México D.F. Domingo 30 de noviembre de 2003
Viva y actuante, la izquierda nacionalista,
afirma la parlamentaria vasca Jone Goirizelaia
Euskadi, "en una encrucijada histórica"
Incorporar a Batasuna en lista terrorista, premio de
Bush a Aznar por la ayuda en Irak, dice
BLANCHE PETRICH
Euskadi se encuentra "en una encrucijada histórica"
en la que los vascos pueden hacer dos cosas: "o realmente respondemos como
país, como pueblo y entramos a la vía de las soluciones,
lo que supone que todos podamos presentar nuestras propuestas, o ingresamos
a una fase de retroceso que nada nos servirá para solucionar el
conflicto", afirma Jone Goirizelaia, parlamentaria del partido Sozialista
Abertzaleak (nuevo nombre del proscrito partido independentista Batasuna).
Frente a un tablero político en pleno movimiento,
la abogada y dirigente independentista reconoce desde la oposición,
como lo hace el lehendakari Juan José Ibarretxe, que en el
País Vasco hay "una nueva mayoría social, política
y sindical" que considera agotado el actual marco jurídico y que
juzga necesario "apostar por el reconocimiento y ejercicio del derecho
de autodeterminación".
Respecto del lastre que lleva su partido con la ilegalización
de Batasuna, Jone rebate: "Es un problema del Estado español, no
nuestro. Ellos quisieron desaparecernos, y seguimos ahí, en la calle,
en el País Vasco, en las instituciones. A pesar de todo, el sentimiento
y las ideas de la izquierda independentista están ahí, y
esto es clave."
Reconoce,
sin embargo, que los partidos oficiales del gobierno en Vitoria (Partido
Nacionalista Vasco, EA e Izquierda Unida) "no tienen interés en
crear condiciones para la participación de la izquierda independentista"
en el debate del momento. Mientras, el gobierno y el Parlamento de Euskadi
siguen exigiéndoles un pronunciamiento de condena a ETA. "Y nosotros
les volvemos a decir: eso no es importante, sino trabajar para crear las
condiciones políticas para que ETA desaparezca. Ahí es donde
nos tenemos que poner de acuerdo, en los puntos que nos unen, no sobre
los que nos desunen."
-Frente al debate planteado por el Plan Ibarretxe,
¿cuáles son hoy los principales objetivos de Batasuna?
-En la encrucijada histórica en la que estamos
podemos entrar en la vía de las soluciones. Eso no sólo supone
que cada uno puede plantear sus respectivas políticas, sino que
hay que responder como pueblo. Si dejamos pasar la oportunidad de dar una
respuesta como pueblo y al final cada uno plantea su propia propuesta,
vamos a entrar a una fase de retroceso que no sirve para solucionar el
conflicto. Debemos abordar las condiciones políticas que hay, con
una mayoría social, sindical y política del País Vasco
que dice que el marco jurídico que tenemos no sirve y que hay que
apostar por el reconocimiento y ejercicio del derecho de autodeterminación.
Es el camino para solucionar el conflicto.
Apartheid político
-Parece difícil que a Batasuna la acepten los partidos
españoles en este debate, con los reiterados señalamientos
de que ustedes tienen ligas con ETA. ¿Cómo han respondido?
-Siempre hemos dicho que Batasuna no es ETA; es una organización
política que tiene autonomía para tomar sus propias decisiones,
que tiene planteamientos políticos, líneas de trabajo y organización
interna. Que toma sus decisiones en función de sus estatutos y organización.
Nunca hemos dependido de ETA ni hemos necesitado consultar nada para tomar
nuestras decisiones. Batasuna es una organización que apuesta por
el trabajo político y social y, como dijimos hace unos años
en una resolución que firmamos en el Parlamento de Gasteiz, nuestro
trabajo consiste en trabajar por vías políticas y democráticas.
"Esto es tan cierto y real como lo digo. Lo que pasa es
que el Estado español tiene interés en llevar adelante la
idea de que Batasuna es ETA. Es por eso que (el presidente del gobierno
español, José María) Aznar y (el juez Baltasar) Garzón
manejan tanto la cuestión del 'entorno de ETA' para referirse a
las fuerzas de la izquierda independentista.
