México D.F. Viernes 24 de octubre de 2003
Plantean ampliar facultades de fiscalización
y reducir costos de campañas
Consejeros salientes proponen reformas
ALONSO URRUTIA
En vísperas de dejar sus cargos, siete consejeros
electorales encabezados por el presidente del Instituto Federal Electoral
(IFE), José Woldenberg, presentaron un paquete de reformas entre
las que destaca la posibilidad de que ese organismo pudiera solicitar a
la Secretaría de Hacienda auditorías sobre las empresas y
transacciones relacionadas con partidos políticos.
La propuesta incluye modificaciones sustanciales para
abatir los costos del financiamiento de las campañas de los partidos;
la posibilidad de que los anuncios en radio y televisión se realicen
dentro de los tiempos fiscales; la regulación de las precampañas
y una mayor responsabilidad legal de los partidos que pierdan el registro,
con el fin de garantizar que los bienes adquiridos con dinero público
sean retribuidos a la Federación.
Ni
una palabra sobre el debate relacionado con la renovación del Consejo
General, ámbito sobre el cual, a pesar del vacío existente
en la legislación, no hicieron ninguna propuesta.
Ausentes los consejeros Jaime Cárdenas y José
Barragán, la propuesta incluye como capítulo fundamental
relanzar el tema del voto de los mexicanos en el extranjero, si bien al
respecto no se dieron pormenores.
Quizá como herencia de los escandalosos casos de
Pemexgate y Amigos de Fox, uno de los puntos medulares de la propuesta
se centra en el fortalecimiento de la capacidad fiscalizadora del IFE,
confiriéndole al organismo el acceso a la información resguardada
bajo el secreto bancario, pues en la actualidad, precisó el presidente
de la Comisión de Fiscalización, Alonso Lujambio, sólo
hay una tesis del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
que "no tiene efectos generales".
Por su parte, Virgilio Rivera resumió otro de los
planteamientos derivado de la confrontación que tuvo el organismo
con la Secretaría de Gobernación relacionada con los espots
para la promoción del voto. Se plantea que el IFE pueda promover
controversias constitucionales ante el Poder Judicial de la Federación
circunscritas a la defensa de su autonomía.
Sería aplicable -explicó- en algunos temas
como es el de la preminencia y la facultad fundamental de la promoción
de la ciudadanía para el voto y de la cultura democrática,
lo cual sería una objetivo fundamental a perseguir.
Jacqueline Peschard y Mauricio Merino expusieron las propuestas
de reforma relacionadas con el gasto y condiciones de competencia. La primera
explicó que en el IFE existe el convencimiento de los beneficios
de preservar el financiamiento público como dominante, pero también
reconoció la necesidad de abatir los costos.
Planteó la necesidad de modificar las fórmulas
utilizadas para asignar los recursos y estudiar la posibilidad de que las
prerrogativas de los partidos sean fijadas como porcentaje del presupuesto,
con el propósito de prever aquellos años de penurias económicas
que impliquen la reducción del gasto general.
Por lo que hace a los espots en radio y televisión,
los consejeros plantearon tres opciones: que todas las campañas
se realizaran mediante los tiempos fiscales y del Estado, cancelando cualquier
compra de espots; una mezcla de espacios entre tiempos del Estado y la
adquisición, por parte del IFE, para distribuirlos conforme a las
fórmulas de equidad, y una tercera que combinaría tiempos
fiscales, compra de espacios y adquisición independiente de los
partidos.
Merino puntualizó que se propone regular el tope
de aportaciones de militantes, pues en la actualidad la legislación
sólo lo fija para los simpatizantes. Asimismo, se plantea modificar
el método para el otorgamiento del registro a partidos, para que
sea solamente el personal del IFE el que se responsabilice de acreditar
las asambleas de formación de un partido. Ligado con ello se plantea
que un partido político que pierda el registro pueda volver a buscarlo
en la siguiente elección, pues ello eliminaría la simulación.
Otra propuesta expuesta por Gastón Luken es establecer
una vigencia de la credencial de elector, pues en la actualidad es el único
instrumento de identificación que carece de caducidad.
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