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México D.F. Sábado 25 de octubre de 2003
Annette Aurélie Desmarais
Vía Campesina y las ONG
Uno de los objetivos centrales de Vía Campesina es construir un movimiento global contra la globalización neoliberal. Para que esto efectivamente ocurra, el movimiento campesino y granjero internacional debe buscar relación con otros movimientos sociales. Esto es exactamente lo que Vía Campesina está realizando.
Fue sólo cuando Vía Campesina se fortaleció internamente y obtuvo reconocimiento como una voz legítima y representativa de las comunidades campesinas del mundo, que pudo dar pasos hacia un trabajo con las organizaciones de la sociedad civil. En los actos celebrados paralelamente a la Tercera Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 1999, Vía Campesina lanzó su estrategia "globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza". Al hacerlo, comenzó a forjar vínculos con otros movimientos sociales, instituciones de investigación y organizaciones no gubernamentales (ONG) que buscan, todos, una forma diferente de globalización. Una globalización que permita que toda la gente viva con dignidad.
"Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza", lema de Vía Campesina, arrojó de inmediato resultados visibles. Ahora, las organizaciones campesinas, las mujeres rurales, los trabajadores agrícolas, los indígenas campesinos y productores son miembros activos de un número creciente de coaliciones internacionales como Nuestro Mundo no está en Venta, el Foro Social Mundial, y el esfuerzo continental por resistir el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Esto es un logro impresionante pues la gente de ámbitos rurales rara vez ha ocupado espacios significativos en grupos multisectoriales a escala internacional.
Establecer un terreno común entre varios movimientos sociales u organizaciones populares fue relativamente fácil. Trabajar con las ONG, sin embargo, es algo más complejo y difícil. Desde su entrada al mundo Vía Campesina siempre ha tenido una relación bastante tensa con las ONG. Esta tensión deviene de una historia de relaciones conflictivas experimentadas a niveles locales e internacionales. Permítanme explicarlo.
Cuando los gobiernos cortaron el financiamiento a los servicios sociales en el campo como parte de los programas de ajuste estructural, se crearon numerosas ONG buscando llenar el vacío. Dado que estas ONG trabajaban muy de cerca con las organizaciones rurales, se encontraron de pronto "representando" y "hablando de parte de", o "defendiendo" los intereses de las comunidades rurales y campesinas en la arena internacional -pese a que a muchas ONG no se les hubiera dado este mandato.
En nombre de la gente del campo, las ONG se allegaron fondos provenientes de los gobiernos nacionales y de las instituciones internacionales. En algunos casos estos fondos se destinaron, efectivamente, a programas conducidos por campesinos que intentaban mejorar el nivel de vida de los agricultores. Pero fue más común que la decisión de cómo usar estos recursos mejor, permaneciera en manos de las ONG, sin que mediara comentario o participación alguna de los supuestos beneficiarios.
Muchas organizaciones campesinas nacionales pertenecientes a Vía Campesina rechazaron tajantemente el paternalismo característico de numerosas ONG. Como consecuencia, Vía Campesina guarda celosamente su identidad y su autonomía como movimiento dirigido por campesinos. En variadas ocasiones ha tenido que insistir en el derecho a definir su propio programa sin la interferencia de las bien intencionadas ONG. Los ONG no pueden ser miembros de Vía Campesina. Sin embargo, se les invita a que jueguen un papel de apoyo, no de dirección.
Algunas ONG dieron la bienvenida, e incluso facilitaron y fortalecieron este movimiento campesino internacional. A éstas, Vía Campesina las recibió con los brazos abiertos. A lo largo de los años se han establecido buenas relaciones de trabajo con ellas, con confianza y respeto; son organismos que hacen esfuerzos conjuntos por impulsar la soberanía alimentaria. Para Vía Campesina, el apoyo de estas ONG progresistas es crucial.
Otras ONG, sin embargo, se rehusan a aceptar el papel subordinado y renunciar al espacio internacional que por mucho tiempo han dominado. Es igualmente difícil para ellas alterar sus estrategias confeccionadas detalladamente frente a instituciones internacionales como la OMC. Por ejemplo, en el Foro de la Soberanía Alimentaria organizada en torno a la Cumbre Mundial de la Alimentación: Cinco Años Después, en Roma en 2002, algunas ONG estaban convencidas de que la mejor manera de resolver la crisis del campo era reformar la OMC -introduciendo algunas cláusulas al Acuerdo de Agricultura. Vía Campesina, por otra parte, insistió en que la soberanía alimentaria era la mejor alternativa a la visión que de la agricultura tiene la OMC. La soberanía alimentaria, por definición, significa que la alimentación y la agricultura deben sacarse de la OMC. Sin embargo, dos semanas después, pese a que los principales movimientos representativos de los campesinos y pequeños productores hicieron muy clara sus demanda, algunos grupos de ONG -"hablando" de parte de los agricultores pobres- presentaron a la OMC la petición de fortalecer el Acuerdo de Agricultura. Parece, que a fin de cuentas, una vez más, las ONG saben qué es mejor para los agricultores.
Para Vía Campesina, trabajar eficazmente con las ONG es un reto constante. Después de todo, las ONG y los movimientos sociales tienen, con frecuencia, objetivos diferentes y diferentes modos de trabajar. El acceso a recursos humanos, financieros y políticos es también desigual, lo que conduce a relaciones de poder sesgadas. En su relación con las ONG, el éxito de Vía Campesina depende en gran medida de si las ONG están dispuestas o no a compartir algo de su poder. Traducción: Ramón Vera Herrera
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