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México D.F. Viernes 14 de noviembre de 2003
ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
La economía moral es convocada a existir como
resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio
del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve
el hambre de la gente
Generalizar IVA, tema difícil en el Congreso; el
PRI, ante la disciplina
Cero a alimentos y medicinas, peor que 5%
ANTE LA GENERALIZACION de la tasa del IVA propuesta
por el gobierno en su miscelánea fiscal, el grupo de diputados cercanos
a Elba Esther Gordillo ha planteado, en materia de IVA, aumentar la tasa
para alimentos y medicinas a 5 por ciento en vez de 10 por ciento propuesto
por el gobierno y, al parecer, ha aceptado imponer IVA de 10 por ciento
en todos los rubros hoy exentos (transporte público terrestre, consultas
médicas, colegiaturas, aunque ha cedido a las presiones de los intelectuales
en materia de libros, periódicos y revistas). Aunque ha habido alguna
resistencia entre algunos diputados del PRI, es de esperarse, dado el comportamiento
de la fracción en ocasiones anteriores, que terminen disciplinándose.
LA LIGA DE ECONOMISTAS Revolucionarios del PRI,
encabezada por el diputado Angel Buendía, ha hecho un planteamiento
alternativo que consiste en pasar alimentos y medicinas de la tasa cero
al régimen exento, con la intención de minimizar el daño
a la población. Sin embargo, esta opción resulta peor para
la población de bajos ingresos que la tasa de 5 por ciento. Mi estimación,
basada en la proporción que el consumo intermedio representa del
valor de la producción en el conjunto de la cadena alimentaria (excepto
comercio, es decir agricultura, ganadería e industria alimentaria),
y de la farmacéutica, lleva a la predicción de que los precios
de los alimentos subirían en 6 por ciento y 5 por ciento los de
los medicamentos en esta opción. Cuando este grupo de diputados
acepte este hecho, se quedarán sin planteamiento alternativo y les
quedarán dos opciones: votar en contra de 5 por ciento o disciplinarse
con su coordinadora. El PAN, por su parte, seguramente aceptará
la propuesta que, entonces, sería mayoriteada por la alianza
PAN-PRI, incluso a costa de dividir a la bancada del PRI en la Cámara
de Diputados.
EL GRUPO CERCANO a la coordinadora de los diputados
del PRI ha propuesto, en materia de ISR, bajar las tasas máximas
para las personas físicas de 33 por ciento a 25 por ciento y establecer
una deducción única de cinco salarios mínimos
mensuales. Este planteamiento surgió hace varios meses en la mesa
sobre la reforma fiscal del Senado. La simplificación que conlleva
la hace muy atractiva, ya que cualquiera (y no sólo los contadores
especialistas en temas fiscales, como ocurre ahora) podría llenar
una declaración. Esta simplificación radical sólo
es posible, sin embargo, para los asalariados, ya que para las personas
físicas con actividades empresariales (lo que incluye a los que
prestan servicios a cambio de honorarios) y para las empresas, la dificultad
estriba en determinar el ingreso mismo que ha de gravarse, es decir, la
base del impuesto. El verdadero problema consiste en definir los gastos
deducibles para calcular la "ganancia", que constituye, en estos casos,
el ingreso de la persona. De todas maneras, la simplificación debe
aplaudirse y promoverse porque podría hacer la diferencia para los
asalariados de las pequeñas empresas. Habría que complementarla
con una simplificación también para las personas físicas
con actividad empresarial.
SIN EMBARGO, UNA deducción única
fijada en un monto bajo, en este caso 6 mil 333 pesos al mes, produce un
aumento muy rápido de la tasa efectivamente pagada al principio
y después uno muy lento. Con 25 por ciento y 6 mil 333 de deducción
única, la tasa efectiva pagada crece muy rápido hasta los
32 mil pesos, mientras después de ese nivel se va haciendo casi
horizontal (asintótica a 25 por ciento). Esto se ilustra claramente
en el hecho de que duplicando el ingreso exento (a 13 mil pesos) la tasa
pasa de cero a 13 por ciento; y que al volver a duplicar este ingreso a
26 mil, la tasa llega casi a 19 por ciento. En este tramo, la adición
de 20 mil pesos de ingresos se traduce en 19 puntos porcentuales adicionales
de tasa. Al volver a duplicar el ingreso (a 52 mil pesos), la tasa sólo
aumenta tres puntos, a 22 por ciento. A partir de aquí pagan casi
la misma tasa (ya que sólo aumenta de 22 por ciento a poco menos
de 25 por ciento) los que tienen este nivel de ingresos y los que tienen
hasta 416 mil pesos, una diferencia de menos de 3 puntos porcentuales,
a pesar que el ingreso se habría multiplicado más de ocho
veces.
EN LA PROPUESTA del PRI se establece un segundo
nivel para el pago del impuesto a partir de los 5 millones de pesos de
ingreso anual (416 mil 666 mensuales) con tasa de 30 por ciento. El análisis
presentado muestra que este segundo nivel debe ubicarse mucho antes para
lograr un esquema de ISR más progresivo. Una opción más
justa sería establecer este nivel de 30 por ciento a partir de un
ingreso mensual de 100 mil un pesos de ingresos mensuales y establecer
un tercer nivel de 35 por ciento a partir de un ingreso de 300 mil pesos.
