México D.F. Miércoles 22 de octubre de 2003
Reconocer "error" e indemnizar a familiares
de muertos, pide ministro israelí al ejército
Niños, gran parte de las víctimas del
ataque de Israel en Nusseirat
Desde helicóptero que perseguía a activistas
se dispararon dos misiles contra civiles palestinos
Fallecieron al menos nueve personas, entre ellos dos
militantes; alrededor de cien, los heridos
JUSTIN HUGGLER THE INDEPENDENT
Campo de Refugiados de Nusseirat, Franja de Gaza, 21
de octubre. Cuando el doctor Zein al Abedin Shahin oyó el primer
estallido de misil, de inmediato salió corriendo de la clínica,
donde se había quedado a trabajar tarde para socorrer a los heridos.
Afuera,
en la calle Abu Bakr al Siddiq, encontró a Mohammed al Barood, de
12 años de edad, quien yacía herido en el suelo. El médico
levantó al niño para llevarlo al quirófano y, según
sus colegas de la clínica, que salieron corriendo tras él,
lo tenía en los brazos cuando estalló el segundo misil.
Tanto el médico como el niño resultaron
muertos en el ataque de la noche del lunes, quinta incursión aérea
de Israel en 24 horas. Una esquirla perforó el corazón de
Mohammed.
No está claro si el piloto del helicóptero
israelí vio al doctor llevando al niño en brazos cuando disparó
el segundo misil. Pero lo que sí debió haber visto cuando
tiró del gatillo fue la multitud de civiles que habían corrido
hacia la calle para auxiliar a los heridos del primer impacto.
De acuerdo con testigos, había cientos de personas
en la calle Abu Bakr al Siddiq cuando el he-licóptero disparó
su segundo mi-sil. Y muchos eran niños.
The Independent encontró un menor de 10
años y tres de 12 que decían haber corrido hacia la calle
para ayudar a los heridos después de la primera explosión.
Incursión devastadora
Además de ser la quinta incursión aérea
de Tel Aviv en Gaza en 24 horas, la del lunes anterior por la noche fue
la más devastadora en términos de víctimas civiles.
Por lo menos nueve personas murieron en los dos impactos de mi-siles en
la calle Abu Bakr al Siddiq; siete eran civiles.
Más de cien civiles resultaron heridos. El director
del cercano hospital Mártires de Al Aqsa señaló que
muchos de los lesionados que recibió fueron enviados a otro nosocomio,
y que 11 de esos 30 heridos eran menores de 14 años.
El blanco, al parecer, era un Peugeot 504 conducido por
militantes de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Los restos
del coche, la tapa del cofre y unos cuantos pedazos de piezas de los costados,
yacían en la calle llenos de orificios de esquirlas. Ocurrió
alrededor de las 21:20 horas.
El ejército de Israel afirmó que soldados
habían descubierto a los militantes del coche tratando de cruzar
la valla que rodea Gaza ha-cia Israel, y abrieron fuego.
Sostuvo que dos militantes fueron muertos en la frontera
y tres escaparon en el auto. Pero testigos palestinos señalan que
iban cinco personas en el vehículo cuando ocurrió el ataque
con misiles.
El ejército israelí aseguró que un
helicóptero artillado persiguió el automóvil y le
disparó cuando se acercaba a Nusseirat por la calle Abu Bakr al
Siddiq.
Los ataques aéreos se han vuelto parte de la vida
cotidiana en Gaza. Radio Libertad, estación comercial local, da
la voz de alerta cuando se divisan helicópteros israelíes
sobre el cielo de la franja: la emisión recoge el ruido de las aspas
y un locutor anuncia el lugar donde se ha localizado el aparato.
Todo el mundo, inclusive The Independent, mantiene
el radio sintonizado en esa estación. Cuando llegamos a Nusseirat
se escuchó la alerta en la radio, y era para crispar los nervios.
El primer misil no le dio al vehículo, según
afirmaron testigos. En cambio, mató a dos civiles, uno de los cuales
fue identificado como Mohammed al Masri, de 23 años; no se supo
quién era el otro.
En el caos de los primeros mi-nutos de la matanza resultaba
difícil para los palestinos descubrir quién murió
y en qué momento.
Matanza y drama
Ra'ed al Barood, de 14 años de edad, llevó
a cuestas el cuerpo del segundo hombre muerto.
"Yo estaba en la mezquita cuando cayó el primer
misil", relata. "Estábamos haciendo una colecta para Rafah (donde
el ejército is-raelí demolió recientemente más
de cien hogares civiles). A eso de las 21:30 oí el primer golpazo.
Hubo un estruendo fuerte. En la mezquita éramos como 12 y salimos
corriendo. El misil no le dio al coche: le dio al pavimento".
Agregó: "Levanté a uno de los mártires.
Le habían dado en la ca-beza, le faltaba la nuca. Me ayudó
a cargarlo otro hombre, un adulto. Habíamos caminado 10 metros cuando
dispararon otro misil. La explosión nos tiró al suelo. Luego
vi a mi padre: estaba herido."
Lo que Ra'ed no sabía en ese momento era que su
hermano de 12 años, Mohammed, había sido herido por el primer
misil y que el doctor Shahin estaba tratando de salvarlo cuando cayó
el segundo misil y los mató a los dos.
"El doctor Shahin salió solo", dicee Ayman al Ibween,
enfermero que estaba con él en la clínica. "Salió
a ayudar sin decir nada".
Uno de los enfermeros y un chofer fueron después
tras él en una ambulancia, afirma.
"Encontró a Mohammed al Barood, que resultó
herido por el primer misil, y trataba de traerlo aquí. Apenas había
dado dos pa-sos con el chico en brazos cuando llegó el segundo misil
y los mató a los dos", relata.
El médico tenía 30 años y deja esposa
e hijo de cuatro años. Su viuda es rusa; el doctor Shahin la conoció
cuando estudiaba medicina en Rusia y ella eligió venir a Gaza con
él.
"Lo perdimos", dice Na'imeh al Zianeh, administrador de
la clínica. "Era médico: estaba en su naturaleza sacrificar
la vida por otro ser humano. No me sorprende."
Los otros civiles muertos fueron identificados por personal
del hospital como Atiya Mo'ens, de 20 años; Abd al Hamin Tabaza,
de 23; Ahmad Khalife, de 49, y Mahdi Isma'il, de edad desconocida.
El segundo misil dio en el automóvil de los militantes,
y los dos que iban adentro perecieron. Se les identificó como Jaber
Foju, de 25 años, quien conducía, y Hadi Ayysah, de 27. Dos
resultaron heridos y el quinto escapó ileso, según testigos.
Incluso un ministro del gobierno israelí, Yosef
Paritzky, de uno de los partidos que forman la coalición del primer
ministro Ariel Sharon, instó este martes al ejército a reconocer
el error e indemnizar a las víctimas.
"No reconocer la diferencia entre civiles y terroristas
convierte a todos los palestinos en atacantes suicidas en potencia", advirtió.
Pero no hubo signo de arrepentimiento en Sharon ni en
sus ministros. Lo más que dijo el viceprimer ministro Ehud Olmert
fue que la muerte de siete civiles inocentes asesinados a las puertas de
su casa era "lamentable".
Los ataques, anunció, continuarán.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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