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México D.F. Sábado 1 de noviembre de 2003
Morir es la vivencia de la discontinuidad de la existencia, considera la académica
Sabernos finitos conlleva ejercer la libertad y la creación: Greta Rivara
''El arte, no la filosofía, ha tratado más el tema de la muerte'' Invocar el más allá es una forma de evasión, expresa la autora de un libro sobre la ontología de la finitud
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La muerte, al contrario de lo que se cree, es posibilidad de vida. Saber que el ser humano es finito ofrece posibilidades de libertad y creación de acuerdo con una perspectiva filosófica más que religiosa, estima la filósofa Greta Rivara, autora del libro El ser para la muerte: una ontología de la finitud (fragmentos para una reflexión sobre la muerte), coeditado por la Facultad de Filosofía y Letras e Itaca.
Aun cuando en México el tema de la muerte es visto, sobre todo en estos días de difuntos, como fenómeno lúdico, esto no es más que un mecanismo de defensa, un sistema de escape para no pensar en ella. ''Esta idea es manejada por muchos antropólogos que les llaman sistemas de exclusión o sistemas de inclusión. Están las sociedades que tienen a la muerte muy presente, cotidianamente, donde parece que está integrada a la comunidad, a las festividades, a la vida ordinaria. Y existen otros grupos que la tienen exiliada de su vida cotidiana y sólo esperan momentos extraordinarios para evocar ese tema".
El mecanismo es igual en ambos tipos de culturas: ''La inclusión implica integrarla tanto que es desaparecerla; mientras que en los sistemas de exclusión, donde parece que la muerte está lejos, que no queremos saber nada de ella, se trata precisamente de exiliarla. En los dos casos se ve esa necesidad humana de no evocar el pensamiento de la muerte, no enfrentarse con su propia finitud", agrega la catedrática universitaria.
El cuerpo, un tabú en Occidente
Una de las tesis que maneja en El ser para la muerte... ''es que en la medida en que evadimos nuestras posibilidades como seres mortales, que rehuimos afirmar nuestro cuerpo como parte de nuestra completud, que rehuimos negar nuestra sexualidad como parte de nuestra vida, es decir, todo aquello que refleja nuestra humana humanidad, al evadir eso evadimos también enfrentarnos con la vida. La vida es eso. En el hecho de ser mortales radica el ser libres, ser seres creadores".
La muerte es experiencia cotidiana, no sólo ausencia de vida. Es un rompimiento con cosas y situaciones tan diarias como por ejemplo una ruptura amorosa, que sería ''una muerte simbólica, es la vivencia de la discontinuidad de la existencia. Es todo lo relacionado con el cuerpo, que somos personas con olores, fluidos, dolores físicos; no en vano en Occidente uno de los grandes tabúes es precisamente el cuerpo. Eso se refleja en los sistemas dicotómicos del pensamiento en la vida occidental: aprendimos a separar cuerpo y alma, mente y espíritu, razón de sinrazón. Estos sistemas operan de alguna manera para dar mayor validez, mayor prioridad a aquello vinculado con la evasión de la muerte".
En su libro, Greta Rivara trata de subsanar una falla de la filosofía, ya que a lo largo de la historia son pocos los pensadores que se han interesado por el tema de la muerte, y esa omisión ''habla de nuestra sociedad: que la muerte, con sus grandes excepciones, no se ha tratado lo suficiente, que no queremos pensar en ella como fenómeno de vida o como algo que determina la existencia. Filósofos como Nietzsche y Heidegger nos dicen que si queremos hacer una reflexión sobre la vida tenemos que hacer una reflexión sobre la muerte".
Es el arte -como el cine o la literatura- y no la filosofía el que ha tratado más el tema de la muerte. Esto se debe en gran parte a que el lenguaje del arte permite hablar de ella de manera más descarnada; ''mientras el lenguaje de la filosofía, al ser conceptual, evade un poco el trato con este tipo de realidades".
Más que al arte o a la filosofía dejamos el tema de la muerte a la religión, porque ofrece una posibilidad: la existencia del más allá, lo que representa también una forma de evasión. ''Frente a la muerte siempre buscamos consuelo. En la actualidad eso se da no sólo en la religión, tratamos de evadir la muerte con la ciencia, como es el caso de la criogenización; se busca mantener el cuerpo libre de la putrefacción, que sería como el signo más contundente de la muerte; son las cirugías plásticas, las dietas, es decir, construimos instancias con tal de no enfrentarnos con la muerte.
''En la religión la muerte es vista no como un fenómeno de la vida, sino como un tránsito a otra vida, y no advertimos que cada paso que damos siempre es mortal, marcado por la huella de la finitud."
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