.. |
México D.F. Sábado 1 de noviembre de 2003
OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 110
Secundaria técnica
¿Una opción educativa en entredicho?
Urgente necesidad de rescatarla
LA SECUNDARIA TECNICA (ST) es una de las opciones
para cursar el nivel de educación media básica. Surge a finales
de los años 70 con el doble objetivo de brindar estudios de secundaria
y una formación tecnológica que le permita al estudiante
incorporarse a una actividad productiva (en especialidades como carpintería,
secretariado, agricultura y muchas otras). A más de 20 años
de haberse constituido, esta modalidad educativa representa actualmente
cerca de la tercera parte de la matrícula en el nivel medio básico.
¿Cuál es su vigencia y pertinencia como opción en
este nivel? ¿En qué medida cabe hablar hoy día de
una opción diferente? La ST, ¿forma para el trabajo? ¿Provee
las bases iniciales requeridas por el nuevo desarrollo tecnológico?
¿Cuál es la importancia actual del componente de formación
para el trabajo dentro de su currículo? Estas son algunas de las
interrogantes que están en discusión y que llevan a analizar
la problemática y circunstancias por las que atraviesa hoy día
esta modalidad. Las consideraciones que aquí se apuntan se apoyan
en los resultados de una investigación reciente cuyo énfasis
estuvo puesto en el componente de formación para el trabajo.
El panorama actual
LA ST ENFRENTA actualmente un contexto muy diferente
al de décadas pasadas. Hay por lo menos cuatro factores que distinguen
su presente y su pasado: a) si bien anteriormente constituía una
opción alternativa a la secundaria general, hoy la ST se enfrenta
a la competencia de otros planteles de secundaria, sean generales, telesecundarias,
o bien de nuevas secundarias técnicas; b) si antes la ST constituía
en muchos espacios el último tramo educativo para jóvenes
que no contaban con recursos económicos, ni con las opciones locales
para continuar sus estudios (lo que justificaba su componente de formación
para el trabajo), se cuenta ahora con ofertas en el nivel medio superior
-tanto general como técnico- a las cuales se pueden incorporar los
estudiantes; c) actualmente, el desarrollo tecnológico lleva a cuestionar
el carácter y posibilidades de la ST en materia de adecuación
y respuesta a la necesidad de ofrecer una cultura tecnológica y
una preparación para el trabajo; d) la ST no cuenta con los apoyos
de otros años, la situación en que subsisten muchos de los
planteles es elocuente de la situación marginal que guarda la formación
en áreas tecnológicas hoy día. De hecho, en muchas
de las regiones del país persiste la ST de hace 20 años,
marcada ahora por una inercia en la que conviven la falta de recursos,
tecnologías obsoletas, talleres en abandono, maquinaria ociosa,
falta de actualización y programas deficientes de formación
docente, ausencia de colectivos que asuman y participen en estrategias
académicas y de gestión, ausencia de liderazgos y de nuevos
estilos de gestión.
LA MEDIDA EN que las tecnologías constituyen
el eje del currículo varía de plantel a plantel y guarda
relación directa con la existencia de colectivos -equipos de trabajo
entre los docentes-, con la gestión escolar y con el ambiente académico
que priva en las escuelas. Por un lado, hay experiencias donde se evidencia
un dimensionamiento de las áreas tecnológicas dentro del
modelo curricular, que se corresponde con liderazgos en diferentes niveles
y con el desarrollo de grupos interesados en el fortalecimiento de estas
áreas (ej: el caso del Proyecto Siglo XXI en el estado de Chiapas
y del plantel de Topilejo en el DF). Esas experiencias se han caracterizado
por el rescate de las cooperativas, por apoyos técnico-pedagógicos
a los docentes y por la actualización de las tecnologías.
