México D.F. Viernes 14 de noviembre de 2003
ENTREVISTA /LUIS D'ELIA,
DIRIGENTE PIQUETERO ARGENTINO
Con la caída de De la Rúa, fin de la dictadura
neoliberal
"NO SOMOS LUMPEN O INFORMALES; SOMOS TRABAJADORES DESOCUPADOS"
"El piquete es una forma no violenta de lucha,
una propuesta de organización empleada por inmigrantes anarcosindicalistas
europeos en los años 20. A mediados de los 90 empezó en las
provincias del norte como reacción de los grupos sociales destruidos
por la entrega de empresas estatales de petróleo al sector privado"
JOSE STEINSLEGER/I
En los años del terrorismo de Estado, Luis D'Elía
(1957) se salvó de ser "chupado" en el Sheraton, el Vesubio y El
Banco, campos de concentración que funcionaban en su municipio,
donde miles de jóvenes "desaparecieron" tras padecer tormentos incalificables
(1976-1983). D'Elía nació y vive en La Matanza, jurisdicción
del gran Buenos Aires aledaña a la capital federal, cuyo nombre
evoca la suerte corrida por los indígenas de la región a
fines del siglo XVI.
Con la instauración del modelo neoliberal, esta
urbe de millón y medio de habitantes, otrora modelo de desarrollo
industrial, comercial y cultural, padeció otro tipo de matanza:
la perpetrada por el crimen económico moderno y su se-cuela de pobreza,
inseguridad, narcotráfico, demagogia política, co-rrupción
policial y un nuevo tipo de "desaparecido": el desocupado.
Pibe de barrio que, según él, repetía
los años de enseñanza "por jugar mucho al fútbol",
D'Elía trabajó en talleres de la zona, hasta obtener el título
de docente primario. El activismo social empezó en las comunidades
eclesiales de base y en los espacios donde la iniciativa privada multiplicaba
sus mezquindades conforme el Estado rescindía sus responsabilidades.
Allí, D'Elía aprendió a cultivar
la solidaridad y el espíritu comunitario. El ambiente familiar ayudó.
El abuelo, anarquista español a quien sus familiares casi entierran
vivo tras un fusilamiento fallido de las tropas franquistas, huyó
a Brasil y luego se radicó en Argentina. El padre, delegado gremial
de Luz y Fuerza, nunca olvidó que levantó su vivienda con
los créditos del plan Eva Perón.
Ya en democracia, y ante la desolación de lo que
D'Elía llama "noche neoliberal", quedaban dos opciones: o la actitud
resignada de Los olvidados, aquel filme donde Luis Buñuel
mira la pobreza como destino fatal, irracional y absurdo de la vida, o
la lucha política para sobrevivir y doblegar las injusticias del
destino.
Todos son ex algo
D'Elía
acaba de estar en México, invitado al encuentro internacional En
defensa de la humanidad. Inusitadamente, convocó a líderes
sociales del continente y estableció puentes de comunicación
entre intelectuales, pensadores y académicos renombrados de Estados
Unidos, Europa y América Latina.
En entrevista exclusiva, el dirigente piquetero
explicó para La Jornada el sentido y propósito de
sus luchas, reiterando una idea central: "No somos lumpen, trabajadores
informales o marginales. So-mos trabajadores desocupados por la política
de privatizaciones llevada a cabo en nuestro país".
-¿Cómo se define el piquete? ¿Cuándo,
dónde y por qué surge?
-El piquete es una forma no violenta de lucha popular
y conlleva una propuesta de organización que era empleada por los
inmigrantes anarcosindicalistas europeos de los años 20. A mediados
de los 90 el piqueterismo empezó en las provincias del norte
como reacción de los grupos sociales destruidos por la entrega de
las empresas estatales de petróleo al sector privado.
"La destrucción arranca el 24 de marzo del 1976,
año en que la deuda externa era de sólo 4 mil 500 millones
de dólares, con 5 por ciento de pobres y 4 por ciento de desocupados,
una de las mejores distribuciones de la renta del continente y espacios
importantes de justicia social. Hoy, de 37 millones de ha-bitantes, 23
millones están bajo la línea de pobreza, 22 por ciento son
desocupados y 75 por ciento de menores de 14 años se hallan en la
miseria relativa y extrema."
El dirigente se pregunta y responde: "¿cómo
justificar esos indicadores de muerte cuando hay cosechas récord
de granos (70 millones de toneladas) que pueden alimentar a 300 millones
de personas? ¡Qué contradicción! Entonces, a partir
de 1994, cuando em-piezan a verse con claridad las consecuencias de la
política económica del menemismo, que con la privatización
de las empresas estatales liquidó un millón 600 mil puestos
de empleo genuinos, estables, permanentes y un endeudamiento externo de
80 mil millones de dólares en la década, aparecen los primeros
piquetes".