La propuesta que someteré a la fracción del PRD en la Cámara
de Diputados en esta materia establecerá estos tres tramos, pero
además fijará la deducción única en 8 mil pesos,
por las siguientes razones: 1. Las dos únicas líneas de pobreza
per cápita (monto de ingresos mínimo para que una persona
no sea considerada pobre) defendibles -la tercera línea del Comité
Técnico para la Medición de la Pobreza que la Sedeso rechazó,
y la derivada de la Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales (CNSE),
desarrollada en Coplamar- estarán en 2004 en mil 894 y mil 983 pesos,
respectivamente. 2. Por tanto, para la familia promedio de este mismo rango
(de 3.98 personas) el ingreso mínimo para no ser pobre estaría
en 7 mil 500 y 7 mil 900 pesos, respectivamente. Si se considera el tamaño
de los hogares más pobres, que en las mismas áreas urbanas
es de alrededor de cinco, la cifra anterior se aproximaría a los
10 mil pesos. Por tanto, la cifra de 8 mil pesos para la deducción
única es una cifra conservadora para proteger a la población.
EN LA ENTREGA anterior (07/11/03) analicé
las consecuencias de la iniciativa de reforma fiscal gubernamental, sin
incluir la iniciativa de Ley de los Impuestos a las Ventas y Servicios
al Público, presentada por el gobierno federal, por la cual se propone
aplicar un impuesto federal de 2 por ciento. La presencia de este impuesto
en el paquete económico (en la llamada miscelánea fiscal)
se ha debatido de manera insuficiente. El lector se preguntará si
no hubiese sido mejor simplemente establecer la tasa general de IVA en
12 por ciento en vez de bajarla a 10 por ciento y establecer un impuesto
adicional de 2 por ciento con una lógica y una administración
distintas (con un esquema totalmente anacrónico y muy probablemente
ineficaz, que obligará a trámites burocráticos que
lindarán en el absurdo y que analizaré en futuras entregas).
Hay una respuesta política y una técnica a esa pregunta,
siendo en mi opinión mucho más importante la primera. Lo
que busca el Presidente es concitar el apoyo de los gobernadores y del
jefe de Gobierno del DF a su reforma fiscal. Es la zanahoria, ya que los
ingresos de los gobiernos locales aumentarían por este concepto
(aunque habría que evaluar si alcanzan a compensar o no la baja
en la recaudación federal participable que debe resultar de la baja
en la tasa general del IVA, particularmente si la tasa a alimentos y bebidas
se fija en 5 por ciento).
EN LA GRAFICA anexa presento el impacto en el poder
adquisitivo de los hogares de tres propuestas de reforma al IVA: la oficial
del gobierno, incluyendo 2 por ciento de impuesto a las ventas; la del
PRI, de 5 por ciento a alimentos y medicinas (suponiendo que plantearán
10 por ciento a los bienes y servicios actualmente exentos), incluyendo
también 2 por ciento a las ventas; y la del PRD de 2001, que presenté
en conferencia de prensa en San Lázaro el lunes pasado. Los resultados
son contundentes: los deciles (décimas partes de la población
ordenadas de menor a mayor según ingreso per cápita) del
I al IX ven mermado su poder adquisitivo en montos que van de 4 mil a 10
mil millones de pesos anualmente con las iniciativas oficiales y de 2 mil
a casi 6 mil millones con la propuesta del PRI, observándose en
este caso los impactos negativos hasta el decil VIII. Las dos curvas son
paralelas, mostrando que tienen el mismo carácter regresivo y que
la del PRI simplemente modera los impactos negativos en la población
más pobre. En ambas propuestas, el poder adquisitivo del decil X
se incrementa y en la del PRI lo hace ligeramente el del decil IX. En la
propuesta del PRI las ganancias del decil X son de más de tres veces
las de la propuesta oficial. El incremento en la recaudación sería,
a 100 por ciento de eficiencia, de 65 mil millones de pesos en la propuesta
oficial y de sólo 22 mil millones en la del PRI. La recaudación
real estaría probablemente alrededor de 60 o 70 por ciento de las
cifras anteriores, alrededor de 40 mil millones en la primera y de 15 mil
millones en la segunda. Esta, que se perfila como la que será pactada
entre el PRI y el PAN, no resuelve el problema de las finanzas públicas
para 2004, particularmente porque la baja en las tasas del ISR que, al
parecer será parte del paquete, amenaza con hacer decrecer la recaudación.
EN CONTRASTE, LA propuesta de tasas múltiples
del PRD (0 por ciento y exento, los bienes básicos; 10 por ciento,
los de consumo generalizado; 15 por ciento, los de consumo restringido,
y 20 por ciento, los de consumo exclusivo) aumenta el ingreso real de los
deciles I al IX y disminuye el del decil X, el más rico. Mientras
las otras dos propuestas son regresivas, la del PRD es progresiva.
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