México D.F. Miércoles 5 de noviembre de 2003
Presentará su nuevo disco titulado Río de son
Innovar en la tradición, reto de los soneros jarochos: Armando Chacha
ARTURO CRUZ BARCENAS
Hoy a las 20 horas, en el Centro Cultural Veracruzano, el jarocho Armando Chacha presentará su disco Río de son (Ediciones Pentagrama), cuarto de su trayectoria iniciada en 1982, colección de ocho piezas que se insertan en la tradición de los creadores de una forma sonora auténtica que tiene "un venero con futuro". En la grabación lo acompañan Mono Blanco, El Cuarteto de México Quattuorum y el maestro Arturo Márquez.
Chacha nació en Santiago Tuxtla, Veracruz; es antropólogo social y comenzó su formación musical a los 9 años bajo el influjo del son jarocho, tocando la jarana, al modo de su abuelo y su padre, también músicos. Comenzó a escribir sus composiciones a los 18 años. En 1982 grabó su primer disco, Biografía rota, bajo el sello Discos Alebrije. Con Pentagrama dio a conocer su segunda y tercera producciones, Litorales (1991) y Matamba (1999).
En entrevista, expresó que el son jarocho cruza por un buen momento. "En los años 80 me tocó rescatar sones porque parte del repertorio se había perdido. De los años 50 se habían quedado sones que se prestaban al virtuosismo, entendido como rapidez, en la ejecución y en el baile. El son se fue volviendo espectáculo y se quedaron sones que se adecuaban a ese fin.
"Mi generación se dio a la tarea de rescatar los sones perdidos, los antiguos. Hoy, la fiesta, el fandango, está en todo su esplendor. Hay un enorme potencial de niños y jóvenes tocando el son jarocho. Hay grupos que han logrado un nivel de ejecución extraordinaria, como Son de Madera, Mono Blanco, Chuchumbé, Siquisirí, Son de Santiago.
"Algunos han ido al desarrollo de la décima y han construido sones. Me crié en esa generación, en la del rescate, y he procurado que mi canción tenga su tiempo y su espacio, en el texto y en la hechura musical. En Río de son festejo esta música con piezas que tienen sus recovecos fundados en el son tradicional, pero proponiendo otras composiciones."
Interpreta La lloroncita, son tradicional con arreglo de Armando Rosas, conocido más como compositor de rock y pop. "Recupero la forma antigua de cómo se tocaban los sones en Santiago Tuxtla, con tres requintos."
Los sones solían desaparecer con la muerte de los viejos soneros, pero ahora, dijo, "se defienden. Las mezclas son inevitables tanto en las formas musicales como en la visión del mismo son. Muchos músicos, al ir explicando el son -porque los viejos lo tocan como lo aprendieron-, hallan información fuera de la tradición. Se corre el riesgo de perder la pureza, pero que para mí es un sinsentido.
"Lo que ha demostrado la música popular es que si se ha mantenido es por su capacidad de autogenerarse, regenerarse y autocrearse. Hay factores que van en contra de este proceso. Hay quienes consideran que deben usarse otros elementos y con los instrumentos echarse una quebradita. Son riesgos naturales, pero ha sido más fuerte el desarrollo de la tradición sin pervertirla."
El disco será presentado por el poeta Francisco Hernández, el cantante y compositor Salvador Negro Ojeda; el director general de Vinculación Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Eudoro Fonseca; la directora del Instituto Veracruzano de Cultura, Leticia Perlasca, y Modesto López, director de Ediciones Pentagrama.
El Centro Cultural Veracruzano, Miguel Angel de Quevedo 687, casi esquina Carrillo Puerto, Coyoacán. Llegue a las 20 horas. La entrada será libre.
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