México D.F. Viernes 24 de octubre de 2003
Gala operística con el tenor Ramón
Vargas el próximo lunes en el teatro Cervantes
La OSUG apuesta por interpretar todo tipo de música,
sin prejuicios: Castillo
''Se redefine la orquesta o no podrá enfrentar
la crisis mundial de la música sinfónica''
Presentarán también un concierto masivo
en la Alhóndiga de Granaditas
ANGEL VARGAS ENVIADO
Guanajuato, Gto., 23 de octubre. No hay vuelta
de hoja: se redefine el modelo de orquesta o será prácticamente
imposible enfrentar y superar la crisis de la música sinfónica
a escala mundial, sostiene el director y compositor José Luis Castillo,
titular de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato
(OSUG), quien puntualiza: ''Debe transformarse en un instrumento sumamente
dinámico y versátil, susceptible de tocar toda la buena música,
sin más, desde la antigua hasta la que se escribe hoy, en todo tipo
de géneros".
Ese es el objetivo principal del músico español,
quien desde 1997 dirige la agrupación universitaria, orquesta con
medio siglo de tradición y que este año ofrecerá un
par de actuaciones dentro del Festival Internacional Cervantino (FIC),
entre ellas una gala operística el lunes próximo al lado
del tenor Ramón Vargas.
Saturación del público
En entrevista con La Jornada, José Luis
Castillo se mantiene al margen de una polémica suscitada al interior
de la orquesta en semanas recientes, y prefiere abordar aspectos estrictamente
artísticos.
De
entrada, asume que la situación por la que atraviesan las orquestas
en el mundo, en términos generales, no es la mejor de la historia,
sobre todo por carecer de presupuestos y apoyos. Sin embargo, opina que
''México no es de los peores países tratados por esa crisis",
y enfatiza:
''No quiero ser optimista, pero tampoco puedo ser pesimista.
Entiendo que esa crisis necesariamente responde a varios parámetros,
entre ellos que la práctica orquestal resulta un tanto anacrónica.
Es decir, se trata de algo que difícilmente puede responder a modelos
socialmente equitativos o democráticos. La orquesta está
determinada por una estructura jerárquica -en la que existe un director,
un concertino e instrumentistas principales- que ya no es del todo práctica."
Subraya que, además de redefinir el modelo de orquesta,
es imperativo modificar el anacrónico esquema de presentarse ante
el público.
''No podemos seguir ofreciendo 120 años de historia
mal contados al público. Eso es una estafa. Como orquesta no se
debe ser sistemático; es un organismo vivo y no una pieza de museo.
Debemos bajar al foso, tocar ballet, música coral, orquestal; ya
no continuar semanalmente con el mismo esquema de presentar una obertura
un concierto y luego una sinfonía. Eso es algo que ha saturado al
público."
Castillo acepta que este proceso de redefinición
forzosamente genera inercias, críticas y cuestionamientos, y no
sólo por el público y la crítica, sino al interior
de la propia agrupación, entre algunos atrilistas.
Al respecto, explica: ''Romper la inercia del trabajo
de todos y cada uno de los maestros finalmente se convierte en un ejercicio
de voluntad. Pero como instrumento universitario, debemos cumplir un compromiso
con el trabajo y la investigación. Sí, me gustaría
que (este proceso de cambio en la orquesta) fuera por consenso, pero entiendo
que no se puede.
''De alguna manera, uno debe convertirse en tirano. Y
en la medida que ese proyecto siga produciendo los resultados acústicos
que tenemos, seguiré creyendo en él."
La OSUG ''musicalmente está en el mejor momento
desde que la conozco", heco que obedece sobre todo a la ductibilidad que
se ha logrado como instrumento y que permite trabajar los diferentes géneros,
formatos y repertorios, expresa Castillo.
Y niega que la orquesta se haya especializado en música
contemporánea: ''Nuestra apuesta es por toda la música, sin
prejuicios ni traumas".
Acerca de su participación en el FIC, destaca el
atractivo de la gala operística con la que se celebrará el
centenario del teatro Juárez. En primer lugar, dice, por la participación
de Ramón Vargas, uno de los tenores más importantes a escala
mundial, así como de la soprano chilena Verónica Villarroel.
La segunda y última presentación de la Sinfónica
de Guanajuato será el sábado primero de noviembre, en la
Alhóndiga de Granaditas, en el que se interpretará la Novena
sinfonía de Beethoven, con la partipación de los cantantes
Lourdes Ambriz, Encarnación Vázquez, Leonardo Villeda y Manuel
Betancourt, así como los coros de la Universidad Veracruzana.
|