México D.F. Martes 7 de octubre de 2003
Nuevos enfrentamientos dejan 4 heridos; insisten
en que dimita Sánchez de Lozada
Marchan miles al comenzar la tercera semana de movilizaciones
en Bolivia
Exigen autonomía para universidad estatal; prosigue
la oposición a la venta de gas
DPA Y AFP
La Paz, 6 de octubre. Con una multitudinaria marcha
de trabajadores y algunos enfrentamientos en la carretera que lleva a la
zona de los Yungas, departamento de La Paz, se inició hoy la tercera
semana de movilizaciones contra la exportación de gas boliviano
a través de Chile.
Miles
de comerciantes y estudiantes de la vecina ciudad de El Alto recorrieron
unos 15 kilómetros con el doble propósito de oponerse a la
venta de gas natural y de demandar autonomía para una universidad
estatal de reciente creación.
La manifestación, que se desarrolló en un
ambiente pacífico y bajo fuerte vigilancia policiaca, fue organizada
por la Central Obrera Boliviana, que además de exigir al gobierno
que desista del proyecto de exportación de gas bajo condiciones
que privilegian a los consorcios petroleros y no a las arcas nacionales,
instó al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada a dimitir.
En la tercera semana de conflicto, que ha dejado seis
muertos y decenas de heridos, los campesinos mantienen parcialmente cortadas
las rutas del altiplano a pesar del fuerte dispositivo militar y policial,
en tanto otra ruta, que une el este con el oeste, comenzaba a quedar intransitable.
En los valles subtropicales cercanos a La Paz, en los
Yungas, ocurrieron enfrentamientos entre campesinos y choferes de transporte
público, que dejaron cuatro heridos, según las autoridades.
En el lugar están varados al menos 200 vehículos.
A su vez, el poderoso sindicato de productores de coca
comenzó a ocupar las carreteras del Chapare, aunque "el bloqueo
de caminos lo iniciaron los propios militares y policías que desde
muy temprano tomaron las trancas (rutas) para no permitir que flotas (autobuses)
y micros transiten libremente, porque temen el traslado de cocaleros",
declaró el dirigente Feliciano Mamani.
De su lado, Sánchez de Lozada reiteró que
no renunciará, y advirtió que "las fuerzas armadas, la policía,
no van a permitir que haya guerra civil". También anunció
que "a la gente que está en la calle" se le va "a aplicar la ley,
tomarlos presos, llevarlos a las cortes y si están haciendo daño
van a tener que ir a la cárcel".
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