México D.F. Domingo 19 de octubre de 2003
La coreógrafa presenta en el FIC Las aguas del olvido, Anabiosis y Visitante
Tania Pérez-Salas ofrece hoy tres piezas
CARLOS PAUL ENVIADO
Guanajuato, Gto., 18 de octubre. La intuición más que la academia sustenta los trabajos de la joven coreógrafa Tania Pérez-Salas, quien con su compañía ofrecerá este domingo y el lunes tres obras suyas en el teatro Principal de esta ciudad, en el contexto del 31 Festival Internacional Cervantino (FIC).
Para la creadora escénica cada trabajo es ''un reto emocional'', en cuyo camino descubre y reúne los elementos que conformarán una coreografía.
''No me gusta plantearme un objetivo o el desarrollo de un determinado estilo. Me gusta explorar, plantearme el porqué de una obra, qué sentido tiene crearla.''
Pérez-Salas, fundadora y directora de la compañía Mnemosine (1994) y alumna de Xavier Francis, explica que en sus coreografías siempre ha querido ''enlazar las emociones con lo que uno quiere decir y el movimiento''.
En México, añade, se está viviendo un momento muy importante para la danza contemporánea. Aquí cada coreógrafo es muy diferente entre sí, a diferencia de los creadores de otros países, cuyos trabajos de alguna manera son similares. Esto es así, explica, por la infraestructura y el apoyo económico con que cuentan.
''Por ejemplo en mi caso, de alguna manera soy autodidacta, pues a mí no me tocó asistir a la escuela de coreografía mexicana, porque aún no se creaba, y la verdad eso me hace muy feliz. Todo lo he tenido que hacer con muchísima intuición. Me paso horas imaginado cómo puedo unir una imagen con la otra.
''Pero si nos preguntamos qué es lo que pasa en la escuela de danza de Bélgica, vemos que todos los coreógrafos tienen los mismos maestros, lo cual -por un lado- es maravilloso, pero por otro provoca que los alumnos estén influidos por la mismas técnicas y estilos. Todos, al final, reciben la misma información. Entre ellos sí ven una diferencia de trabajos coreográficos, pero cuando uno llega de fuera nota que no existe tal diferencia, lo que en nuestro país sí se da, aunque habría que esperar las propuestas de las nuevas generaciones, a las que ya les tocó la escuela para coreógrafos.''
Tania Pérez-Salas presentará este domingo, a las 18 horas, Las aguas del olvido, en que el líquido es tema de esta coreografía, pues para la creadora escénica este elemento ha sido devaluado por el ser humano: "ahora simplemente la utilizan para beber o bañarse, pero el agua limpia y cristalina tiene desde la antigüedad un significado más allá de lo utilitario, que hoy se ha perdido y que con esta obra se ha querido rescatar".
En Anabiosis, inspirada en La llama doble, de Octavio Paz, plantea la cuestión de la existencia del amor, a pesar de las problemáticas sociales o económicas que existen en el mundo. Es un trabajo en el que se ve reflejada la pasión y atracción carnal entre los amantes.
Visitante, estrenada el año pasado en la Bienal de la Danza de Lyon, Francia, es una obra "muy fuerte, que oscila entre la vigilia y el sueño", y que muestra la visión de la coreógrafa sobre la muerte.
|