México D.F. Martes 18 de noviembre de 2003
"A las nuevas generaciones no se les presentan
oportunidades de estudio ni empleo"
En peligro, la viabililidad del país ante los
crecientes problemas, advierten obispos
Acusan a los medios de realizar una "constante agresión"
en contra de la Iglesia católica
JOSE ANTONIO ROMAN
México vive fragmentado, dividido, con una población
que ha visto insatisfechas sus expectativas, y los problemas crecientes
de pobreza, desempleo, migración y del campo ponen en peligro su
viabilidad como nación, afirma la Conferencia del Episcopado Mexicano
(CEM) en el análisis que los obispos católicos hicieron durante
su pasada asamblea plenaria.
En la síntesis de su evaluación, los prelados
acusan de manera directa a los medios de comunicación masiva de
una "constante agresión" a la Iglesia católica, creándole
una "imagen distorsionada", pero también admiten que han sido incapaces
de aprovechar dichos medios, como un vehículo inmejorable para cumplir
eficazmente su tarea de evangelización, más aun en una sociedad
que tiende a vivir sin Dios.
Reunidos
la semana pasada en su 76 asamblea plenaria, en la que se eligió
a la nueva mesa directiva del CEM para el trienio 2003-2006, los obispos
evaluaron también su trabajo pastoral realizado en los pasados tres
años.
En principio definieron la realidad nacional a la que
se enfrentan. Ahí, como "aspecto preocupante", resaltan que el país
vive una realidad de transición: fragmentación de la sociedad
civil.
Los prelados destacan que las expectativas de la población,
generadas con el cambio de gobierno en 2000, han quedado "insatisfechas"
y se observa la falta de credibilidad hacia las instituciones y una apatía
generalizada de las nuevas generaciones, a las que, por otra parte, no
se les presentan oportunidades de estudio ni empleo.
A este panorama se añaden los graves y crecientes
problemas de la pobreza, la falta de empleo, la migración, la disminución
del poder adquisitivo del salario, la difícil situación en
que viven los indígenas, la crisis en que se encuentra el campo,
el narcotráfico, la drogadicción y la inseguridad pública,
además de la desintegración familiar y los atentados contra
la vida y la ecología.
Entre la realidad preocupante identificada por los obispos
también se citó la falta de respeto por los derechos humanos,
la globalización que implica también ideologías nuevas
y cambio de roles, así como un sentido mágico de lo religioso,
con la presencia de superstición, horóscopos y "supermercado
de lo religioso".
La evaluación interna de los obispos, asesorada
por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey,
plasma en una serie de cuadros la realidad, fortalezas, debilidades, logros,
obstáculos, desafíos y recomendaciones para el desempeño
de su acción pastoral durante los próximos tres años.
El texto confidencial, del que La Jornada tiene copia, precisa que
a todas las diócesis les falta personal capacitado, suficiente y
de tiempo completo.
De igual forma, la jerarquía eclesiástica
reconoce no sólo que les faltó una mayor coordinación,
articulación y convergencia en el trabajo de las comisiones en las
que se divide el trabajo episcopal, sino que también carecen de
un plan económico solidario y subsidiario para hacer frente a los
programas específicos en cada una de las comisiones y diócesis.
Entre los aspectos positivos, la jerarquía enumera
la unidad del episcopado, la confiabilidad que los fieles laicos tienen
en sus pastores, la mayor participación de los laicos en la vida
social, la religiosidad popular y un mayor diálogo que la Iglesia
sostiene con diversas instituciones tanto gubernamentales como civiles,
inclusive para contribuir en la atención de situaciones de emergencia.
En el apartado de las limitaciones se resalta lo económico
y la falta de aprovechamiento de los elementos tecnológicos, lo
cual repercute negativamente en la ejecución de los planes y programas
pastorales. "Tampoco se tiene una agenda común para temas nacionales;
se cuenta con pocos agentes de pastoral de tiempo completo, y no todas
las comisiones -en total son 27 en el episcopado- tienen oficina y material
necesario siquiera para sus funciones más necesarias."
Finalmente, respecto a los desafíos, los obispos
identifican tres: tener personal suficiente, capacitado y de tiempo completo;
una adecuada organización, y contar con recursos económicos
suficientes, así como espacios adecuados de trabajo.
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