México D.F. Lunes 17 de noviembre de 2003
En la próxima década destinará 96 mil mdd a gastos de operación y compra de energía
Trasnacionales absorberán gran parte de los fondos de la CFE
Irían a dar a "productores independientes" importantes ingresos, según el SME
Denuncia que las empresas que ya se han instalado en el país gozan de trato preferencial
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Los contratos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con las trasnacionales del sector que ya operan en México obligarán a la paraestatal a destinar gran parte de sus ingresos a la compra de electricidad. Por ello, de los 160 mil millones de dólares que obtendrá por ventas en la próxima década, tendrá que pagar 96 mil millones por gastos de operación y el pago a estos "productores independientes".
En un amplio informe, titulado Posición del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) en torno a la reforma eléctrica de Fox, esta organización detalla que 60 por ciento de los ingresos de esta paraestatal ya están comprometidos en los gastos y la correspondiente compra de electricidad a los empresarios extranjeros del sector.
El documento, dado a conocer por el propio secretario del sindicato, Rosendo Flores, puntualiza que transnacionales de la electricidad instaladas en México gozan de un trato financiero altamente preferente, ya que tienen contratos hasta por 25 años de compra de la energía por parte de la CFE; se les pagan las inversiones a tasas de 12.5 por ciento pactadas a un cuarto de siglo, y son favorecidos por "contratos bilaterales con clientes calificados", es decir, con las grandes empresas del país, que detentan el mayor consumo nacional.
Contradicciones presidenciales
Al fijar su posición, el SME analiza cada uno de los argumentos que utiliza el gobierno en torno a la reforma eléctrica y replica. Así, establece que Fox se contradice al señalar que la situación del sector es grave y urge decidir cambios en unas cuantas semanas, ya que en agosto pasado el mismo Presidente dio a conocer que en este sexenio han entrado en operación 18 centrales con 6 mil 299 megavatios de capacidad; hay 14 centrales nuevas en proceso de construcción, ocho en vía de licitación y dos más que serán concursadas en 2004.
En respuesta al señalamiento de que no hay recursos para atender la expansión del sistema eléctrico, el documento apunta que la CFE obtendrá en la próxima década ingresos por ventas de 160 mil millones de dólares, y ese monto de recursos es parte fundamental del interés que hay por la privatización del sector, ya que hay muchos extranjeros que buscan hacerse de este negocio.
De este total -explica-, aun cubriendo los gastos de operación y la compra de electricidad, se destinarán 96 mil millones de dólares; pero quedará un remanente de 64 mil millones, de los que la CFE tendrá que pagar 7 mil millones de dólares de deuda contratada en Piridegas; deberá cubrir los subsidios de las tarifas domésticas y agrícola, impuestos, y contará con 18 mil millones de dólares para hacer las inversiones requeridas en transmisión y distribución.
El SME detalla que "si la CFE invirtiese directamente en las plantas generadoras, sería más barato producir electricidad, porque a los productores independientes se les pagan las inversiones a tasas de 12.5 por ciento durante 25 años y pueden conseguirse otras fuentes de financiamiento a 7 por ciento anual y lograr que con el mismo costo por kilovatio-hora esa planta pase a ser propiedad de la comisión en un plazo de 12 años".
Alza de tarifas industriales
Indica que con la reforma propuesta es prácticamente imposible que las tarifas industriales bajen porque los productores privados generan electricidad utilizando gas y este mercado es altamente volátil.
La iniciativa de Fox, se añade, propiciará que se genere un doble mercado: uno al menudeo, de 20 millones de usuarios atendido por la CFE, con la mitad de ellos subsidiados y, por otra parte, "un cómodo y ventajoso mercado mayoritario de 8 mil usuarios, con 40 por ciento de las ventas nacionales atendido por los generadores privados extranjeros, pero eso sí, utilizando los sistemas de transmisión y distribución de la CFE".
En el documento se niega además que exista una obsolescencia de 44 por ciento de las unidades de la CFE, ya que en primer lugar este dato se contradice con lo señalado por el secretario de Energía, que indicó recientemente que este porcentaje es de 30 por ciento, y además no se señala que un elevado número de plantas son hidroeléctricas que tienen capacidad para durar varios siglos en operación, por lo que realmente "antiguo" es sólo 9 por ciento del total de plantas.
En cuanto a que no se perderá la rectoría del Estado, el SME se pregunta si en un proceso de generación, transmisión, distribución y comercialización de energía, en el que los generadores actuarán en forma independiente y podrán mover sus empresas, sus precios y su producción, e inclusive aparentar escasez o exceso, según les convenga, como en el caso de Enron, "Ƒcuál rectoría tendrá el Estado?"
Advierte además acerca de la creación de "contratos bilaterales" entre generadores privados y "clientes calificados", los cuales ya existen, pero que se van a generalizar aún más y mediante los cuales se le quita a las empresas estatales 60 por ciento de sus ventas. Mientras los costos de la expansión de la infraestructura y de la electrificación rural correrían a cargo del Estado, con lo cual están sentenciando a su extinción a estas empresas gubernamentales, al reducirles drásticamente sus ingresos e incrementar sus costos.
El documento presentado por Rosendo Flores precisa además que no ve por dónde se van a generar los empleos prometidos por Fox con la apertura del sector, ya que desde 1992, cuando empezaron a operar los productores independientes de energía, autoabastecedores y coogeneradores, desde esa fecha el desempleo se ha incrementado como nunca.
Resume que el proceso de desnacionalización de la industria eléctrica ya está ocurriendo en México, donde el capital nacional está prácticamente ausente de los proyectos de producción independiente, ya que el Ejecutivo prefiere otorgar contratos a transnacionales antes que la CFE invierta con sus propios recursos.
De continuar esta tendencia, advierte, en 2010 más de la mitad de la capacidad de generación en el país será privada, en abierta contradicción con lo que plantea la Constitución. "México está listo para una reforma, pero no necesariamente en el sentido de la privatización", concluye.
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