Se exhiben en el recinto que lleva el nombre del artista guanajuatense, en la Alameda

Muestran calcas de mural extraviado de Rivera

Pesadilla de guerra y sueño de paz, encargado por el INBA, nunca se conoció en México

MERRY MAC MASTERS

Del mural Pesadilla de guerra y sueño de paz, pintado por Diego Rivera en 1952, actualmente desaparecido, queda uno que otro boceto y apunte. Ahora, por primera vez se exhibirán las calcas que durante medio siglo guardó la pintora Rina Lazo, ayudante del guanajuatense en diversos proyectos.

Diego Rivera. Los muros de papel será inaugurada el día 27 a las 20 horas en el Museo Mural Diego Rivera (Balderas y Colón, Centro). La exposición, integrada por alrededor de 100 apuntes, bocetos, calcas, estarcidos, proyectos y estudios de diversos tamaños, soportes y medios, utilizados por el artista en su vasta obra muralística, pretende que el público sepa "cómo es el trabajo en papel antes de pintarse las paredes tal como se conocen", indica Américo Sánchez, titular del recinto.

Aunque por "otras razones", Pesadilla de guerra y sueño de paz fue un mural "tan polémico" como el que aquí se resguarda -Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central-, apunta Sánchez, cocurador de la muestra con Nadia Ugalde. Hace 51 años, explica, "Carlos Chávez, entonces director del Instituto Nacional de Bellas Artes, encarga a Rivera la realización del mural para la gran exposición Arte mexicano del prehispánico al presente, que se presentaría el siguiente año en Europa.

''Rivera pinta el mural en el Palacio de Bellas Artes, sobre un tablero transportable, cuya superficie es de 40 metros cuadrados. El artista plasma en la composición las figuras de José Stalin y Mao Tse Tung, este último con una paloma de paz en las mano, así como diversas escenas y personajes. Incluso, aparece Frida Kahlo en silla de ruedas.

''Carlos Chávez y Fernando Gamboa, el responsable de artes plásticas, se molestan con Rivera por el tema. Le dicen que con esa composición no puede incluirse en la muestra. Se pelean y terminan disgustados. Rivera decide que el mural se tiene que conocer. Mediante el Frente Nacional de Artistas Plásticos lo envía a Polonia, a una exposición también de relevancia. De allí se sabe que viaja a Pekín, China, y desde entonces se pierde.''

Sánchez recuerda que otro mural de Rivera, Gloriosa victoria (1954), del cual también se incluyen bocetos, igualmente estuvo desaparecido hasta que se halló hace unos años en las bodegas del museo Pushkin, de Moscú. Respecto de Pesadilla de guerra y sueño de paz, se especulaba que de manera "misteriosa" había regresado en algún momento a México, quizá ya fallecido su autor, y que estaría "por allí, en alguna colección particular".

Pero, de acuerdo con los testimonios de los ayudantes de Rivera, "en particular Arturo Bustos y Arturo Estrada, sí desapareció en China años después durante la Revolución Cultural, debido a la temática". Algo que sí se puede asegurar es que nunca se conoció en México. De allí, la relevancia de que se presentan "los trazos originales del mural". Cabe mencionar que el museo Anahuacalli conserva un boceto, mientras el museo Diego Rivera de Guanajuato tiene un apunte del mismo.

Muchas veces las calcas (el dibujo al tamaño natural) y los estarcidos, por el uso que se les daban, llegaban a destruirse o perderse. "Sabemos que muchos de esos materiales quedaron en manos de algunos ayudantes que los conservaron. El mismo Rivera se los dejaba", afirma Sánchez.

Al respecto, Rina Lazo dice haber recogido las calcas de "casi todo el mural", debido a que se pretendía entregar la parte alusiva a las amistades que habían posado, como el frido Guillermo Monroy, su hermana Chela, el güerito Suárez -amigo personal de Kahlo-, Efraín Huerta y Enrique González Martínez, que "andaban en el movimiento de paz, recabando firmas". Enrolladas en un tubo, se quedaron guardadas medio siglo. Las calcas han sido restauradas por el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del INBA.

La muestra también incluye el proyecto general del primer mural de Rivera, La creación, pintada en el Anfiteatro Bolívar de la entonces Escuela Nacional Preparatoria.