La cola del dinosaurio autoritario

La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado no descarta "la posibilidad de que el homicidio de Horacio Zacarías Barrientos Peralta, uno de los principales testigos de la represión ocurrida en Guerrero en los años setenta y ochenta, haya sucedido como consecuencia directa de la denuncia que presentó", la cual involucra a militares e integrantes de cuerpos policiacos de aquella época que detuvieron y torturaron a guerrilleros. En Guerrero "la cola mortífera del dinosaurio autoritario reaparece con su secuela de crímenes", indica un documento de la Femospp obtenido por La Jornada.

Barrientos Peralta fue madrina de cuerpos policiacos en los años setenta. Pese a haber participado en acciones parapoliciacas en contra de guerrilleros se atrevió a informar a la autoridad lo que sabía de la guerra sucia.

Para la Femospp, el homicidio, ocurrido el pasado miércoles, "ha obligado a la oficina del fiscal especial a exigir a las autoridades del estado de Guerrero el esclarecimiento de los hechos y la consecuente sanción a los responsables".

En el documento se indica que el testimonio de Barrientos Peralta sería fundamental en el desarrollo del proceso penal que se instruirá a los responsables de delitos como desaparición forzada, tortura y, según fuentes de la Femospp, probablemente genocidio, por los crímenes ocurridos sobre todo en la sierra de Atoyac y decenas de comunidades campesinas del estado de Guerrero durante la guerra sucia.

Por lo que respecta al cumplimiento de la orden de aprehensión que el juzgado cuarto de distrito en materia penal con sede en Acapulco, Guerrero, giró contra el ex comandante de la Policía Judicial de ese estado Isidro Galeana Abarca, por su presunta responsabilidad en la desaparición del profesor Jacob Nájera Hernández en 1974, elementos de la Agencia Federal de Investigación han realizado hasta el momento siete cateos a distintos domicilios sin resultados positivos. GUSTAVO CASTILLO GARCIA