México D.F. Domingo 19 de octubre de 2003
Según Pemex disminuirá la dependencia
de las importaciones del combustible
La explotación en Burgos aliviará presión
por el déficit de gas ante la crisis boliviana
Marathon, Shell y Sempra, que operarán en Tijuana,
recibirían el energético sudamericano
ISRAEL RODRIGUEZ
La explotación de gas natural en la cuenca de Burgos,
el área con mayores reservas de ese combustible en México,
será estratégica para disminuir la presión del déficit
de gas ante la situación que vive Bolivia, consideró Sergio
Guaso Montoya, director ejecutivo del diseño de los contratos de
servicios múltiples (CSM) de Petróleos Mexicanos (Pemex).
El funcionario dijo desconocer cuál será
el impacto de la situación social que vive Bolivia en la oferta
de gas en el país, pero aseguró que el primer contrato adjudicado
a la española Repsol YPF "nos va ayudar precisamente para bajar
la presión por el lado del déficit de gas".
Informes
de Pemex señalan que la nueva producción de gas natural mediante
los CSM reducirá la dependencia de México de la importación
del combustible, que pronto podría costar al país hasta 2
mil millones de dólares anuales.
Para algunos analistas la presión sobre México
para acelerar la explotación de gas se acrecentará ante el
congelamiento de la exportación de gas de Bolivia, cuyo destino
era el mercado estadunidense por medio de las plantas trasnacionales establecidas
en la frontera del lado mexicano.
Marathon Oil Company, Shell y Sempra Energy, empresas
con autorizaciones para instalar plantas regasificadoras en Tijuana, Baja
California, serían las principales destinatarias del combustible
proveniente del país sudamericano.
Información de diversas organizaciones no gubernamentales
bolivianas señalan que el multimillonario proyecto de Pacific LNG,
consorcio conformado en junio de 2001 por las trasnacionales British Gas,
British Petroleum y Repsol YPF, consistía en la exportación
diaria de 36 millones de metros cúbicos de gas a los mercados de
Estados Unidos durante 20 años.
En todo ese tiempo se estima que, desde los campos hidrocarburíferos
del sur de Bolivia, se suministraría un total de 6.26 trillones
de pies cúbicos de gas al mercado estadunidense.
El transporte del gas, energético cada vez más
codiciado por ser ecológico, se daría en dos fases. La primera
consistiría en el transporte del combustible mediante un gasoducto
desde los campos de Tarija, Bolivia, hasta el puerto chileno de Patillos,
en el Pacífico. En este puerto se instalaría una planta para
licuar el gas.
En la segunda fase, el gas ya líquido sería
transportado en barcos hasta un puerto de Baja California, donde se le
regasificaría para luego ser transportado por la distribuidora estadunidense
Sempra a través de ductos hasta California, Estados Unidos.
Información oficial de Marathon International Oil
Company señala que, junto con sus socios internacionales Grupo GGS
de México y Golar LNG LTD de Noruega, constructores de un centro
regional de energía en Tijuana, pretendía usar el combustible
de Bolivia para convertirse en el principal proveedor de gas, electricidad
y agua del norte del país, y el gas que no fuera utilizado sería
exportado a través de un gasoducto al mercado de Estados Unidos.
Con la renuncia del presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez
de Lozada y la generalizada percepción ciudadana sobre los escasos
beneficios que reportaría este negocio para el país sudamericano,
los proyectos de las trasnacionales se tornan mucho más inciertos.
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