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México D.F. Miércoles 5 de noviembre de 2003
PARAJE SAN JUAN: FALLO PLAUSIBLE
La
decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
de atraer el contencioso entre el gobierno del Distrito Federal y un particular
que se ostenta como dueño del denominado Paraje San Juan, y que
reclama una indemnización de más de mil 800 millones de pesos
por la supuesta expropiación de ese terreno ubicado en la delegación
Iztapalapa, constituye una respuesta correcta y razonable a las objeciones
planteadas por el gobernante capitalino, Andrés Manuel López
Obrador, al fallo del cuarto tribunal colegiado en materia administrativa
que obligaba al gobierno de la ciudad de México a desembolsar esa
suma gigantesca a pesar de los numerosos indicios de irregularidades del
expediente respectivo.
Si bien no fue concedida la petición original de
López Obrador al máximo tribunal del país, que era
la creación de una comisión investigadora del caso, la resolución
aprobada es un doble triunfo para el jefe del gobierno capitalino, en la
medida en que le da la razón en su demanda de esclarecimiento y
le reconoce legitimidad para solicitar la intervención de la SCJN
en situaciones especiales, lo que equipara sus atribuciones a las de los
mandatarios estatales.
Lo más importante del episodio es que reafirma
que el gobierno capitalino y la institucionalidad nacional en su conjunto
disponen de mecanismos para revisar y, en su caso, anular órdenes
judiciales que puedan convalidar intentos de fraude y se conviertan en
un mecanismo de saqueo de las arcas públicas, como podría
ser el caso del reclamo de la indemnización multimillonaria por
la expropiación del Paraje San Juan a un supuesto propietario que
dista mucho de haber fundamentado correctamente su exigencia.
Cabe esperar que en la revisión del expediente
que emprenda la SCJN no sólo se establezca la procedencia o la improcedencia
del pago referido, sino también dé pie para encontrar las
fallas, involuntarias o dolosas, en las actuaciones de ex funcionarios
públicos y de integrantes del propio Poder Judicial, errores que,
sumados, han colocado a las finanzas de la ciudad capital en un grave peligro
y han estado a punto de hacer posible una transferencia tal vez ilegal
de fondos públicos a manos privadas.
Por otra parte, sería deseable que el fallo emitido
ayer por la máxima instancia judicial del país siente de
alguna manera un precedente y lleve a la revisión de otros litigios
en los que se pretende sangrar desmesuradamente las arcas públicas,
como es el caso de la indemnización, también astronómica,
que los descendientes de Gabriel Ramos Millán, representados por
el despacho de Diego Fernández de Cevallos, pretenden cobrar a la
Secretaría de la Reforma Agraria. Si el combate a la corrupción
es un propósito serio y no sólo un lema propagandístico
del actual gobierno, debe ponerse freno a la proliferación de fortunas
basadas no en la legalidad y la ética, sino en las habilidades de
leguleyos tan llenos de influencias como vacíos de escrúpulos.
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