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México D.F. Domingo 19 de octubre de 2003
PEPE CARVALHO, DE LUTO
Legó a las letras castellanas más de
100 obras, entre poesía, novela, ensayo y artículo
Vázquez Montalbán será recordado
por su curiosidad, crítica y lucidez
Dejó en el tintero Milenio, pieza narrativa
que se sumaría a la saga de su popular detective
El también periodista promovió el ideario
de la izquierda y defendió la causa zapatista
CESAR GÜEMES Y ARMANDO G. TEJEDA REPORTERO
Y CORRESPONSAL
Manuel Vázquez Montalbán -quien falleció
ayer víctima de un probable ataque al corazón mientras esperaba
en el aeropuerto de Bangkok su vuelo para España- traía en
su portafolio las notas tomadas en Australia para afinar los últimos
detalles de la que sería su próxima novela: Milenio.
A sus 64 años, el escritor catalán mantenía en vigor
su curiosidad, lucidez y crítica mordaz, que desplegó con
maestría en más de 100 títulos.
El creador del detective Pepe Carvalho padecía
un mal cardiaco que le obligó, hace nueve años, a someterse
a una intervención quirúrgica para que le colocaran cuatro
marcapasos. Esta situación no le impidió seguir con
su ejercicio de escritor y activo defensor de las causas justas. Precisamente
esa vocación de alzar la voz y provocar la indignación ante
el "estado del mundo" lo empujó a realizar el que fue su último
viaje: las últimas semanas impartió conferencias y participó
en lecturas públicas de su obra en diversas universidades y centros
culturales de Indonesia, Nueva Zelanda y Australia. Fue en el aeropuerto
de Bangkok, la capital tailandesa, cuando Vázquez Montalbán,
en "cuestión de minutos", se fue para siempre.
Según informó la policía tailandesa,
el escritor empezó a "sentirse mal" unos minutos después
de que abandonó el vuelo que lo trasladó de Sidney, Australia,
a Bangkok, por lo que fue atendido de inmediato en una sala de urgencias
médicas del propio aeropuerto, donde ya fue imposible hacer reaccionar
de nuevo a su maltrecho corazón.
Novelista,
ensayista, gastrónomo, poeta, y periodista -fue asiduo colaborador
de La Jornada-, Vázquez Montalbán nació en
Barcelona, en 1939. Su labor en la vida social lo llevó a participar
en el Frente de Liberación Popular y luego en el Partido Socialista
Unificado de Cataluña. En 1962, cuando todavía no había
publicado y se dedicaba casi exclusivamente a la poesía, el régimen
franquista -al cual siempre se opuso- lo sometió a un Consejo de
Guerra que lo condenó a tres años de cárcel por participar
en "actividades políticas". Este enclaustramiento y la congruencia
de su pensamiento político, siempre cercano al ideario de izquierda,
fueron señas de identidad en su escritura, lo mismo literaria que
periodística.
Tras ser incluido, a finales de los años 60, en
la generación de los nueve novísimos, Vázquez
Montalbán incursionó entonces en la narrativa. Fue así
como apareció en la escena literaria el detective Pepe Carvalho
y su escudero Biscuter, protagonistas de 20 "novelas negras o de
intriga", como el mismo escritor catalán solía definirlas.
A este esfuerzo corresponde no sólo la amplia serie
sobre el detective y su inseparable compañero, sino también
obras de diverso calado sicológico en las que analizó el,
llamémoslo así, lado oscuro del comportamiento. Tal es el
caso de la célebre y premiada novela titulada El estrangulador.
Viajero, Manuel Vázquez Montalbán estuvo
en México en diversas ocasiones, una de ellas para encontrarse con
el subcomandante Marcos -fue activo defensor de la causa zapatista-
y otras para realizar visitas de orden estrictamente literario.
En una de esas ocasiones que La Jornada conversó
con él, indicó con motivo de su concepción de la narrativa
del crimen: ''A mitad de los años 70 en España, el que cultivaba
el género de manera más fiel era Andreu Martín, el
que respetaba más las reglas. Por mi parte, lo que intenté
desde el comienzo de la serie de Carvalho es una novela de conocimiento
social mediante la estrategia policiaca. Luego vino el premio Planeta a
Los mares del sur y aparecieron en España colecciones que
tradujeron de manera sistemática la novela negra estadunidense.
