México D.F. Jueves 30 de octubre de 2003
COLIMA: JUSTICIA ELECTORAL
Ayer,
en un fallo relevante, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) anuló las elecciones que para gobernador de la entidad se
realizaron en Colima el pasado 6 de julio, en las cuales pudo comprobarse
una indebida intervención del actual mandatario estatal, Fernando
Moreno Peña, en favor del candidato priísta a sucederlo,
Gustavo Vázquez Montes.
El fallo del TEPJF confirma las denuncias opositoras de
que Moreno Peña violó el artículo 59 de la constitución
colimense, precepto que le ordena abstenerse de interferir en los comicios
y que sanciona un involucramiento de esa naturaleza con la anulación
de la elección.
Cabe recordar que, desde antes de la jornada electoral
referida, diversos partidos en la entidad, particularmente el de la Revolución
Democrática y Acción Nacional, señalaron que el todavía
gobernador hacía campaña -en forma abierta y de muchas maneras-
para inflar el caudal de sufragios de Vázquez Montes. Según
resultados oficiales dados a conocer después de los comicios, el
aspirante oficial venció a su contrincante panista por una diferencia
mínima de 14 mil votos e inclusive llegó a recibir una constancia
de mayoría del instituto electoral del estado.
La resolución referida, que invalida tales resultados,
constituye un avance importante en la perspectiva de erradicar cacicazgos
locales en los que aún se refugia, de manera preponderante pero
no exclusiva, la incultura del fraude y la manipulación de la voluntad
ciudadana.
Es pertinente recordar que hoy hace un mes el máximo
tribunal electoral cometió un error gravísimo al convalidar
los resultados de los comicios en la delegación Miguel Hidalgo,
con todo y que quedó demostrado que tanto el entonces candidato
panista y ahora jefe delegacional, Fernando Aboitiz, como su contrincante
perredista, Agustín Barrios Gómez, habían rebasado
el límite legal para los gastos de campaña. En lugar de anular
la elección, como habría debido hacerse, el TEPJF consideró
-equivocadamente- que tales delitos electorales no alteraban el sentido
del voto popular.
La determinación de ayer no sólo restablece
la legalidad electoral rota en Colima, sino que constituye una descalificación
implícita al fallo anterior del propio tribunal. Cabe esperar que,
conforme se consolide la legalidad de los procesos electorales en el país,
los actos judiciales orientados a hacerla valer se realicen con criterios
uniformes y parejos.
En lo inmediato, cabe esperar que la resolución
de ayer resulte aleccionadora para todas las fuerzas políticas y,
en particular, para los priístas colimenses, así como que
en los próximos comicios extraordinarios a celebrarse en Colima
las autoridades y los partidos se comporten con total apego a las leyes
que rigen los procesos electorales.
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