Juan Saldaña

De La cucaracha

Pese a quien le pese, la Revolución Mexicana de 1910 continúa constituyendo referente fundamental en la historia de las luchas sociales del pueblo mexicano.

La Revolución Mexicana fue, no me cabe la menor duda, el acontecimiento social del siglo XX en nuestro país. Que sus grandes propuestas hayan sido vilipendiadas y traicionadas no reduce su trascendencia. Que bajo el amparo de sus grandes postulados se haya depredado al país no puede negarla ni empobrecerla.

Indudable reflejo de su importancia es la presencia de sus hechos e historias en la lírica popular.

"šPobre Pancho Villa...!

fue muy triste su destino,

morir en una emboscada

y a la mitad del camino.

Iba dejando Parral

manejando su carcacha

el valiente general

autor de La cucaracha."

Invocada como personaje principal de la lírica popular mexicana La cucaracha ha sido ubicada como creación de las tropas revolucionarias aún cuando, como afirma Luis Leal, el origen de la tonada es mucho más remoto. Sin embargo, aún viven quienes afirman, contra viento y marea, la autoría cierta de la tonada a cargo del propio general Francisco Villa.

Y La cucaracha continúa ahí, con su fuerte sabor a tonadilla soldadesca; con su terco sentido de burla continúa encabezando la lírica del corrido mexicano.

"La cucaracha, la cucaracha,

ya no puede parrandear,

porque no tiene para las gordas,

menos para vacilar."

Pese a los entusiasmos de quienes atribuyen al general Villa la autoría de la famosa tonada, la verdad es que se ha llegado a mencionar que La cucaracha se cantaba desde el siglo antepasado, llegando a afirmarse que es oriunda del estado de Morelos, donde se escuchó desde 1892.

Como se quiera, la divertida cantiga ha ocupado y ocupa un lugar preponderante en la lírica revolucionaria mexicana. A partir del versillo capitular más conocido:

"La cucaracha, la cucaracha

ya no quiere caminar,

porque le falta, porque le falta,

mariguana que fumar."

El sentimiento popular actualiza el mensaje de la estrofa en su más puro sentido de la oportunidad y de la toma de partido, así surgen cuartetas simples, como:

"Con las barbas de Carranza

voy a hacer una toquilla,

pa' ponérsela al sombrero

de su padre, Pancho Villa."

O también:

"Necesito un automóvil

para hacer la caminata

al lugar donde mandó

a la Convención, Zapata."

Y la divertida e inagotable incursión de la lírica popular en los acontecimientos de la realidad cotidiana, continúa:

"La cucaracha, la cucaracha,

ya no quiere andar la danza,

porque le faltan, porque le faltan,

los anteojos de Carranza."

Redefinir la forma y los caminos por los que la vasta creatividad popular interpreta, con admirable sabiduría, a las realidades sociales y políticas, constituye sin duda una tarea fundamental. Vale la pena aventurarse hacia esos objetivos. Mientras se logran, siempre podremos entonar algún corrido.