Los editores pensaron entonces que el género era negocio y los escritores
creyeron que era un rubro muy fácil de hacer. Eso multiplicó
las colecciones. La poética del neocapitalismo, en mi opinión,
es la novela policiaca. Entendido por neocapitalismo no el que ahora avanza,
sino el puro y duro, el que estalla en Estados Unidos en los años
20 y es un ensayo general de lo que será el sistema productivo.
''Eso genera una sociedad cargada de tensiones, de relación
entre política y delito, de doble moral. La poética de la
novela negra describe todo eso. A medida que las otras sociedades se han
ido pareciendo a ésa es que se hace verosímil la lógica
y el discurso de la novela negra. Es una poética adecuadísima
para describir los conflictos sociales de cada época. Por eso hay
toda una tendencia, incluso trotskista, de narradores inspirados por Mandel,
quien llegó a escribir un libro en el cual sostiene que la única
novela legítima y ética de nuestro tiempo es la policiaca.''
La obra en la que aparece Carvalho, que se inició
con Yo maté a Kennedy y que posiblemente habría de
concluir con Milenio, tiene entre sus más socorridos títulos
Los mares del sur, La rosa de Alejandría, El balneario, El delantero
centro fue asesinado al atardecer y Las recetas de Carvalho,
este último es una suculenta antología de fragmentos en los
que el investigador y gastrónomo repasa su propia vida dando cuenta
justamente de las recetas sobre los platillos que ha degustado.
Trabajador incansable, un buen día decidió
conocer al subcomandante Marcos y enterarse de la realidad chiapaneca
en el lugar de los acontecimientos. Así lo hizo y producto de esa
labor es su libro Marcos. El señor de los espejos. Sobre
Chiapas y Marcos comentó a La Jornada en otro momento:
''A mí me interesa lo de Chiapas como fenómeno mexicano,
pero también como fenómeno universal, en el sentido de que
surge un desafío de propuesta de cambio, de una nueva manera de
entender la política y la aparición de un nuevo sujeto histórico
con el que no se contaba, que es el indígena. A propósito
de ello me pregunto hasta qué punto ese sujeto histórico
tiene una existencia real luego de que también es una metáfora.
Hablo de una metáfora de esa parte de ciudadanos del mundo cuyos
derechos están por reconocerse. Toda esa experiencia que ha girado
en torno de Chiapas me ha parecido de interés global.
''De modo que la circunstancia me interesa mucho. Preveo
que en cómo se resuelva la cuestión zapatista está
la clave del futuro político mexicano: se resuelve bien o se resuelve
mal y qué quieren decir esos dos enunciados. Creo que hay suficientes
elementos indestructibles en el zapatismo, como el que no tengan una propuesta
de dar la vuelta a la cosas, sino de llevar hasta las últimas consecuencias
a la democracia, lo cual es interesantísimo. De todo ello se deduce
que me inquieta mucho todo lo que aporta Marcos y que estoy considerando
la posibilidad de escribir alguna cosa en esa dirección.''
Manuel Vázquez Montalbán fue un hombre políticamente
íntegro, un escritor de tiempo completo y contó con el reconocimiento
y la fidelidad de los lectores, que agotaron una tras otra las cuantiosas
ediciones de sus libros. Al favor de los lectores se sumó siempre
el reconocimiento público, expresado en premios como el Nacional
de Narrativa, el Raymond Chandler, el Europa y el Nacional de la Crítica.
Toda su obra narrativa, poética, periodística
y de ensayo se queda. Aquí y en cualquier sitio en que su obra sea
leída, permanecerán sus entrañables personajes. Pero
Barcelona sin Manuel Vázquez Montalbán será distinta,
sin duda.
PEPE CARVALHO, DE LUTO
Combinó la amenidad con la defensa sistemática
de causas importantes: Monsiváis
Manolo, ejemplo de intelectual íntegro y acabado,
define Sánchez Vázquez
Lamentable pérdida para la literatura
castellana, considera Alvaro Mutis Juan Villoro, Carlos Montemayor y
Federico Campbell manifiestan su pesar por el deceso
ERICKA MONTAÑO GARFIAS Y ARMANDO G. TEJEDA REPORTERA
Y CORRESPONSAL
La repentina muerte de Manuel Vázquez Montalbán
causó sorpresa y consternación en el mundo literario y político
de México y España, donde sus familiares, por conducto de
un vocero, pidieron respeto a la memoria del escritor, y explicaron que
se encuentran destrozados ante la inesperada noticia.
