México D.F. Miércoles 12 de noviembre de 2003
Alejandro Nadal
ƑPaquete económico o fardo financiero?
Podría pensarse que el Presupuesto de Egresos de 2004 es un testamento del sexenio. O quizás una carta de renuncia, porque aparentemente el documento deletrea con toda claridad la dimisión del Presidente.
Después de todo, Ƒpara qué ocupar la Presidencia si se renuncia al objetivo de crecimiento de 7 por ciento anual tan repetido durante la campaña? Y es que en su análisis del marco macroeconómico para México, los criterios de política económica señalan que para el periodo 2002-2006 el crecimiento promedio será de 2.8 por ciento. Y eso si se cumplen los pronósticos, supuestos y buenos deseos del gobierno. ƑSerá que el Presidente acepta como fatalidad del destino ese triste escenario económico? Personalmente creo que Fox ni acepta ni rechaza la fatalidad. Simplemente no le importa.
Por lo pronto, para el año que viene se propone la meta de crecimiento de 3.1 por ciento. Pero hace un año este mismo gobierno ofrecía crecimiento de 3 por ciento y al final apenas se alcanzó un nivel mediocre de 1.3. O sea que este gobierno tiene un récord bastante pobre en lo que se refiere a cumplimiento de metas económicas. ƑPor qué habríamos de creerle ahora?
No hay muchas razones para hacerlo, sobre todo si se considera que su pronóstico se sustenta en la idea de que se pueden mantener las tasas de crecimiento que la economía estadunidense mostró para el tercer trimestre de este año. Es una apuesta arriesgada: si estamos frente a una recuperación de la economía de Estados Unidos, esas tasas son sólo un efecto estadístico y no se podrán sostener a lo largo del año.
A partir de su meta de crecimiento, el paquete económico del Ejecutivo para 2004 constituye un despropósito mayúsculo. La propuesta incluye una reforma fiscal que el gobierno insiste es necesaria para aumentar los ingresos tributarios y enfrentar el rezago en educación e infraestructura. Sin la reforma (aquí está la amenaza) se tiene que operar un recorte en el gasto público. Pero Ƒcuál será el impacto derivado de la generalización regresiva de este gravamen?
Los que están dispuestos a creer que el aumento de ingresos tributarios asociado a esa reforma evitaría el recorte en el gasto deben tomar en cuenta lo siguiente. El gobierno propone aumentar el superávit primario (lo que queda después de comparar ingresos y egresos, pero sin considerar el servicio de la deuda), hasta un monto equivalente a 2.7 por ciento del PIB. Esos recursos, provenientes de un recorte en términos reales de 4 por ciento en el gasto programable serían desviados para pagar el servicio de la deuda y una vez que se considera ese rubro, tenemos un déficit de menos 0.3 por ciento del PIB.
Para 2004 la recaudación aumentaría modestamente 1.1 por ciento (en ausencia de la reforma fiscal), pero eso no impediría que se reduzca el gasto programable. El gobierno dice que con eso se obtiene un presupuesto consistente con el objetivo de un marco macroeconómico estable. Eso es falso. Para atender los requerimientos financieros del sector público (RFSP) se necesitan recursos equivalentes a más de 3.3 por ciento del producto interno bruto (cuando se considera la falta de ingresos no recurrentes).
Eso explica por qué si el gasto programable cae de manera significativa, el principal renglón del gasto no programable, el costo financiero, crece 7 por ciento. Las prioridades de este gobierno no podrían ser más claras. Y el móvil de la reforma fiscal también es transparente: hay que recaudar más para poder pagar las cargas financieras el resto del sexenio. Ese es el único objetivo del gobierno de Vicente Fox.
Hasta hace poco se insistía (sin convencer) en la necesidad de acompañar el ciclo económico estadunidense: durante su recesión, aplicar una política macroeconómica de expansión sería contraproducente. Pero hoy que el gobierno dice que la recuperación en ese país está en marcha, se aplica la política fiscal más restrictiva del sexenio. Hasta la inversión pública será de rigurosamente šcero por ciento!
Al mismo tiempo, como se mantiene la política monetaria restrictiva y la tasa de interés en términos reales permanecerá alta, la inversión privada no podrá recuperarse de los niveles tan bajos que ya ha alcanzado. ƑPor qué la inconsistencia? Porque lo único que interesa es liberar recursos para pagar las cargas financieras. El gobierno de Fox responde única y exclusivamente a los intereses de la esfera financiera. De ahí el colosal desvío de recursos que podrían destinarse a salud, educación, vivienda o infraestructura, pero que sólo servirán para engrasar las ruedas de los rescates bancario, carretero y el pago de esa poco transparente forma de endeudamiento que son los Pidiregas (que a Fox tanto le entusiasman).
No hay paquete económico, sólo un fardo pesadísimo que ha hipotecado la política fiscal para siempre. A menos que un día este país decida revisar todo esto con otros ojos.
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