México D.F. Sábado 25 de octubre de 2003
Se debe analizar la estrategia ante las secuelas:
autores de De apetitos e intemperancias
Las políticas económicas de dos décadas
no han resuelto la crisis de deuda de 82
Siempre en lo que hace León Bendesky hay una
provocación, consideró Clemente Ruiz
JUAN ANTONIO ZUÑIGA
Han transcurrido más de dos décadas desde
el estallido de la deuda externa y las políticas públicas
aplicadas no han contenido la crisis económica ni sus efectos sobre
una población con 20 millones más de nuevos mexicanos que
tienen ante sí "un horizonte bastante complicado", afirmó
Roberto González Amador, reportero de La Jornada especializado
en asuntos económicos y financieros.
Ha sido un largo periodo que obliga a analizar la estrategia
económica seguida y a debatir su conveniencia a partir de sus consecuencias,
manifestó ante más de un centenar de estudiantes, catedráticos
y autoridades de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), que abarrotaron la sala Jesús
Silva Herzog en la presentación del libro De apetitos e intemperancias.
Horizontes de la crisis mexicana, escrito por él y León
Bendesky, investigador, catedrático, articulista de La Jornada
y director general de la consultora Sistema de Información Regional
de México (SIREM).
El
libro, que realiza una revisión histórica del presente, dio
pauta para un intercambio de posiciones entre Clemente Ruiz Durán
y los autores, sobre la validez de los hechos periodísticos -conceptuados
como "anécdota"- en los ensayos económicos, y en el cual
Rolando Cordera Campos, uno de los economistas de mayor reconocimiento
en el país y actual integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM,
fungió como tercero en discordia.
En el debate, franco, sin rispidez, no hubo convidados
de piedra.
Clemente Ruiz Durán, quien participó en
el episodio de nacionalización de la banca en 1982 como secretario
particular de Carlos Tello Macías -designado en aquel momento director
general del Banco de México en sustitución de Miguel Mancera-,
inició el debate con un: "me gusta el libro, porque siempre en lo
que hace León Bendesky hay una provocación".
Reprochó a los autores lo que consideró
un uso excesivo de "anécdotas" en el texto y señaló
que si bien la "anécdota" facilita la lectura del libro, ésta
"llega a ser mezclada con el chisme político. "Nos dejan desnudos
frente a la crisis", ante los hechos que construyen el desastre "no dejan
vivo a nadie", exclamó, desde José López Portillo
y la nacionalización de la banca hasta el quiebre del modelo y el
seguimiento de los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto
Zedillo y Vicente Fox.
Rolando Cordera, coautor con Carlos Tello Macías
de un texto clave intitulado La disputa por la nación, deslindó
que más que una provocación, De apetitos e intemperancias
es una convocatoria a la reflexión que expresa, sin decirlo, "la
preocupación por la rapidez con la que olvidamos" y es una interpretación
de una larga crisis por la que han pasado "la magia de Pedro Aspe de quitarle
ceros a la moneda" y la recuperación zedillista "que no hizo verano".
León Bendesky recordó a Ruiz Durán
que la historia es anecdótica y, como la economía, la hacen
personas, y refutó: "No me identifico con el chisme político,
porque el chisme no se documenta. El libro es un texto que usa lo simple
para tratar temas complejos, sin fobias en contra de nadie".
Por su parte, Roberto González Amador aclaró
que en De apetitos e intemperancias no fue elaborado con chismes.
"No es el tipo de historias que se comentan en el texto", precisó
con un ejemplo documentado en los archivos de la Reserva Federal de Estados
Unidos, cuando en 1995 se le preguntó al entonces secretario de
Hacienda, Guillermo Ortiz Martínez, cuál era la estrategia
a seguir para México tras la crisis desatada ese año y el
funcionario respondió que no sabía.
Los aplausos en el recinto universitario culminaron el
debate sobre el libro, cuya esencia Rolando Cordera resumió en una
síntesis no financiera, pero tan vital como la economía:
"En nuestros locos intentos renunciamos a lo que somos, por lo que queremos
ser (William Shakespeare)."
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