México D.F. Domingo 26 de octubre de 2003
Penúltima jornada del Festival de Teatro
de Calle
Don Quijote voló sobre la Plaza de Armas e hizo
llorar a los zacatecanos
La propuesta, del grupo francés Plasticiens Volants
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Zacatecas, 25 de octubre. En la sexta y penúltima
jornada del segundo Festival de Teatro de Calle sobresalió el espectáculo
del grupo francés Plasticiens Volants, que presentó, el pasado
viernes, la obra Don Quijote, basada en la inmortal creación
de Miguel de Cervantes Saavedra, con una propuesta que atrajo a miles de
asistentes, quienes en la Plaza de Armas vieron pasar sobre sus cabezas
enormes globos aerostáticos, un dragón que cubría
un cuarto del área y una bicicleta-carnero que luchó contra
el caballero andante. La historia se desarrolla en el aire.
"Erase una vez un hidalgo orgulloso y torpe de espíritu,
empapado de las más bellas aventuras caballerescas, que soñaba
brincar de combate en combate y resulta que este componedor de entuertos,
eterno enamorado de un planeta inaccesible, asume tareas demasiado grandes
para él y se evade cabalgando las nubes, suspendido de sus quimeras."
Don
Quijote, amarrado de un arnés, monta un caballo mecánico
en el que se desplaza rápidamente a lo largo de la plaza. A veces
queda de cabeza, otra casi recostado. Sale herido, desmayado, pero vuelve
a la carga, ahora pendiente de un globo con dibujos que representan su
mundo, su sueño ideal, caballeresco.
Lo rodean otros mundos, otros globos, la luna, otros planetas-ideas
ajenos al de él. Vuela Don Quijote y en cada escena lanza cientos
de volantes que tienen escritas las escenas. La gente lee: "Grande es la
prerrogativa que la caballería errante contiene en sí misma".
Corren los niños a lo largo de la plaza y los adultos no esperaban
que la obra estuviera alrededor o sobre ellos. Hay risas, emoción.
Capítulo LXI, "De lo que sucedió a Don Quijote
en la entrada de Barcelona". Y aparecen globos -inflados in situ-
que representan el espejo, el farol, la estrella. El héroe lleva
su mundo en la mente, con interiores de castillos. El sueño no se
cumplirá en la tierra; por eso el Caballero de la Triste Figura
lo construirá en el aire.
Los artistas franceses de Plasticiens Volants conforman
una compañía de teatro de calle salida del grupo Julia. Adquirieron
su reputación desarrollando espectáculos cuya originalidad
se basa en poner en escena elementos inflables voladores. Se adueñan
del cielo, el cual se convierte en terreno de juego que da libre curso
a la evolución de criaturas fantásticas.
Ahí, sobre el aire, a un costado de la catedral
zacatecana, el hidalgo afronta poderosos enemigos; pasa de lo ridículo
a lo dramático, rehaciendo su mundo a su manera. Cuando estaba a
punto de lograr su objetivo de acercarse a Dulcinea -representada como
un esqueleto- encuentra al terrible y real Caballero de los Espejos. Su
locura se enfrenta a la razón.
En la parte final de la obra, un dragón lo reta.
Pelean. Don Quijote le clava la espada una y otra vez, pero el ser no muere.
Lo vence envuelto en la canción El sueño imposible.
Más de uno llora ante la escena. La batalla ocurre en medio de una
enorme cantidad de fuegos artificiales que crean una sensación emotiva,
que la gente aplaude.
Fue el final. Los actores regresan para el aplauso colectivo,
en medio de la Marcha a Zacatecas, que interpreta la banda de música
del municipio de Guadalupe. Los lugareños bailan un zapateado tradicional,
natural, normal, en la calle, su calle.
El teórico italiano Nicola Savarese, quien ha visto
toda la acción, comentó que ha sido emocionante y ha reivindicado
sus ideas. "En el teatro de calle hay elementos de verticalidad que aquí
se han dado. No conocía la ciudad de Zacatecas, pero es el espacio
idóneo para este tipo de obras. Ha sido maravilloso."
|