México D.F. Domingo 30 de noviembre de 2003
Exigen opositores la renuncia del ministro de
Defensa y el regreso de las tropas
Indignación en el gobierno de Aznar y los partidos
por muerte de siete espías en Irak
Pertenecían al Centro Nacional de Inteligencia;
estaban bajo mando de Estados Unidos
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 29 de noviembre. El atentado contra ocho
agentes del servicio secreto español, que dejó siete muertos
y un herido, provocó indignación en el gobierno del presidente
español, el conservador José María Aznar, y entre
los principales partidos políticos del país, debido a lo
cual dos de estas formaciones exigieron el regreso inmediato de los efectivos
militares y la dimisión del ministro de Defensa, Federico Trillo.
Esta acción de la resistencia iraquí es
el golpe de mayor envergadura contra las fuerzas españolas desplegadas
en el país árabe, teniendo en cuenta que Aznar es de los
pocos dirigentes europeos que ha respaldado sin restricciones la política
belicosa y de "guerra preventiva" del presidente de Estados Unidos, George
W. Bush.
Trillo informó que militares de las fuerzas ocupantes
que dirige Estados Unidos en Irak hallaron los siete cadáveres en
el lugar del atentado. Sin embargo, no identificó a las víctimas
mortales.
"Lamento tener que informar que una vez más el
terrorismo atacó a un grupo de españoles que trabajaban por
la paz y la seguridad en Irak. Siete miembros del Centro Nacional de Inteligencia
fueron asesinados. El octavo miembro del convoy sobrevivió y salió
casi ileso. El gobierno transmitió a las familias y al centro su
pésame y solidaridad en estos momentos difíciles", dijo Trillo.
Según
el ministro, los ocho hombres efectuaban misiones de reconocimiento en
el sector bajo mando de militares estadunidenses. Cuatro de ellos tenían
que sustituir a los otros cuatro que se disponían a regresar a España,
agregó.
El ataque "terrorista" de la guerrilla fue perpetrado
a las 15:45 horas local con lanzacohetes RPG y "fusiles de asalto",
aparentemente, Kalachnikov.
"La tercera brigada de la 82 división aerotransportada
estadunidense recuperó los siete cadáveres y los trasladó
a una capilla ardiente en el aeropuerto de Bagdad", en tanto que el sobreviviente
fue hospitalizado, según Trillo.
El funcionario español, uno de los miembros del
gobierno de Aznar que ha justificado con más vehemencia la guerra
y posterior ocupación de Irak por Estados Unidos y Gran Bretaña,
anunció que en las próximas horas se trasladará a
Bagdad para "agilizar" la repatriación de los cuerpos de los siete
espías españoles.
Jorge Dezcallar, director del Centro Na-cional de Inteligencia,
por órdenes de su gobierno, también se trasladará
al país árabe para conocer los pormenores del ataque sufrido
por sus agentes.
Se espera que los restos de los soldados sean repatriados
el próximo lunes, en el mismo avión de la fuerza aérea
española en el que viajará Trillo a Irak.
Tareas "humanitarias"
Hasta la fecha, el gobierno de Aznar no ha hecho público
el número exacto de agentes del sistema de inteligencia español
desplegados en Irak, a pesar que se conoce que más de mil 300 militares
fueron trasladados con el argumento de que realizarían "tareas humanitarias
y de pacificación".
El principal líder de la oposición, el socialista
José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó que a pesar
de que es "conocida" su oposición frontal a la guerra y a la política
de Bush, Aznar y el primer ministro británico, Tony Blair, en este
día de "luto" sólo "quiero expresar mi más sincero
pésame, condolencia y apoyo a las familias de estos compatriotas
muertos, así como mi solidaridad plena con las fuerzas armadas,
que están cumpliendo con su deber al servicio de nuestro país".
Gaspar Llamazares, máximo dirigente de Izquierda
Unida (comunistas y republicanos), exigió el "retorno inmediato"
de las tropas españolas en Irak y la dimisión, "sin demora",
del ministro de Defensa.
"Aznar tendrá que explicar muy bien cuál
es el papel de los agentes del Centro Nacional de Inteligencia en ese país,
ya que como fuerza ocupante, España y cualquiera de sus soldados
y agentes son un objetivo evidente", señaló el político
español.
Llamazares añadió que desde su punto de
vista todavía "no se entiende la misión de estos agentes
enviados a la boca del lobo para conspirar en Irak, lo que demuestra que
nuestro gobierno ha ocultado y ha engañado a los españoles".
Iñaki Anasagasti, vocero del Partido Na-cionalista
Vasco en el Congreso español, señaló que ante la muerte
de los siete espías el "ministro de Defensa está obligado
a dimitir porque es un personaje patético y las tropas españolas
deben retornar inmediatamente", ya que Aznar "por su locura ha enviado
a unos soldados a una muerte segura sin ningún debate parlamentario".
La muerte de los siete agentes del Centro Nacional de
Inteligencia se suma a la de otro miembro de la inteligencia española,
José Antonio Bernal Gómez, el 9 de octubre. El espía,
viceagregado de información de la embajada española en Irak,
fue asesinado a las puertas de su casa en Bagdad.
|