Recuerda: "Al inicio fue muy difícil. En la provincia
de Buenos Aires el aparato del Partido Justicialista del ex presidente
Eduardo Duhalde manejaba el negocio de la droga con apoyo de la policía
bra-va, mientras que los jueces adictos y fiscales duhaldistas condenaban
toda posibilidad de organización popular. Tuvimos gran cantidad
de procesados, detenidos, compañeros que estuvieron años
en la cárcel. Yo mismo tengo más de 20 causas penales".
Convenio histórico
-El movimiento piquetero que dirige se asienta
en zonas urbanas densamente pobladas. A mediados de 2000, el primer piquete
urbano en La Matanza conmocionó al país. Cuéntenos...
¿cómo fue?
-Aquel piquete fue histórico porque culminó
con la firma de un convenio de las organizaciones sociales con el gobierno.
Conseguimos 25 millones de dólares para la construcción de
nuevas escuelas, caminos, programas precarios de alimentación, empleo
y salud preventiva. En pleno invierno, miles de familias con sus niños
resistieron en el piquete a la intemperie, despertando en la gente
la idea que podía organizarse, pelear y ganar.
"A partir de ahí los piquetes crecieron
en todo el país. Aparecieron agrupaciones, marchas, huelgas y cortes
de rutas que culminaron episódicamente el 19 y 20 de diciembre de
2001, momento que a nuestro entender le puso fin a la dictadura militar
en la cabeza y el corazón de nuestro pueblo. Mayoritariamente, la
gente salió a las calles a exigir el fin de la política económica
y a rechazar el estado de sitio".
-¿Quiénes forman el piquete, cuántos
son?
-En el movimiento piquetero todos somos ex algo:
ex obrero metalúrgico, ferroviario, trabajador del sector eléctrico,
petrolero, estatal; ex trabajadores de la carne, portuario, etcétera.
No somos nuevos pobres. Somos desocupados con una experiencia de lucha
sindical que nos hallamos circunstancialmente sin trabajo.
"Mi organización se llama Fe-deración de
Tierra y Vivienda (FTV) y cuenta con 120 mil afiliados. Los piqueteros
sumamos alrededor de 300 mil personas en todo el país. A nivel nacional
existen dos y en las provincias o municipales 38 con distintas nombres
y estilos de conducción pero con fuertes denominadores comunes".
-¿Cómo toman las decisiones?
-La asamblea es soberana y hay un proceso asambleísta
semanal en los municipios, quincenal en las provincias y mensual en las
comisiones nacionales. Se trata de un proceso de ida y vuelta donde los
acuerdos buscan la profundización del actual estado de democracia
formal que tenemos.
-A la FTV se le critica que surgió de un movimiento
popular y hoy forma parte de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
-El ingreso de nuestra organización a la CTA fue
un acierto. Desde allí pudimos construir un movimiento fuerte, combinando
las acciones con los trabajadores sindicalizados y rompiendo el supuesto
de que los trabajadores ocupados son enemigos de los desocupados. Una idea
de Víctor de Genaro, secretario general de la CTA, cuajó
muy bien: el seguro de empleo y formación. Más de 2 millones
de personas cuentan hoy con este seguro, decreto-ley ratificado por las
cámaras. El seguro estableció pisos, empujando el salario
de los trabajadores hacia arriba. El decreto tiende a la universalidad
y plantea la necesidad de la distribución del ingreso en un país
que no está quebrado sino hiperconcentrado debido a que en 26 años
las transnacionales transfirieron del sector público al privado
250 mil millones de dólares.
Diversificación política
-¿Qué diferencia a la FTV piquetera
de otros sindicatos?
-Estamos diversificándonos. Para cada área
contamos con una política. En salud hemos capacitado a centenares
de agentes comunitarios que hoy hacen tarea preventiva y articulan su trabajo
con la emergencia sanitaria. En cada sala de salud hay drogas básicas
gratuitas que cubren un amplio marco de enfermedades. En los comedores
escolares se combate el hambre y la desnutrición. Los chicos desayunan,
almuerzan y meriendan en la escuela. En La Matanza las comunidades construyeron
110 guarderías que albergan a miles de niños los tres turnos
del día.
"Asimismo, contamos con em-prendimientos productivos,
panaderías, talleres textiles, de construcción, de herrería,
con la novedad que en lugar del libre mercado es el Estado el que recibe
y compra la producción de estos emprendimientos por vía
directa: delantales escolares, alimentos frescos para hospitales y comedores
escolares, ropa, talleres que hacen zapatillas para los chicos, etcétera.
"El fracaso en Latinoamérica de los emprendimientos
productivos obedece a que no pueden subsistir porque se ven obligados a
competir en condiciones de adversidad. Nosotros impulsamos la creación
de empresas sociales, cooperativas, mutuales, para hacer obra pública,
vivienda popular. En estos momentos discutimos con el presidente Néstor
Kirchner el uso de una tarjeta de débito que por la vía del
descuento del IVA a los productos de consumo básico se rebajan los
precios y el pasaje de transporte para los desocupados".
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