Revolución silenciosa de feligreses católicos

Posturas progresistas sobre aborto, anticonceptivos y diversidad sexual

GEORGINA SALDIERNA

La comunidad católica del país ha experimentado una revolución silenciosa en los últimos años. De mantener posiciones en contra del aborto, el uso de anticonceptivos y la diversidad sexual, ha pasado a posturas progresistas que representan, incluso, un desacato a las normas y principios de la Iglesia tradicional.

Pero la desobediencia no sólo toca el ámbito de la sexualidad, sino también el político, pues los católicos rechazan abiertamente que los sacerdotes traten de influir en la intención de su voto, que descalifiquen a determinados partidos o pretendan que las estrategias gubernamentales sean reflejo de las creencias religiosas.

Según una encuesta que ayer dio a conocer la organización Católicas por el Derecho a Decidir, 96 por ciento de los consultados piensa que la Secretaría de Salud debe proporcionar condones para combatir el sida; 91 por ciento está a favor de que jóvenes y adultos tengan acceso a cualquier método anticonceptivo, y 60 por ciento acepta el aborto en algunas circunstancias, como cuando la vida de la mujer está en peligro o la madre tiene sida.

En concordancia con estos resultados, 81 por ciento de los católicos afirma que no se debe expulsar de la Iglesia a las mujeres que abortan, mientras que 65 por ciento refiere que la cúpula eclesiástica tiene que aceptar el derecho de lesbianas y homosexuales a expresar su orientación sexual en forma abierta.

La encuesta revela que 76 por ciento de feligreses está de acuerdo en que los hospitales y las clínicas ofrezcan pastillas anticonceptivas de emergencia a las mujeres que han tenido relaciones sexuales por propia voluntad, sin protección anticonceptiva, pero que quieren asegurarse de no quedar embarazadas. Alrededor de 88 por ciento se manifiesta en favor de que el mismo fármaco sea ofrecido a las mujeres que han sido violadas.

En caso de presentarse un embarazo no deseado, 55 por ciento de los consultados estima que la decisión de abortar debe ser tomada por la mujer y su pareja, y sólo 2 por ciento aprueba una intervención del clero en este caso.

Elaborado por la empresa Estadística Aplicada, el sondeo muestra que 93 por ciento de los católicos está de acuerdo en que los poderes Legislativo y Judicial cumplan sus obligaciones al margen de la Iglesia.

En tanto, 92 por ciento estima que los sacerdotes no deben descalificar en las misas a candidatos y partidos políticos, y un porcentaje similar se expresa en favor de que un presidente católico gobierne basado en la diversidad.

Junto a ello, 83 por ciento rechaza que religiosas y sacerdotes ocupen puestos de elección popular y 81 por ciento asegura que la orientación de su voto no está determinada por lo que diga el sacerdote de la parroquia.

La Iglesia católica no debe tener influencia en políticas públicas del gobierno, considera 80 por ciento de los mexicanos consultados, mientras 59 rechaza que se enseñe religión en las escuelas públicas.

Sobre el papel de la Iglesia, 82 por ciento señala que debe poner más atención en ayudar a los pobres y 92 por ciento piensa que tiene la obligación de promover la defensa de los derechos humanos.

En contrapartida, sólo 15 por ciento estima que debe expresar en público su opinión en torno a temas políticos y 16 por ciento se manifiesta en favor de que la cúpula eclesiástica trabaje para que las políticas del gobierno reflejen las creencias católicas.

Según su ficha metodológica, el sondeo de opinión se aplicó en viviendas seleccionadas de manera aleatoria en zonas rurales y urbanas del valle de México, Guadalajara, Monterrey, Yucatán, Sonora, Puebla, Tamaulipas, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Nayarit, Campeche, Colima, Michoacán, Chiapas, San Luis Potosí y Guanajuato.

La muestra se integró con 2 mil 328 personas que se declararon católicas y sus resultados tienen un coeficiente de error de 2 por ciento a nivel nacional y de 5 en cada región, con 95 puntos de confianza.

Al presentar la encuesta, la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) señaló que sus resultados confirman que la sociedad mexicana se encuentra en un proceso de secularización.

Dicho fenómeno se manifiesta en la distancia que existe entre la normatividad moral de la institución eclesial y el comportamiento cotidiano de los feligreses, quienes se guían cada vez más por los dictados de su conciencia en materia de moral sexual y reproductiva, explicó.

Así, agregó, el sondeo confirma el desacato silencioso de las normas eclesiásticas que hay entre los feligreses.

María Consuelo Mejía Piñeros y Guadalupe Cruz Cárdenas, dirigentes de la CDD, informaron que los resultados del trabajo de campo serán entregados a la Conferencia del Episcopado Mexicano, luego de manifestar su esperanza en que dicha información propicie un cambio en la dirección de la Iglesia.

Lo importante es que los jerarcas gobiernen considerando la nueva identidad de los católicos y ejerzan sus funciones pastorales con responsabilidad, apegados al sentir de la comunidad, resaltaron. De no hacerlo, coincidieron con Roberto Blancarte, estudioso de temas religiosos, los dirigentes eclesiásticos se aislarán cada vez más de sus feligreses y se ahondará el abismo que ya existe.