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México D.F. Miércoles 5 de noviembre de 2003
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Combustibles y propuesta fiscal
Del manual fondomonetarista
Juegos de tecnócratas
UNA VEZ QUE las versiones del presidente Fox y su secretario de Gobernación, Santiago Creel, parecen coincidir en torno a la propuesta fiscal que el "cambio" presentará a la Cámara de Diputados (luego de que el segundo desmintió al primero, o en su defecto, no se animaba a reconocer que dicha iniciativa ya estaba más que cocinada), en diversos corrillos ágilmente deambula un rumor sobre un posible aumento en los "precios" de las gasolinas y el diesel que se producen y expenden en el país.
ALGUNOS DIPUTADOS CALIFICAN dicho rumor como un simple "buscapiés" del gobierno federal para en su momento utilizarlo en las negociaciones "definitivas" del paquete económico para 2004 y, por medio de ese mecanismo, procurar que otras "puñaladas" a los causantes pasen sin mayor cuestionamiento.
OFICIALMENTE, EN EFECTO, el del aumento de "precios" a los combustibles es, hasta ahora, uno de tantos anzuelos echados al aire, "por si alguien cae". Sin embargo, tal ronroneo no debería desestimarse, toda vez que el objetivo señalado es un viejo recurso del manual fondomonetarista que con dedicación y orgullo en innumerables ocasiones han aplicado los recientes gobiernos (tricolores y blanquiazules), todos ellos pomposamente autodenominados nacionales.
NO SERIA EXTRAÑO, pues, que el inquilino de Los Pinos presentara como "novedad" la propuesta de aumentar "precios" -más allá de la "actualización" mensual que se aplica- a las gasolinas y el diesel. Tampoco sería extraño, ni mucho menos la primera vez, que el martillazo caiga sobre la cabeza de los consumidores.
DE DARSE, MAS allá del nefasto impacto en los bolsillos de los mexicanos de a pie y su efecto en la cadena productiva y comercializadora del país, no cabe duda que el gobierno del "cambio" asumiría tal decisión como uno más de los "juegos" en los que a los tecnócratas les fascina participar (como en el de la "reducción" de subsidios eléctricos o la "disminución" del IVA)
EN LOS HECHOS, antes y ahora, tal incremento no se daría en los "precios" de los combustibles mexicanos, sino en la catarata de impuestos aplicada a los energéticos, la cual, desde luego, va asociada al importe al público. Dicho torrente fiscal representa alrededor de 70 por ciento del precio final al consumidor.
SE HA DICHO, se dice, que los combustibles nacionales (gasolinas y diesel) destacan entre los "precios" más elevados de América Latina y tal vez del mundo, cuantimás si se considera que México es uno de los principales productores de hidrocarburos en el planeta. Dichos "precios", alegan, superan por mucho a los equivalentes en Estados Unidos.
DE ACUERDO CON cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), al cierre de 2002 un litro de gasolina "corriente" mexicana (Magna) reportó un "precio refinería" de 17 centavos de dólar, el mismo que en Brasil y Colombia, nivel tres centavos por abajo del que reportó Ecuador, también productor de petróleo, contra 20 centavos del promedio latinoamericano para ese año. Venezuela se lleva la palma en este renglón con dos centavos de dólar por litro.
TRAS OBTENER EL "precio refinería", la Cepal añade la mano de la Secretaría de Hacienda, es decir, el impacto fiscal en el litro de gasolina "corriente" mexicana: 38 centavos de dólar, para redondear 55 centavos de billete verde. Los gravámenes aplicados al combustible nacional aumentaron en 123.53 por ciento el "precio" final al público consumidor. En la estructura de dicho "precio", 70 por ciento correspondió a impuestos.
A PRECIOS ACTUALES, por cada litro de gasolina Magna que se consume en México, el consumidor final paga alrededor de 6.1 pesos, de los que cerca de 4.27 pesos terminan en Hacienda. Antes de impuestos, el "precio" sería de 1.83 pesos, o 17 centavos de dólar, al que habría que sumarle 40 centavos de peso mexicano por litro vendido, como "margen comercial".
ASI, EN EFECTO, el "precio" de la gasolina mexicana resulta de los más elevados de América Latina. El estudio de la Cepal lo ubica en cuarta posición regional, sólo superado por el combustible que se expende en Uruguay, Argentina y Brasil. Con respecto al "precio" de la gasolina que se vende en Estados Unidos, el de la nacional es superior en alrededor de 11 por ciento, sin considerar la franja fronteriza norte, en donde Magna y Premium se comercializan a casi a la mitad de "precio", por aquello de la "competitividad".
COTIDIANAMENTE, EN EL país se consumen alrededor de 900 mil barriles de gasolinas Magna y Premium, a las que, entre otros, se les aplica el impuesto especial sobre producción y servicios, al igual que al gas natural, gas licuado de petróleo y para combustión automotriz. Por tal concepto, la Secretaría de Hacienda estima que los consumidores pagarán, en 2003, alrededor de 121 mil millones de pesos, 82 por ciento, aproximadamente, de la captación total (148 mil 500 millones) por dicho gravamen.
COMO REFERENCIA, PARA el caso venezolano, otro gran productor de hidrocarburos, el gravamen aplicado al litro de gasolina representa un aumento de 150 por ciento sobre el llamado "precio refinería" (dos centavos), de tal suerte que el combustible se expendió al consumidor final en cinco centavos de dólar, de acuerdo con las cifras de la Cepal.
COMO BIEN LO señala el investigador José Luis Manzo, vecino en las páginas de La Jornada, "la SHCP presenta como incremento a los precios de las gasolinas y el diesel lo que en realidad es un aumento de impuestos (IEPS) no autorizados por el Congreso. Tan no se trata de incrementos de precios, que Pemex sigue recibiendo los mismos ingresos (el "precio Pemex" se mantiene sin cambios) mientras que la SHCP acapara los ingresos adicionales derivados de ese incremento. Posteriormente, en la Cuenta Pública, Hacienda simplemente informa al Congreso que los ingresos por IEPS fueron superiores a los esperados. Y tan tan. Por tal motivo hemos dicho que las gasolinerías son cajas recaudadoras de impuestos".
Las rebanadas del pastel:
ESE ES EL "juego", finalmente, llámese "actualización", aumento de "precio", "reducción" de subsidios o "decremento" del IVA. De cualquier suerte, el martillo cae sobre la cabeza de los mismos. [email protected]
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