En México, el escritor colombiano Alvaro Mutis
recordó su amistad con el autor catalán, con quien compartía,
además de la literatura, el gusto por la buena comida: ''Respecto
de su obra creo que estas novelas leídas, presentadas y distribuidas
como policiacas superan el nivel de ese género; son magníficos
relatos y el personaje del detective Pepe Carvalho es inolvidable, porque
es un hombre común y corriente, pero escrito con la gracia, inteligencia
y malicia de Manolo que hacen realmente la lectura de esos libros un placer
enorme. Para mí sigue vivo, así que es un hombre de una riqueza
de vida, de un concepto del mundo, de una seriedad magnífica en
sus ideas políticas, que por cierto nunca compartimos, pero no hablamos
de eso. A mí la política no me interesa. Es una lástima
que pierda la lengua española a un autor como él".
El
filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, expresó a
La Jornada: ''La noticia de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán
ha sido como un brutal hachazo que no se espera. Me ha producido una profunda
impresión. En primer lugar por ser una excelente persona que tuve
la fortuna de tratar. Coincidimos en la presentación de dos libros
nuestros, en México y en Barcelona, y últimamente en un emotivo
acto, hace año y medio, en homenaje al poeta Machado, después
de haber visitado su tumba en Collioure, Francia. Pero su muerte me ha
producido una fuerte impresión no sólo por lo que me afecta
como amigo, sino por lo que significa la pérdida de un gran escritor
que supo cultivar tan fecundamente los más diversos géneros:
la novela -especialmente la policiaca, con su famoso Carvalho-, la poesía,
la biografía, el ensayo, la crítica literaria y la política.
Todo ello fue ejemplo de lo que debe ser auténticamente un intelectual
comprometido.
''Lo demostró con su pluma en revistas diversas,
en una época tan dura como el franquismo, en la que el compromiso
intelectual exigía arrostrar los más grandes peligros. Una
época en la que por ello se puso a prueba la dignidad humana, la
coherencia, el sacrificio y la firmeza de un intelectual, y se puso también
a prueba su grandeza literaria y moral, cuando en todo el periodo posterior,
el de la democracia, el conformismo adormecía algunas conciencias
antes rebeldes. Y sobre todo cuando tuvo lugar el derrumbe de lo que pasaba
por ser socialismo, y una parte de la intelectualidad de izquierda se pobló
de desencantados de buena o de mala fe, así como de renegados.
''Vázquez Montalbán manifestó a un
alto nivel en su conducta y su obra los nobles ideales socialistas que
no podían derrumbarse con la caída de un falso socialismo.
''Por todo ello la pérdida de este intelectual,
que siempre conjugó -con la más alta calidad- su creación
con su compromiso, deja en mí, como amigo, lector y admirador de
su obra y compañero de ideas, una dolorosa impresión de la
que tardaré tiempo en recuperarme.''
Manuel Vázquez Montalbán, manifiesta el
escritor Carlos Monsiváis, "era (y sigue siendo en sus libros) un
escritor múltiple, con crónicas históricas de muy
buena factura (Galíndez, el ejemplo más pertinente),
narraciones eficaces que no desdeñan el género policiaco
(se recuerda a su personaje Pepe Carvalho interpretado por Eusebio Poncela),
y poemas irregulares y muy directos.
''Es también un catalán a la vez cercano
y crítico de los movimientos de su región, y un escritor
que combina la amenidad con la defensa sistemática y continua de
causas importantes, y, de modo complementario, con el análisis implacable
del neoliberalismo y los restos del franquismo (Aznar incluido), y con
el interés por los asuntos latinoamericanos.
''En este campo, Marcos. El señor de los espejos
es un buen libro sobre el subcomandante y el movimiento de reivindicaciones
indígenas. No obstante su simpatía por la Revolución
Cubana, su crónica Y Dios entró en La Habana, sobre
el castrismo en el momento de la visita de Juan Pablo II, no es una apología
de la dictadura y sus alianzas con la derecha clerical.
''Como Edward Said y José Saramago, Vázquez
Montalbán tampoco aprobó los fusilamientos en Cuba y las
inconcebibles condenas a los disidentes.
