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México D.F. Viernes 14 de noviembre de 2003
Mañana estrenan la coreografía
de Rocío Becerril
Ciudad lunar, ensoñación de huesos,
carne y sangre
El espectáculo conjuga video, danza e instalación
plástica
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Los sueños no tienen peso ni longitud, pero son
el punto de partida en la obra Ciudad lunar, de la coreógrafa
Rocío Becerril, que mañana se estrena en Casa del Lago y
en la que conviven video, danza e instalación plástica.
A Ciudad lunar ''la antecede una obra titulada
La llamada, coreografía que realicé hace dos años,
basada completamente en la obra del pintor belga Paul Delvaux. A partir
de 14 cuadros me aventuré a hacer una coreografía para cada
uno de ellos, motivada por la belleza, la composición, los colores
y los temas.
''Estaba toda esta poética surrealista, metafísica,
de este hombre que hacía reflexionar en el plano onírico,
de sueño, de este discurrir y deambular de hombres y mujeres", explica
Becerril en entrevista.
Sin embargo, aclara, la obra que se estrenará el
sábado, con la compañía R+R Danza, no es una segunda
parte ni una continuación de La llamada. Ambas tienen en
común que retoman cuadros de Delvaux (1897-1994), pero en Ciudad
lunar hay una mayor libertad creativa:
''Lo que ahora proponemos no es sólo inspirarnos
a partir de Delvaux, sino también en otras fuentes, en especial
la literatura y la filosofía", por lo que se incluyen textos de
María Zambrano, Henry Michaux, Clarice Lispector, Ramón López
Velarde, Roland Barthes y Gastón Bachelard, referidos al sueño,
es decir, la ensoñación.
Acompañan a estos textos música de Magali
Bambin, Erik Satie, Steve Reich, Anders Hagberg, Thomas Marco y Lakky Patey.
Lenguaje de seres terrrenales
La
tesis principal, el objetivo escénico de Ciudad lunar, ''es
llegar a un espectáculo que nos lleve a una instalación tomando
este concepto de las artes plásticas. Lo retomo y lo llevo a la
danza, en su idea central es un acto con un cuerpo que tiene una resolución
espacial y temporal distinta a un espectáculo, a un producto escénico
tradicional".
Aquí, el espacio que ofrece la Casa del Lago se
convierte más que en un personaje, en un sitio que ''invita a la
ensoñación, al recuerdo, a la memoria. A la reflexión
en un sentido de pensamiento".
Becerril y Rodrigo Flores, ambos directores de esta obra,
trabajaron juntos desde el comienzo del proyecto con la idea de que las
instalaciones coreográfica, de video (basado en el cuadro La
visita, de Delvaux) y la plástica ''estén alimentándose,
que tengan un sentido común, pero también una separación,
una independencia".
En este caso, la danza ''tiene una desestructuración
temporal, tenemos interrupciones muy claras del espectáculo, más
contundentes que en La Llamada, en la que todo tenía un orden
y debía seguirse. Ahora nos relajamos y permitimos que el público
se sienta como en una galería compartiendo cosas.
''La forma de trabajar escénicamente como actor
también va a ser distinta, va a ser de interacción, de lapsos
en los que el actor tendrá un pulso del momento; no están
establecidos por ensayos o de una escena muy rigurosa, en el sentido del
tempo."
Tratamos el tiempo y el espacio de otra manera, agrega
Becerril. En Ciudad lunar el espectador se va a encontrar con el
trabajo de cinco bailarinas, un bailarín, un actor y una actriz,
con quienes ''hemos derivado a una reflexión de los sueños
en relación con el cuerpo humano, pero en términos físicos,
de huesos, carne, cartílagos, nervios. De este cuerpo que viste
a un ser humano que sueña, y hay una serie de textos hermosos de
diferentes autores vinculados al hecho de soñar, de ensoñar,
de dormir, de no dormir, del insomnio de una serie de reflexiones sobre
eso".
Los
cuadros de Paul Delvaux tienen mucha sustancia onírica y nuestras
coreografías caminan sobre eso para poder hablar de nosotros como
seres humanos totalmente terrenales, huesos, carne, jugos, sangre, todo
eso que tenemos, porque los sueños no se pesan, no son materiales,
forman parte de otra materia, tienen otra consistencia, otro tiempo, otro
espacio, otra dimensión, expresa la coreógrafa y bailarina.
La ensoñación, dice, ''es una manera de
hablar de problemas fuertes, emocionales, del amor, de la muerte, de la
soledad, el miedo, de la ausencia, de la celebración, más
que de la felicidad, y es que en esencia yo soy más trágica
que feliz".
(Ciudad lunar se presenta sábados y domingos
del 15 de noviembre al 13 de diciembre, a las 20 horas, en Casa del lago,
en el antiguo Bosque de Chapultepec, primera sección. Informes al
teléfono 52116093. Se recomienda llevar ropa abrigadora.)
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