"Garzón ha desarrollado su propia teoría
de la conspiración en función de los intereses del gobierno,
cuando en realidad lo único que tiene son informes policiales a
los cuales él otorga ilegalmente validez de prueba. En eso basa
sin más sus resoluciones judiciales, sin demostración alguna.
Todo eso no es más que literatura policial y judicial al servicio
de los intereses del Partido Popular (PP). Evidentemente eso vende y con
eso el PP ha obtenido incluso réditos electorales. Han intentado
que la izquierda independentista desaparezca de la política española.
"Pero eso no funciona en el panorama vasco. Nosotros salimos,
seguimos estando en la calle, en toda la geografía de Euskadi. Seguimos
participando en las instituciones. Y algo muy importante, las organizaciones
políticas y sindicales del País Vasco nos reconocen como
legales, tenemos firmados protocolos de trabajo con todas ellas y seguimos
haciendo todo tipo de labor política y social en el país.
"Para Aznar debe ser fuente de la mayor frustración,
ya que no ha conseguido su objetivo. De ahí su empecinamiento cada
día y su insistir en que desaparezcamos de todos los sitios. Eso
es algo que evidentemente no ha conseguido ni conseguirá porque
la izquierda independentista está muy arraigada en el pueblo".
-¿Cómo se mueven en ese contexto de ilegalización
que les impuso el Congreso español por iniciativa de Garzón?
¿Cómo sortean la prohibición de existir?
-Seguimos trabajando. De manera diferente, pero seguimos.
Evidentemente no tenemos nuestra sede, ni subvenciones. No tenemos los
mismos mecanismos de trabajo con que cuenta un partido normal, pero aun
así seguimos haciendo propuestas políticas. Por eso digo
que el problema es para Aznar, no para nosotros.
"Hay un dato muy importante, que refleja un poco nuestra
situación y la presencia social: a pesar de la ilegalización
nos presentamos a las elecciones, y para ello se crearon una serie de plataformas
y organizaciones. Todas ellas fueron ilegalizadas, prohibidas por el Tribunal
Supremo Español y el Tribunal Constitucional, pero aun así
hicieron una apuesta de presentarse. Con esta situación tan adversa,
en elecciones muy mediatizadas y con una situación de ilegalidad,
hubo 165 mil personas (cerca de 15 por ciento de los votos que se emitieron)
que sufragaron por esas plataformas, sabiendo que no iban a estar en las
instituciones, porque los electos no iban a poder a acudir a recoger sus
actas.
"Esto tiene un significado muy importante, porque demuestra
que a pesar de todo el sentimiento y las ideas de la izquierda independentista
están ahí. Existe, no desaparece y responde además
a una situación que creo es clave. No se puede concebir nada ilegalizando
a una parte de la sociedad. Cuando se tenga que hablar de cambio social
habrá que contar también con los hombres y mujeres independentistas
vascos".
-En dos años termina la actual legislatura del
Parlamento Vasco. Cuando concluya, ¿qué van a hacer parlamentarios
como usted?
-A mí no me gusta hacer futorología porque
es muy difícil prever lo que va a pasar. Lo que sí tenemos
muy claro es que no vamos a actuar en la clandestinidad; eso es lo que
querían el PP y el Partido Socialista. No lo hemos hecho y no lo
vamos a hacer después: no tenemos por qué escondernos, nada
de qué avergonzarnos. Somos una fuerza política que quiere
la independencia del País Vasco y construir una sociedad justa e
igualitaria. Al contrario, vamos a reforzar más nuestra participación.
¿En qué contexto, cómo lo haremos? Hay que esperar
un poco y ver la evolución política.
"Lo que sí decidimos en el primer momento de la
ilegalización es que no vamos a ir a la clandestinidad. Esa apuesta
la tenemos sobre de la mesa y es la que estamos llevando adelante. Los
miembros de la mesa nacional de Batasuna están haciendo apariciones
públicas, convocan a ruedas de prensa, si-guen haciendo exactamente
lo mismo que cuando era un partido no proscrito".
-Washington incorporó en su lista de organizaciones
terroristas a Batasuna ¿Cómo ha influido esto en la actual
coyuntura?
