Gonzalo Martínez Corbalá

La legitimación de la ONU a la ocupación de Irak

En un principio China, Rusia, Alemania y Francia propusieron varias modificaciones -enmiendas- a la resolución presentada por Estados Unidos (respaldada por Gran Bretaña y España) sobre la reconstrucción de Irak. Así, los presidentes Vladimir Putin, Gerhard Schroeder y Jacques Chirac acordaron proponer una serie de enmiendas con la finalidad de suavizar la resolución presentada por Estados Unidos, Gran Bretaña y España.

La resolución estadunidense apenas si resultó modificada por la iniciativa tripartita apoyada por Chirac, lo que se puede decir que es un retroceso respecto a las posturas iniciales que cuestionaron la supremacía absoluta estadunidense en Irak y postulaban el traspaso inmediato de la soberanía.

La iniciativa de enmiendas supone un reforzamiento tímido del Consejo de Gobierno iraquí, así como la garantía de que Estados Unidos abandonará territorio de ese país tan pronto como se celebren elecciones.

Rusia, Francia y Alemania piden que las "responsabilidades de la autoridad (estadunidense)" y el "mandato del contingente internacional terminen cuando 'un gobierno representativo y reconocido internacionalmente' asuma el poder en Bagdad" (El País, 15 de octubre).

Se trataría también de definir el camino de la transición. Las enmiendas plantean igualmente que Estados Unidos precise cuándo se verificará el traspaso a los iraquíes de las responsabilidades de gobierno reales y efectivas, y se supere de esta manera la impresión original que no establece fechas, sino solamente dice que se realizaría "cuando sea factible", estableciendo únicamente que el Consejo de Gobierno iraquí deberá presentar un calendario para redactar una Constitución y para celebrar elecciones.

Se estima que la iniciativa de enmiendas tripartita se presentó y provocó una posposición de la votación de la resolución estadunidense, visto que Estados Unidos mostró clara determinación de sostener su postura, y en aras de mantener una mínima cohesión en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que pudiera ser garantía de estabilidad, y que dé curso a las claras divergencias que se presentaron al principio, entre las posiciones estadunidenses y de Rusia, Francia, Alemania y China, haciendo finalmente este grupo de países más concesiones que Estados Unidos.

Como se recordará seguramente el Consejo de Seguridad no aprobó la invasión -o guerra preventiva- a Irak por no tener clara la evidencia de que Saddam Hussein representaba un peligro real para la seguridad de Estados Unidos. El presidente de la Comisión Investigadora, el belga Hans Blix, en repetidas ocasiones afirmó que no existían vestigios reales de destrucción masiva que pudieran representar un peligro verdadero para la seguridad nacional de Estados Unidos o de sus aliados, muy especialmente del Reino Unido o de España. El propio secretario de Estado, Colin Powell, insistió reiteradamente sin resultados positivos de convencer a los miembros del Consejo de Seguridad de que a pesar de los resultados poco alarmantes de los investigadores comisionados para el efecto por la ONU en Irak, el gobierno estadunidense consideraba que Hussein estaría en condiciones de activar en 45 minutos armamento que constituía un gran peligro para estas grandes potencias.

Finalmente se desató la ofensiva militar más asombrosa -nunca vista en los últimos tiempos- que fue considerada por los estadunidenses a veces como "una guerra preventiva", y otras como pre-entiva (del inglés pre-emption) que es un vocablo que no existe en lengua española, sin que se hubiera producido el tan esperado pronunciamiento del Consejo de Seguridad.

No obstante, ahora el presidente Bush ha planteado la necesidad de la ayuda solidaria de los países miembros de la ONU para la reconstrucción de Irak, ya supuestamente liberado de la tiranía de Hussein, pero completamente destruido y su población padeciendo las carencias apremiantes del hambre y de la falta de medicamentos y de medios para atender a los numerosos heridos.

Finalmente, después de intensas negociaciones en las que Vladimir Putin desempeñó un papel clave, la ONU aprobó por unanimidad la resolución sobre Irak, lo que se considera una victoria diplomática del gobierno estadunidense.

El pasado jueves 16 el presidente Putin se encontraba en Malasia, en Quala Lumpur, participando en la reunión de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) y desde allí telefónicamente convenció al presidente de Francia, Jacques Chirac, y al canciller alemán, Gerhard Schroeder, a lo que siguió la unanimidad de todos los demás países miembros del Consejo de Seguridad -incluido México-, sentando un precedente trascendental que coloca al mandatario ruso como mediador entre el mundo occidental y el islámico y, por lo visto, muy efectivo.

"El gobierno de Estados Unidos celebró por todo lo alto la victoria diplomática que suponen la nueva resolución y el resultado de la votación en el Consejo de Seguridad", dice Manuel Calvo en El País (17 de octubre). Ahora queda saber si en realidad se va a lograr obtener la paz en este sacrificado país, con un pueblo que en todo caso ha sido víctima dos veces: una de la tiranía de Hussein y la otra de los misiles de la violenta guerra que se desató, y que no fueron lo suficientemente "inteligentes" para distinguir entre objetivos militares y civiles.

El presupuesto extraordinario de 87 mil millones de dólares que solicitó Bush ya fue también aprobado por el Congreso estadunidense para sostener el despliegue militar en Irak y para su reconstrucción, en otro éxito político del mandatario que obtuvo unas votaciones con amplios márgenes en su favor, tanto en la Cámara de Representantes (303/125) como en el Senado (87/12), con lo que el presidente Bush resulta muy fortalecido de cara a las elecciones de 2004.

La ONU ciertamente legitimó la ocupación de Irak que no aprobó antes, pero la resolución unánime de los 15 miembros del Consejo de Seguridad no le da a Estados Unidos lo que quizá más quería: tropas y dinero. Por su parte, Chirac y Schroeder hablan todavía de matizar su apoyo a la resolución estadunidense y de que no enviarán efectivos militares -soldados y armamentos- ni aportarán dinero tampoco para la reconstrucción. O sea que la situación está todavía muy complicada.

La resolución de la ONU 1511 establece que "el Consejo de Seguridad subraya que la soberanía iraquí reside en el Estado de Irak, y reafirma el derecho del pueblo iraquí a determinar libremente su futuro político y a controlar sus recursos naturales y declara su determinación a que el día que los iraquíes se gobiernen a sí mismos llegue rápidamente". Suena muy bien, Ƒo no? Aunque en otra parte afirma que "la situación en Irak, aunque haya mejorado, sigue constituyendo una amenaza para la paz y la seguridad internacional".