Por otro lado, hay situaciones en que su bajo posicionamiento en las escuelas
lleva a que las tecnologías se conviertan en una materia más
dentro del plan de estudios. En tales casos, el lugar marginal que ocupan
las tecnologías dentro del modelo educativo, es decir, el peso que
se les asigna dentro del currículo y dentro de la vida académica
del plantel, se evidencia en la reducción de horas clase de los
docentes de tecnologías, en la precaria infraestructura de los talle-
res, en la casi ausencia de proyectos productivos, en la falta de dedicación
y compromiso del personal, en la carencia de aspectos tecnológicos
innovadores y alternativos, y en la escasa relación con las materias
académicas. Un ejemplo de ello se observa en la débil situación
que priva en las secundarias técnicas agropecuarias debido a las
condiciones de alta marginalidad en que operan.
CABE PREGUNTAR, PUES, ¿en qué medida
cumple la ST hoy su función de capacitar al educando en el conocimiento
y aplicación de las técnicas propias de una actividad tecnológica
que le permita incorporarse de manera inmediata a una actividad productiva
(según lo establece el artículo 3°, fracción 2
del acuerdo número 97 de la SEP, en referencia a la organización
y funcionamiento de las ST)? Si bien es claro que existen notables excepciones
de planteles donde se cumple con la misión de formar este perfil,
resulta difícil generalizar este logro dentro de la formación
que se imparte en las ST.
ENTONCES, ¿DEBE ORIENTARSE la ST por una
especialización técnica (apostar a la formación de
aprendices en diversos oficios), o bien ofrecer las bases generales de
una cultura tecnológica? A partir de 1995 pareciera que el énfasis
de la ST (lo que la distingue de las secundarias generales) es más
bien ofrecer una formación tecnológica básica, que
coincide de alguna manera con la disposición de reducir la carga
horaria de las tecnologías a sólo tres horas (a raíz
de la reforma de 1993) y que muchos planteles han acatado ya, fundamentalmente
en el medio urbano. En estos planteles, el currículo de la ST apenas
se distingue del de las secundarias generales, salvo por la inclusión
y promoción de una cultura tecnológica como un valor agregado
del currículo. Cabe preguntar, ¿en qué medida la ST
ha venido formando esta cultura tecnológica, entendida como una
nueva cultura básica que tiene que ver con: a) la identificación
y solución de problemas propios del entorno con base en los recursos
disponibles; b) la comprensión de la dimensión práctica
de los conocimientos obtenidos; c) el entendimiento y adaptación
de los cambios tecnológicos? ¿Se logra ello, o permanece
más bien como parte del discurso?
EN MUCHOS OTROS planteles, la ST, además
de tener la misión de formar esta cultura tecnológica, continúa
impartiendo formación en diferentes tecnologías. Sin embargo,
el bajo posicionamiento de las tecnologías, y las condiciones en
que operan, lleva a cuestionar la medida en que estos talleres realmente
aportan a la formación para el trabajo de esta figura de auxiliar
técnico. Así, ¿tiene sentido mantener la secundaria
técnica como una opción diferenciada, en respeto a su historia
como institución y a las posibilidades que se desprenden de su apuesta
en este nivel educativo?
Las potencialidades
LAS SIGUIENTES CONSIDERACIONES permiten pensar
que en definitiva la secundaria técnica debe permanecer como una
opción pertinente en el nivel de la educación media básica:
EN PRIMER LUGAR, la globalización, el desarrollo
tecnológico y la nueva dinámica del trabajo resaltan la importancia
de contar con opciones que permitan un acercamiento al mundo del trabajo
desde la educación básica. Hoy, más que nunca, es
necesario que el currículo de la educación secundaria provea
las bases generales de una cultura tecnológica, con miras a contribuir
a la comprensión de este nuevo entorno y a la formación en
las competencias que éste demanda (y esta consideración vale
por igual para todas las modalidades de secundaria).
