México D.F. Viernes 24 de octubre de 2003
Educar a telespectadores, alternativa para forjar
un espíritu crítico, señala
El periodista debe tener obsesión por servir
a la democracia, considera Charaudeau
ARTURO JIMENEZ
Habla el lingüista e investigador francés
de los medios de comunicación Patrick Charaudeau: ''En el periodista
debería predominar la obsesión por servir a la democracia.
De los medios de información, por lo menos la televisión
tiene problemas con la democracia, hasta el punto de que, en su papel informativo,
ni siquiera le interesa debido a la ideología de la dramatización,
es decir, hacer de la información una puesta de espectáculo
para mejor vender".
Charaudeau, quien visita México para impartir varias
conferencias y promover su libro El discurso de la información.
La construcción del espejo social (Gedisa Editorial), agrega
en entrevista: ''La televisión tiene gran influencia, pero no hay
respuesta alguna a ésta de esa máquina comunicativa, porque
está en una lógica comercial.
''La televisión tiene un doble papel: participar
del objetivo simbólico de la democracia, pues debe proporcionar
información al ciudadano. Pero como está en competencia y
la mayoría de su financiamiento viene de la publicidad, tiene que
captar al mayor número de gente. Y para ello necesita seducirla.
Y para seducirla tiene que, si se trata de información, dramatizar,
y si no, hacer programas tipo Big brother o talk shows.
''Una televisión sin objetivo comercial es imposible.
Una buena televisión intentará restablecer un poco el equilibrio,
pero dominará su perspectiva mercantil. La respuesta sería
la educación de los telespectadores para lograr un espíritu
crítico."
Crisis de credibilidad
Charaudeau
plantea que, tras la guerra contra Irak, los medios de información
de Estados Unidos atraviesan una crisis de credibilidad, al tomar partido
por el gobierno de ese país.
''Ahí se observa la cuestión de los medios
como manipulador manipulado, en los que existe una especie de automanipulación
de la prensa. Irak era un enemigo lejano que había que construir
simbólicamente. Para identificarse, un pueblo necesita reaccionar
contra la amenaza de un adversario, entre los que también estaban
los países en contra de la guerra, como Francia."
El investigador observa que la nueva discusión
en periodismo ya no es la búsqueda de una ''objetividad ideal",
sino de una ''subjetividad objetiva". Explica:
''En Francia y Europa los periodistas pugnaban por la
objetividad, pero desde hace cuatro o cinco años demandan se les
reconozca la posibilidad de ser subjetivos. Es una especie de subjetividad
objetiva."
Ellos argumentan, agrega, que forman parte del mundo,
de la ciudadanía, de la sociedad, y deben participar y dar su punto
de vista, pero a la vez su papel de periodistas les exige un ideal de neutralidad.
''Para evitar un engaño, la solución sería
que los ciudadanos, mediante la educación, supieran que, aparte
de hacer una reseña y dar una explicación sobre una noticia,
los periodistas aportan su punto de vista."
Charaudeau plantea la necesidad de que los periodistas
sometan su oficio a la crítica y la autocrítica, y que reflexionen
sobre temas como la naturaleza de su trabajo y su relación con el
resto de la máquina (medio) a la que pertenecen.
''Deberían reflexionar cada vez más sobre
la deontología de su profesión, que necesita una mirada exterior,
que evalúe si se hace bien o mal, o, dentro del propio sistema,
la posibilidad de sanciones."
Aclara: ''No hablo de un consejo de vigilancia de la prensa,
sino de crear condiciones para que exista una deontología en el
mundo de la información". Y plantea algo "difícil de aceptar":
en general, los medios de información, como la política,
pierden credibilidad.
Al parecer, dice, el periodismo se acerca cada vez más
a la sociedad. "En Francia hay mucha discusión en el mundo periodístico
y el Instituto de Ciencias Políticas de París ahora formará
periodistas, pues quiere hacer una reflexión crítica sobre
ese oficio, el cual cada vez cobra más importancia en la vida moderna".
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