México D.F. Martes 18 de noviembre de 2003
Se trata de los restos del cometa denominado 55/P Tempel Tuttle
Mañana en la madrugada podrá observarse la lluvia de estrellas conocida como leónidas
FAUSTO CERVANTES ORTIZ ESPECIAL
Una actividad más o menos intensa de la lluvia de estrellas conocida como leónidas se podrá observar este miércoles en todo el país.
Aproximadamente a las 4:30 horas (tiempo del centro) se observará el máximo número de eventos, pero ya desde las 3 horas y hasta las 5 habrá aumento en la actividad de esta lluvia de estrellas, así que vale la pena observar desde antes.
Y aunque se espera gran cantidad de eventos (unos 100 meteoritos por hora), la presencia de la Luna en las cercanías hará que algunos más débiles no sean visibles.
Las lluvias de estrellas son provocadas porque la Tierra pasa por una región del espacio en la que hay restos de un cometa, los cuales al chocar contra la atmósfera entran en incandescencia, debido a la gran fricción con el aire.
En el caso de las leónidas se trata de los restos del cometa 55/P Tempel-Tuttle, que cruzó la órbita terrestre en 1533 (entre otras apariciones).
Los cometas son grandes masas de rocas y hielo que orbitan al Sol a distancias mucho más lejanas que Plutón. A veces una perturbación en su órbita los hace acercarse al Sol, lo que trae como consecuencia que el hielo que los compone se evapore, dando paso a una nubecilla alrededor del núcleo a la que se llama cauda. El viento solar (formado por electrones y protones despedidos de la superficie solar a grandes velocidades) presiona a ese vapor, con lo que se integran las grandes colas de algunos cometas (muchos no presentan cola visible).
Estela de rocas y polvo
La luz en la cola de los cometas no se refleja de forma ordinaria, sino que presenta el fenómeno de fluorescencia (el mismo que hace funcionar las lámparas de luz blanca), por lo cual se ven mucho más luminosas de lo que se verían por reflexión ordinaria. Al perder parte de los hielos que los forman, los cometas van dejando restos de rocas y polvo, que son los causantes de las lluvias de estrellas.
Las lluvias de estrellas tienen nombres derivados de la constelación en la que está localizado el radiante, que es un punto del que parecen provenir las estrellas de esa lluvia. En este caso está localizado en la constelación de Leo; por eso se les llama leónidas.
Para observar la lluvia de estrellas no hacen falta aparatos ópticos. De hecho, un telescopio o unos binoculares al aumentar el tamaño de los objetos también reducen el campo visual, por lo que no se vería gran parte del cielo. En este caso lo que vale la pena es ver la mayor fracción de la bóveda celeste, pues algunos meteoritos recorren distancias considerables antes de extinguirse.
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