''En suma, fue prolífico y esto ahora dificulta
el juicio de conjunto de su obra, pero de él sin duda permanecen
varios libros importantes y bien escritos, y la calidad de su actitud,
generosa, comprometida en el mejor sentido, valiente y nunca carente de
sentido del humor.''
El escritor Juan Villoro, entrevistado vía telefónica
desde Barcelona, destacó que Vázquez Montalbán es
un personaje ligado a la historia de la ciudad, a su cotidianidad. ''Manolo
es uno de los representantes de la literatura negra de alta calidad. Fue
una persona muy sólida en lo político, espléndido
periodista. Se mantenía como un autor extraordinariamente crítico
y era un representante de una izquierda abierta y muy necesaria.
''Fue un novelista de corte histórico, fundamental.
Tenía esta actitud de ética tipo Voltaire de intervenir en
la cosa pública, en temas sociales, y de hacerlo con enorme seriedad.
"Va a hacer mucha falta en España, ahora que el
gobierno absurdo de centro derecha perdió toda la orientación
respecto de las posibilidades de una reivindicación de valores sociales,
y que ha llevado al país, contra la voluntad popular, a una guerra
absurda. Ahí su voz era resistente y extraordinariamente racional.''
Carlos Montemayor, a su vez, lamentó la pérdida
"de una inteligencia aguda y honesta. Se trataba no sólo de un magnífico
narrador, sino también de un investigador y analista muy valiente
y honesto. Fue un intelectual y un conocedor atento a todo lo que ocurría
y, por supuesto, a lo que ha ocurrido, y sigue manteniendo encendido el
valor de los zapatistas".
Vázquez Montalbán, comenta Federico Campbell,
fue un hombre de una producción literaria impresionante. Colaboró
desde muy joven con la prensa española, y ya en los años
70 era una de las voces más críticas. En su trabajo literario
ofreció "una gran calidad y confirmó que la novela policiaca
no es un género baladí y sirve para hacer una crítica
del poder. Demostró además que el periodismo puede ser un
laboratorio literario y formar escritores".
La muerte de Vázquez Montalbán causó
pesar entre sus familiares, amigos, lectores, compañeros de lucha
e, inclusive, en la clase política española.
Su amigo y compatriota Juan Marsé, ganador del
Premio Juan Rulfo, dijo que a Manolo le hubiera gustado que no sólo
se le reconociera por su personaje Pepe Carvalho, sino también "como
gran poeta" y "uno de los comentaristas de actualidad política más
importantes en España en muchos años".
El narrador Paco Candel advirtió que su literatura
era de "gran categoría", pero además era un "hombre de izquierdas
reflexivo, era comunista y además un gran escritor que, al estilo
de Balzac, producía mucho y bien".
Su amiga, la escritora Maruja Torres externó: ''era
una persona moralmente imprescindible y parte necesaria de la gente". Su
representante literaria, Carmen Balcells, señaló por su parte
que la obra de "Vázquez Montalbán ha sido de una intensidad
tal que en realidad ha vivido 120 años"
Los partidos Comunista de España (PCE) y Socialista
Obrero Español (PSOE), las dos formaciones de izquierda a las que
alguna vez estuvo ligado, así como Izquierda Unida, también
expresaron sus condolencias. Francisco Frutos, dirigente del PCE, señaló
que se siente "moralmente hundido ante la pérdida de uno de los
grandes de nuestro tiempo, un hombre inteligente, solidario, lúcido,
con ideas renovadas y vinculadas a los nuevos movimientos de lucha anticapitalista,
capaz de dar luz propia a un contexto nacional e internacional tan complejo
y difícil como el que nos ha tocado vivir".
El PSOE manifestó su "pesar" por la ausencia de
un "gran escritor que siempre tuvo fidelidad a sus ideas y una coherencia
sin estridencias". El vocero del gobierno español, Eduardo Zaplana,
dijo sentir "tristeza y dolor" por el fallecimiento del autor catalán,
ya que "era un notable escritor en nuestro país y es momento de
tristeza y dolor".
También lamentaron el deceso el presidente de la
Real Academia de la Lengua Española, Víctor García
de la Concha; el novelista Juan José Millás, y el presidente
de editorial Planeta, Manuel Lara Bosch.
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