Se inicia en Valle de Bravo el Festival de las Almas

En ceremonia mazahua, se casa hoy el pintor José Luis Cuevas

JORGE CABALLERO

Hoy, en Valle de Bravo, se inaugura el Festival de las Almas que se prolongará hasta el 2 de noviembre próximo. La inauguración correrá a cargo de la Royal Philharmonic Orchestra de Londres; a lo largo del encuentro actuarán diversas agrupaciones, como Mono Blanco, el ballet folclórico de Amalia Hernández, Magos Herrera y Betsy Pecanins, entre otros artistas.

También hoy por la noche se efectuará en ese mismo sitio la boda mazahua entre el artista José Luis Cuevas y Carmen Beatriz, quienes ya se han casado por varias ceremonias tradicionales, como la huichola y la maya. Cabe mencionar que el autor de La Giganta ha manifestado que se casará: "por todas las ceremonias tradicionales de las culturas prehispánicas mesoamericanas".

La ceremonia tradicional mazahua inicia con unas palabras de bienvenida del jefe supremo mazahua y sahumar a los novios, parientes e invitados especiales. Se prosigue con el saludo a los cuatro puntos cardinales y los parientes de los novios colocan ofrendas florales; el jefe supremo mazahua pone collares de flores a los padrinos y la procesión se encamina al interior de la iglesia o altar. Al llegar los novios se ponen de pie sobre un tapete.

En la tercera parte, el jefe supremo mazahua lleva collares de flores en una canasta con un sahumerio, ofrenda y limpia el cosmos. Coloca el lazo de flores y demás adornos a la pareja. Luego el novio dirige un mensaje: Eres el horizonte que soñé pintar/ el segundo que divide en siglos/ eres también el labriego feliz/ que de madrugada ara la tierra. La novia responde: Cuando estoy contigo sonrío/ ƑQué más puedo pedir al cielo?/ ƑQué más, si poseo la felicidad? Llega luego el enlace, donde los novios se toman de la mano entrelazando una vela.

Después, el jefe supremo mazahua comparte el pan y el vino primero a los novios y los padres, y finalmente con los asistentes a la ceremonia.

Acto seguido la concurrencia acompaña un canto guadalupano para cerrar la ceremonia y los padres de la novia entregan un chiquigüite de frutas conocido como El Contento, que simboliza abundancia en la relación.

Por último, a la salida de la iglesia, los suegros del novio entregan y colocan un sombrero adornado con tamales y chile guajillo. Además, como arreglo adicional de la novia, le colocan cigarros en el cabello. Esta tradición es para protegerse del mal de ojo o de los malos augurios, y al novio se le da un sombrero pero sin adorno.

Después inicia el convite con un jarabe tradicional que inician los recién casados.