México D.F. Jueves 2 de octubre de 2003
Goles del Misionero Castillo y de Frankie
Oviedo para la victoria
Feliz adiós de Zague con el triunfo del
América 2-0 sobre el Barcelona
También destacó el portero Adolfo Ríos,
quien evitó anotaciones de los azulgranas
MIGUEL ANGEL RAMIREZ
Después de 87 años de vida el compromiso
quedó anoche en el estadio Azteca: "seguir volando", como rezó
en las pantallas. Y el enjambre americanista salió feliz porque
festejó el cumpleaños imponiéndose 2-0 al prestigioso
Barcelona y despidió con todos los honores a Luis Roberto Alves,
mejor conocido como Zague.
Y
como esto era una fiesta, ambos equipos decretaron que era un delito el
aburrimiento. Así, los aficionados no gozaron únicamente
con los juegos pirotécnicos, con la nieve que ambientó el
show del medio tiempo, sino también con los chispazos de
genialidad y la entrega de los jugadores. El rival catalán no vino
solamente para llevarse dólares a sus arcas.
En la primera anotación el homenajeado Zague
se hizo presente. Fue quien, como pudo, le dio el pase a Hugo Castillo
dentro del área y el argentino terminó llevándose
el aplauso. No sólo por marcar el gol, sino porque hizo un recorte
que le quebró la cintura a dos rivales antes de su zurdazo que dejó
sin oportunidad al portero Rustu.
Eso fue al minuto 18. Al 22 Cuauhtémoc Blanco y
Germán Villa realizaron una pared que era digna de terminar en celebración.
Lamentablemente Villa quiso dar un pase en lugar de fusilar al guardameta
y se ahogó el grito de gol. Zague tampoco aprovechó
un gran servicio de Blanco cuando encaró solo al arquero del Barça,
al minuto 31.
El cuadro catalán no echó mano de algunas
de sus estrellas desde el inicio, como Kluivert y Luis Enrique, sin embargo,
Ronaldinho, Saviola, Rafael Márquez y compañía tuvieron
de sobra para animar el encuentro.
Los azulgrana dominaron por muchos pasajes el encuentro
y llegaron con peligro ante la meta defendida por Adolfo Ríos, aunque
fallaron en la definición. Al 35 se acercaron en serio con un tiro
de Iniesta, pero el portero americanista realizó un gran lance y
salvó su meta.
Para el segundo tiempo se fueron Cuauhtémoc, Mendoza
y Castillo, pero siguió la fiesta con Abreu, Sergio Blanco y Frankie
Oviedo, porque al 49 vino un centro desde la banda derecha; Abreu conectó
con la cabeza en el área y le puso el balón a Oviedo para
que éste únicamente lo mandara al fondo de la red. Era el
2-0 y todo estaba listo para el adiós de Zague.
Al minuto 51 empezaron a escucharse Las Golondrinas
y Zague dejó la cancha para recibir el aplauso del público
y las felicitaciones de Emilio Azcárraga Jean y el secretario de
Gobernación, Santiago Creel, entre otros. Después dio la
vuelta olímpica junto con su padre, el legendario Lobo Solitario.
El Barcelona estuvo lejos de rendirse; siguió luchando
y buscó con Luis Enrique y Kluivert acortar la distancia. Sin embargo
no tenía afinada la puntería ni Ríos dejaba pasar
nada.
Al 77 se escucharon los gritos de ¡portero, portero!
cuando Adolfo Ríos rechazó un misil de Kluivert. Los festejados
también pudieron lograr un marcador más abultado, pero la
puntería de Abreu andaba como su sobrenombre: loca.
Cuando vino el silbatazo final del árbitro peruano
Gilberto Hidalgo se escucharon Las Mañanitas. Algunos, para
ese entonces, ya habían hecho más de 87 brindis y al salir
agradecieron que anoche no circulara el alcoholímetro.
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