir, discutir
e inclusive disentir, el gobierno de Aznar, con el apoyo del opositor Partido
Socialista Obrero Español, argumenta que Ibarretxe, en realidad,
favorece al sector nacionalista violento, la organización armada
ETA. Desde el País Vasco, los dirigentes del nacionalismo moderado,
que han mostrado claramente su oposición a ETA, defienden el derecho
de la sociedad vasca a discutir y votar el plan.
Recientemente, el lehendakari visitó México
e inauguró la delegación oficial de su gobierno en este país,
actividad que el gobierno autónomo de Catalunya (el otro nacionalismo
fuerte en el Estado Español) viene desarrollando desde hace dos
años. Ello motivó la protesta de Madrid y el anuncio de que
demandará el cierre de tales delegaciones, por considerar que usurpan
facultades diplomáticas que corresponden a España.
La presencia de Ibarretxe coincidió con la de la
parlamentaria vasca y abogada, Jone Goirizelaia, perteneciente a la proscrita
-por el juez Baltasar Garzón- coalición nacionalista radical
Batasuna.
Por considerar que es un tema de interés para nuestros
lectores y la opinión pública internacional, La Jornada
entrevistó a Ibarretxe y Goirizelaia para que expresaran sus opiniones
sobre el conflicto que se vive entre España y el País Vasco.
DE LA REDACCION
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