-Nuestra situación actual tiene más que
ver con la ofensiva de Aznar, que plantea abordar el conflicto político
del País Vasco con medidas policiales y represivas. Ese es el contexto
de todas las modificaciones legales y las actuaciones que está haciendo
el Estado español, y eso luego lo traslada a Eu-ropa y luego al
resto del mundo. George W. Bush accedió a meter a Batasuna en la
lista de organizaciones terroristas por pagar los servicios de Aznar en
la guerra de Irak. Es decir, Aznar ha sido el mayordomo de Bush. La recompensa
es esa.
"Se da una circunstancia curiosa: Batasuna es ilegal en
España pero no en Francia, donde tiene incluso ayuntamientos. Si
efectivamente fuera verdad lo que dicen del terrorismo, pues el Estado
francés tendría que haber tomado las mismas medidas".
Actitud doble
-¿Cómo es la relación de ustedes
con las otras fuerzas políticas, el Partido Nacionalista Vasco,
EA, Izquierda Unida? ¿Hay posibilidades de algún tipo de
acuerdo?
-Ya desde antes tienen una actitud de do-ble cara. Por
un lado dicen que están en contra de la ilegalización de
Batasuna, se posicionan públicamente en contra, y por otro cierran
nuestras sedes, detienen a nuestros militantes, prohíben nuestras
manifestaciones; es su policía la que nos apalea cuando marchamos.
Además, hacen un planteamiento que no es real. Dicen que en estos
momentos no es posible algún tipo de alianza en tanto que Batasuna
o la izquierda independentista no condene claramente los atentados de ETA.
A lo que nosotros respondemos que no estamos en un momento político
en el que nuestra afirmación central tiene que ser condenar los
atentados. Si eso le hubieran exigido al Sinn Fein de Irlanda, la negociación
nunca hubiera fructificado.
"Eso no es lo importante, sino trabajar para crear las
condiciones políticas para que ETA desaparezca. Ahí es donde
nos tenemos que poner de acuerdo: en los puntos que nos unen, no sobre
los que nos desunen. Ya llegará esa parte. Por eso siento que los
partidos del gobierno vasco no tienen interés en avanzar por el
camino de plantear sus proyectos políticos y sacarlos adelante.
La participación de la izquierda independentista no les interesa
en este momento".
-¿Existen coincidencias o vasos comunicantes entre
la causa de la autodeterminación vasca y las reivindicaciones autonómicas
de fuerzas de izquierda en otras regiones? ¿Con los catalanes, por
ejemplo?
-Para todos es muy difícil posicionarse en torno
al tema de Euskadi. Los socialistas ca-talanes evidentemente son mucho
más abiertos que los de Madrid y hacen un planteamiento mucho más
claro en que la solución tiene que venir por el diálogo y
el reconocimiento de los derechos. Pero el panorama político del
Estado español está tan enturbiado que el diálogo
es prácticamente imposible en estos momentos.
"Ante la propuesta de Ibarretxe al Parlamento en Gasteiz,
hicimos un planteamiento de diálogo a todos los partidos, a todas
las organizaciones, a partir de los denominadores comunes. Ninguno ha contestado
aún. No hay voluntad política. En cuanto a los catalanes,
tienen sus objetivos a corto plazo; están sus elecciones a la vuelta
de la esquina".
-¿Cómo se posiciona Izquierda Unida ante
esta disyuntiva, aceptar a Batasuna en el diálogo o cerrarle el
paso?
-Tiene como Estado una actitud y a nivel del País
Vasco otra diferente. En la comunidad autonómica está en
el gobierno de Gasteiz. En Navarra rechaza estar en el gobierno de Gasteiz.
En general, tiene un planteamiento en favor del reconocimiento del derecho
a la autodeterminación y de su ejercicio, pero yo le veo un poco
de dos caras. Dice tenemos que hablar entre todos y llegar a acuerdos,
y después sistemáticamente se niega a hablar con la izquierda
independentista y participa en una política de apartheid
político que se está haciendo desde el tripartito en el que
participa. Ahí hay una contradicción en su base como organización
de izquierda y su problema de falta de voluntad.
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