México D.F. Miércoles 5 de noviembre de 2003
Se inaugura la magna exposición del pintor
en el Museo del Palacio de Bellas Artes
Performance de Ofelia Medina para recordar a
Gironella
La actriz y activista personificará a la muerte
y llevará las cenizas del homenajeado
Un séquito de actores hará que los personajes
del artista cobren vida
MERRY MAC MASTERS
La muerte del pintor Alberto Gironella, el 2 de agosto
de 1999, marcó el comienzo de una de las épocas más
duras en la vida de Ofelia Medina. Amiga del artista desde adolescente,
la actriz y activista recuerda aquel año como de ''muerte, dolor
y decepción".
Fue cuando en Chiapas ''me amenazaron de muerte, giraron
orden de aprehensión en mi contra, me declararon persona non
grata y me sacaron de San Cristóbal''.
Entre
las agresiones que sufrió, le lanzaron gas lacrimógeno a
los ojos y desde entonces los tiene dañados. Sin embargo, la lucha
zapatista ''levantó" su corazón, ''porque si yo me sentía
mal, entonces cómo se sentirán las comunidades atacadas".
Pero, gracias a la generosidad de Alberto Gironella y
sus demás amigos pintores, como Francisco Toledo, Vicente Gandía,
Joy Laville y Gilberto Aceves Navarro, ahora, en los campamentos de desplazados
de Chenalhó (Chiapas), ''damos mil 500 alimentos enriquecidos diariamente
desde 1998".
Además, Emiliano Gironella, hijo del artista, ha
autorizado la reproducción de los Zapatas de su padre en
beneficio del Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas
de México, que encabeza la actriz. En la actualidad se imprimen
postales en serigrafía hecha a mano, en San Cristóbal de
las Casas, cuya venta favorecerá a esa institución.
Segunda parte de un acto efímero
Ofelia Medina está por demás agradecida
con su ''maestro de estética", a quien conoció en un camerino
de teatro, y disfrazado de franciscano lo vio cantar La verbena de la
paloma, en ''una locura de las que hacíamos con Alejandro Jodorowsky".
Con Carmen Parra, Juan Ibáñez y Gironella,
Ofelia dice haber formado ''un cuarteto de Alejandría", en el México
de entonces, que hizo muchas ''travesuras creativas". Gironella, continúa,
''me dio mi forma de ser, de mentarle la madre a quien se me ponga enfrente
si está haciendo algo que atente contra la vida y la justicia".
Del pintor también aprendió la alegría de vivir.
Por eso, y con motivo de la magna exposición Alberto
Gironella. Barón de Beltenebros, que se inaugura hoy a las 20:30
horas en el Museo del Palacio de Bellas Artes, Ofelia Medina ha preparado
un performance. De hecho, es la segunda parte de un acto efímero
llevado a cabo el primero de noviembre en la casa que Gironella dejó
''intempestivamente" en Valle de Bravo, sin despedirse de nadie, porque
''la muerte se lo llevó rapidísimo".
La actriz explica: ''Cuando Alberto se sintió muy
mal llamó a Emiliano, quien de Valle de Bravo lo trajo a la ciudad
de México. En el hospital le dijeron que la enfermedad del artista
era mortal. Hicimos los arreglos para que no se quedara en el nosocomio,
porque allí no lo podíamos visitar; no podíamos gritar,
cantar y él no podía escuchar música.
''Un
amigo común, José Luis Cortés, lo recibió en
su casa. Luego me fui a Chiapas. Alberto mandó regalos para algunas
de sus amistades; llevé un libro para el subcomandante Marcos.
El maestro falleció la mañana del día que regresé.''
Muerto Gironella, la casa de Valle de Bravo se cerró
y empezó a caer en el abandono, a pesar del gran esfuerzo de Virginia,
su discípula, por cuidarla. No obstante, en el reciente Festival
de las Almas en esa localidad mexiquense, la casa fue abierta para albergar
una exposición temporal con la obra pictórica de Gironella''.
Ofrenda en Valle de Bravo
Sobre la ceremonia que siguió, Ofelia Medina relata:
''Arreglamos la casa como altar. En la cortina metálica, donde está
el famoso letrero ''Esto es gallo'', colocamos la ofrenda. Pusimos lo que
el maestro llevaría: primero, carne humana cruda en movimiento,
bella y sensual. Bellísimas mujeres desnudas estuvieron allí
junto con salchichones y vino. Como literatura sólo El Quijote.
Pusimos sus pinceles, fotografías con personajes y amigos, como
Buñuel. También pusimos muchas botellas de vino y cantamos
Don
Giovanni y Carmen, pero, en vez del estribillo original, era
'Gironella, a Gironella'.
''En el centro del altar estaban sus cenizas, la muerte
las tomó, las cargó y nos fuimos cantando por la calle acompañados
de sus vecinos y de los niños de Valle de Bravo que llevaban flores
y chorizos. Nos fuimos hasta el muelle, donde otro amigo, Isaac Masri,
nos recibió en una barca adornada con cempasúchil y luces,
y nos fuimos por el lago."
Hoy, la muerte, personificada por Medina, se encargará
de llevar las cenizas del homenajeado a la sala en la que permanecerán
durante la exposición. Mientras tanto cobrarán vida los personajes
de sus cuadros gracias a un séquito de actores.
Con la ayuda de la Orquesta Sinfónica Juvenil del
Estado de México, el Octeto Vocal del Instituto Mexiquense de Cultura
y la cantante Regina Orozco, Alberto Gironella ''entrará a Bellas
Artes con el aria Toreador", de la ópera Carmen, de
Georges Bizet.
''Creo que eso agradaría a Gironella y le voy a
dar ese gusto", concluye la actriz, quien afirma haber posado desnuda varias
veces para el pintor.
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