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México D.F. Sábado 22 de noviembre de 2003

Eli Bartra*

ƑNo más violencia contra las mujeres?

El 25 de noviembre es el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. No sobra repetir que fueron las activistas, reunidas en el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Bogotá, Colombia, en 1981, quienes decidieron la elección de este día en memoria de las tres hermanas Mirabal asesinadas en 1961 en la República Dominicana por luchar en contra de la dictadura de Trujillo. Esta fecha se creó, pues, en épocas no tan lejanas. En tanto, como lo que parecería una respuesta a esta afrenta, la violencia extrema no ha hecho más que ir en aumento en nuestra región.

En la década de los 70, cuando surgió el movimiento neofeminista en México, se puso sobre el tapete la cuestión de la lucha por la defensa de las mujeres golpeadas. Este hecho sirvió, más que nada, para poner en evidencia y para crear conciencia sobre la existencia de algo que se podía llamar mujeres maltratadas y golpeadas por los hombres en el seno familiar y fuera de él. También sirvió para que el gobierno tomara cartas en el asunto y atendiera a las personas, que pasaron muy pronto de ser mujeres golpeadas a ser víctimas de violencia intrafamiliar. Ya habían desaparecido mágicamente las mujeres. Durante años recientes se le ha llamado también violencia de género. Todas éstas son, simplemente, formas para invisibilizar de nuevo a las mujeres que habían salido a la luz.

Para contrarrestar el problema de la "violencia intrafamiliar, que afecta a por lo menos 30 por ciento de los hogares" de la ciudad de México, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) presentó en agosto de este año la cartilla La violencia en la familia y el hogar es un delito.1 Resulta aterrador ir constatando cómo se hace desaparecer a las mujeres, real y simbólicamente. En el mismo artículo citado se señala que Alvarez Icaza habló de la violencia en la familia, y que hay que revisar los "patrones culturales de relación entre hombres y mujeres"; se informa también que la CDHDF atendió y orientó a "134 personas" en relación con esta cuestión y se "subrayó la necesidad de romper el cerco de impunidad y el abuso de poder en casa".2 Es muy impresionante percatarse de que en todo el artículo no se mencionó a las mujeres violentadas ni una sola vez.

En este sentido, el gobierno mexicano pretende combatir la violencia de género hacia las personas mediante la capacitación comunitaria. Podría pensarse que por esta vía, al fin, las mujeres han pasado a formar parte de las personas, tal vez inclusive de los seres humanos, pero en realidad se trata de invisibilizarlas a toda costa. Simplemente, a título de ejemplo de esto mismo, recordemos que hace unas dos décadas se crearon los estudios de la mujer, pero al rato, casi indefectiblemente, fueron denominados estudios de género. Se escondió a las mujeres.

Por otro lado, me parece importante apuntar que hace algunos años se puso en circulación el afortunado concepto de feminicidio. Digo afortunado porque de esta manera se pudo hacer visibles a las mujeres asesinadas. Se trata, me parece, de un gran hallazgo semántico y político. Es un concepto feminista, a diferencia del de violencia intrafamiliar, que cae más bien por el lado de lo políticamente correcto, puesto que se considera incluyente. No hay que hablar solamente de mujeres golpeadas, se dice, ya que los hombres (tanto niños como adultos y ancianos) también pueden ser maltratados. No hace falta recurrir a las estadísticas para demostrar las ridículas cifras de estos últimos violentados por mujeres (aunque evidentemente menores y ancianos son los más vulnerables, porque son golpeados y hasta asesinados), pero no hay ninguna duda de que la mayor violencia la ejerce el género masculino. Las cifras de varones maltratados por mujeres son absolutamente irrisorias, comparadas con la violencia que ejercen ellos.

Si volteamos la vista hacia el norte tenemos el infortunio de constatar el feminicidio más atroz en Chihuahua e inclusive Sinaloa. Si miramos hacia el sur, nos encontramos con que en Guatemala se está dando un proceso acelerado de juarificación. Se dieron cuenta, después de 10 años de ponerlo a prueba, que a las mujeres se las puede matar por centenares y no pasa nada. Sobre todo a las que son pobres.

Nos tardamos un rato en indignarnos y levantar la voz ante el feminicidio en Ciudad Juárez, es momento ahora, que se está dando con tal magnitud (se habla de centenares de mujeres asesinadas -tal vez 600- desde el 2001) de indignarnos y levantar la voz en contra del feminicidio en Guatemala.

* Profesora-investigadora de la UAM-Xochimilco.

1 Servín Vega Mirna. "Fomenta la denuncia. Publica la CDHDF cartilla contra la violencia familiar", La Jornada, México, 23 agosto 2003. p. 35.

2 Ibidem.

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