EN SEGUNDO LUGAR, hablar de la importancia de la
ST y de las funciones que cumple como componente de la educación
básica refiere a la noción de pertinencia; es decir, a la
necesidad de flexibilizar el currículo y de responder a la diversidad
de las demandas. En este sentido, la ST constituye una opción en
los contextos de pobreza, particularmente en el medio rural. En estos medios
permanece como una opción vigente, aun a pesar de la falta dramática
de recursos. Si bien a diferencia de otros años, hoy es común
encontrar que los egresados de secundaria aspiren a continuar sus estudios
de nivel medio superior, no obstante hay sectores donde los estudiantes
no cuentan ni con las opciones locales ni con los recursos para incorporarse
a estudios superiores. En estas condiciones, la ST puede brindar a los
estudiantes competencias laborales que les permitan enfrentarse al mundo
del trabajo, competencias vinculadas con las posibilidades de sus contextos,
amén de formación en otras actividades tecnológicas
no exclusivamente agropecuarias y que hagan viable su incursión
en espacios alternativos. Existen experiencias donde el énfasis
dado a las tecnologías ha logrado que el paso de los estudiantes
por estos talleres constituya un aporte significativo en términos
de su vinculación con opciones personales de desarrollo en sus comunidades.
FINALMENTE, LA SECUNDARIA técnica desempeña
funciones importantes que no cumple la secundaria general. En primer lugar,
añade un valor agregado al currículo que redunda en una formación
más integral y un acercamiento al mundo del trabajo (que depende
de los apoyos con los que se cuente y de la importancia y posicionamiento
de las tecnologías dentro del currículo). Asimismo, constituye
un instrumento importante en la orientación vocacional al despertar
inquietudes que son canalizadas posteriormente a los estudios superiores
(estudiantes que deciden incorporarse en áreas de bachilleratos
técnicos similares a los ámbitos tecnológicos que
cursaron en la ST), lo que habla de una nueva funcionalidad de la ST en
el ámbito de la orientación vocacional. Finalmente, más
allá de la formación técnica en oficios particulares,
la ST puede constituir un vehículo importante para la formación
de competencias laborales; es decir, valores agregados que se derivan del
paso de los estudiantes por los talleres (sentido de responsabilidad, organización,
liderazgo, solución de problemas, etcétera, aspectos que
destacan en las 'telesecundarias vinculadas con la comunidad' de la zona
016 de Puebla), y que difícilmente se generan en el común
de planteles de ST dada la organización que caracteriza a los talleres.
UNA CONCLUSION IMPORTANTE cuando se pondera la
importancia de la ST es la evidente y urgente necesidad de apoyos y restructuraciones
que requiere esta modalidad para salir del letargo en que se encuentra
y devenir de nueva cuenta la opción relevante -y en mucho sentidos
de vanguardia- que fue en años pasados. La ST ciertamente puede
continuar como una opción en el nivel de la educación básica.
Interrogantes
¿QUE ES LO que detiene la reforma curricular
en la ST? ¿Por qué no se canalizan los apoyos requeridos
para el rescate del componente de las tecnologías dentro del currículo
de la ST? ¿Por qué no se actualizan los programas de formación
docente? ¿Dónde se ubican las trabas para el rescate de la
secundaria técnica? ¿Cómo vincular la ST con las necesidades
y potencialidades de los contextos locales? ¿Cómo articular
la ST con la formación técnica en tramos superiores del sistema
educativo?
Referencias
ENRIQUE PIECK. Evaluación diagnóstica
de la modalidad de la secundaria técnica como opción en el
nivel de la educación media básica. Informe final del
proyecto financiado por el Programa de Fomento a la Investigación
Educativa de la Dirección General de Investigación Educativa
de la SEP (agosto 2002-marzo 2003), realizado en el seno del Instituto
de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad
Iberoamericana. Ciudad de México).
GABRIEL SALOM (COORDINADOR). La telesecundaria
rural vinculada a la comunidad. México. Angeles Editores
.
Todos los ciudadanos están cordialmente invitados
a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar sus nombres con sus datos
de localización e identificación al correo electrónico:
[email protected]
[email protected]
Visítenos en:
http://www.observatorio.org
Escúchenos por:
Radio UNAM (860 AM) en el programa Deslinde,
el primer lunes de cada mes a las 19 horas
|