De 2001 a octubre de 2003 han matado a 600 mujeres, dice la Red de no violencia

Se disparó el feminicidio en Guatemala

Los asesinatos, perpetrados por el crimen organizado: Procuraduría de Derechos Humanos

JENARO VILLAMIL

En la otra frontera mexicana, la centroamericana, el feminicidio se ha disparado. Un recuento realizado por la Red de no violencia contra las mujeres en Guatemala calcula que de 2001 hasta octubre de 2003 han sido asesinadas por lo menos 600 damas sólo en ese país, y a pesar de que las autoridades sospechan que se trata de las maras o pandillas juveniles que operan en las ciudades, está implicado el crimen organizado y el narcotráfico, como ha sucedido en Ciudad Juárez, Chihuahua.

De enero de 2003 a la fecha, alrededor de 200 mujeres han sido asesinadas en forma violenta; 81 homicidios ocurrieron en la capital guatemalteca y el resto en distintos departamentos, según denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la dirigente de la red, Hilda Morales.

El tema se convirtió en escándalo nacional cuando en julio pasado fueron hallados decenas de cadáveres de mujeres que presentaban señales de tortura, estrangulamiento, mutilación, heridas con arma blanca y violación sexual, como ocurrió en casi cien casos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez en los 10 años recientes.

Según los datos de la red y de organizaciones feministas, en 2001 se reportaron más de 220 homicidios, unas 300 violaciones y 19 mil denuncias de violencia intrafamiliar contra mujeres. En 2002, la cifra se disparó a 244 asesinatos y en lo que va de 2003 el número ya rebasó los 200 homicidios. La Fiscalía de la Mujer reportó, hasta agosto de este año, unos 181 crímenes y dijo que por lo menos 160 fueron contra mujeres, con un nivel de ensañamiento nunca antes visto.

Al igual que en los casos de Ciudad Juárez, la mayoría de los crímenes está impune. La Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) determinó en septiembre de este año que los responsables no pertenecen solamente a las pandillas juveniles conocidas como maras, sino al crimen organizado y al narcotráfico, en su mayoría, contradiciendo los reportes de la Policía Nacional Civil (PNC) y del Ministerio Público.

Desde el 7 de mayo de este año, la PDH se dedicó a revisar cada uno de los expedientes en las morgues de la capital y los departamentos, en busca de datos que permitieran establecer el perfil de la víctima, los móviles del crimen y los presuntos responsables. Entre los datos más reveladores encontraron que sólo una de las mujeres asesinadas este año pertenecía a las pandillas. Los investigadores de la PDH estimaron que sólo 10 por ciento de los crímenes fueron perpetrados por pandillas y que en la mayoría de los casos los cuerpos de las mujeres "fueron trasladados del lugar donde se cometió el crimen con un mismo modus operandi". Asimismo, detectaron tres bandas bien definidas del crimen organizado.

"Existe un patrón en algunos crímenes, como que el agresor se dirigió directamente a la víctima y le disparó a quemarropa tres y cuatro veces, y luego se fue", estableció un reporte de la PDH, citado por la red. Además, las mujeres tenían tiro de gracia dos pulgadas arriba del pezón izquierdo, perforaciones en el tórax, en ambas sienes o en la región occipital.

Para Frank la Rue, del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos, los recientes crímenes contra mujeres tienen como propósito "crear terror" entre los guatemaltecos. "Es una campaña concertada para provocar terror en la población, especialmente en época electoral", subrayó La Rue, citado por el sitio Prensa Libre.

Crímenes recientes

El pasado 28 de octubre se halló el cadáver de una mujer embarazada, de aproximadamente 38 años, en un camino de terracería. Otras dos mujeres, de 41 y 22 años, fueron localizadas junto a uno de los hijos de las víctimas en las 36 horas recientes.

Las mujeres asesinadas fueron identificadas como Marta Lidia Martínez Oliva, de 41 años; su hijo Gerson Morales Martínez, de 10; Blanca Leticia Julián, de 17, con ocho meses de embarazo, y otra sólo como Sandra, de 22 años.

Este cuádruple crimen ocurrió en la tienda El Ganadero, cuando las cuatro personas dormían, según señaló el jefe de operaciones de la PNC, Luis Franco Hernández. Los mismos investigadores insistieron en una tesis que ha sido desestimada por las organizaciones civiles: la "venganza personal".

En agosto pasado se encontraron en el fondo de un barranco los cuerpos de dos adolescentes muertas que fueron apuñaladas y luego les dieron un disparo en la cabeza. Otro caso que estremeció a la opinión pública guatemalteca fue el de otras dos adolescentes, de 11 y 16 años de edad, decapitadas y mutiladas de piernas y brazos. Sus cuerpos fueron abandonados en un desolado paraje de San Pedro Ayamupc, 20 kilómetros al norte de la capital. Días después se encontraron las partes mutiladas en un costal.

Las sospechas de que puede tratarse de uno o de varios asesinos en serie crecen. Por ejemplo, en el poblado Escuintla 17 mujeres fueron acribilladas bajo un mismo patrón de violencia y abuso sexual.

El procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, declaró el pasado 9 de octubre que la escasa efectividad de las pesquisas del Ministerio Público obligó a investigadores de esta dependencia a tomar cartas en el asunto. "Todo apunta a que los asesinatos podrían obedecer a una cuidadosa planificación", subrayó.

Entre enero y abril de 2003 se cometieron 42 crímenes mensuales, después el número se redujo a 29 y en la actualidad el promedio es de 13.