México D.F. Martes 30 de septiembre de 2003
La Paz, paralizada en la primera jornada de
huelga por la "guerra del gas"
Teme líder indígena que Sánchez
de Lozada dicte estado de sitio en Bolivia
Quince días de bloqueos de caminos Los cocaleros
hoy decidirán medidas de protesta
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 29 de septiembre. La tensión
aumentó hoy en Bolivia, donde dio comienzo una crucial semana con
una huelga que paralizó la ciudad de La Paz, cuando la llamada "guerra
del gas" estalla a las puertas de la débil presidencia de Gonzalo
Sánchez de Lozada, mientras se abren otros frentes de conflicto.
Miles de pequeños comerciantes y ambulantes, que
obligaron a los mayores comercios a plegarse al paro, junto con estudiantes
y representantes de otros sectores sociales, salieron a las calles del
centro paceño para manifestarse contra la exportación de
gas vía Chile, en una operación manejada por empresas extranjeras,
mientras continuaron por decimoquinto día los cortes campesinos
de rutas, que incluyen las que comunican con Perú y Chile.
En Bolivia se libra una de las mayores batallas contra
el modelo neoliberal que intenta implantar, en un país en severa
crisis, un presidente "a todas luces incapaz", señalan dirigentes
sociales.
Sánchez de Lozada se encuentra jaqueado por la
huelga indefinida que comenzó hoy, convocada por la Central Obrera
Boliviana (COB), así como por una oleada de demandas sectoriales,
por la actividad de un movimiento indígena y campesino lanzado a
bloquear caminos para no esperar "la muerte lenta" que les propone el gobierno,
al decir de sus líderes.
En contacto telefónico con La Jornada, algunos
dirigentes advirtieron que la situación se tornaba extremadamente
tensa y en las orillas del lago Titicaca, en la turística población
de Copacabana, hubo amenazas de ocupar hoteles. Allí, hay centenares
de viajeros varados desde hace dos semanas, por los cortes de ruta. El
conflicto ya ha dejado, en su momento más álgido, siete muertos.
El enorme ejército de vendedores "al raleo" (en
las calles), que reúne a unas 500 mil personas, se adhirió
al llamado de la COB, organización muy golpeada por el cierre de
empresas, la desocupación de millones de bolivianos y divisiones
internas.
Adhesiones
Con
todo, la COB logró adhesiones importantes, como la de un sindicato
de transportistas de La Paz, que amenaza con cercar la sede gubernamental,
y la Federación de Maestros Urbanos de la ciudad, que convocó
a un paro de 48 horas a partir de este martes, mientras la asociación
de carniceros de La Paz amenazó con suspender la venta de sus productos
en forma paulatina en protesta por la venta de gas bajo el actual esquema,
sin previa consulta popular.
Aunque varios medios destacaban que el paro no se hizo
notar en el interior del país, sindicatos de Cochabamba y del centro
de Bolivia, advirtieron que podrían movilizarse hacia La Paz, que
está virtualmente aislada por los cortes de ruta, para sumarse a
las protestas. También los mineros podrían unirse a las protestas.
Felipe Quispe, dirigente nacional de los campesinos y
del partido Movimiento Indigenista Pachacuti, que encabeza los cortes de
ruta contra la venta de gas por un puerto chileno, sostuvo: "Este gobierno
debe renunciar, debe irse porque no quiere atender nuestras demandas...
y todos estamos dispuestos a intensificar los bloqueos de caminos y de
productos agropecuarios".
Rechazó la veracidad de fotos e imágenes
que divulga el gobierno, que muestran a jóvenes recibiendo entrenamiento
guerrillero en Cochabamba, asegurando que se trata de una maniobra gubernamental
para justificar medidas como un eventual Estado de sitio, algo que le habrían
aconsejado asesores de la embajada de Estados Unidos.
De su lado, Evo Morales, diputado indígena y líder
cocalero, aunque no se adhirió a la huelga de la COB, aclaró
que mañana una asamblea decidirá medidas de protesta contra
el gobierno.
Las exigencias planteadas al Ejecutivo son diversas, pero
hay un eje central que es la oposición a la venta del gas natural
descubierto en el sur del departamento de Tarija, cercano a la frontera
con Argentina. La demanda es que no se venda el gas a Estados Unidos y
menos aún por un puerto chileno, país que se quedó
con la salida al mar de Bolivia después de la Guerra del Pacífico
en 1879. Además, muchos destacan que los encargados de la transacción
se quedarán con la mayor ganancia, dejando apenas migajas a los
bolivianos.
Crean coordinadora de los movimientos participantes
La protesta se concentra especialmente en el altiplano,
pero al paso de las horas se incorporan sectores a la misma, que logró
en la última semana crecer en organización, con la creación
de una coordinadora de todos los movimientos participantes.
Alrededor del lago Titicaca los aymaras siguen cerrando
vías de tránsito, desafiando una ley que prohíbe esas
protestas con graves penas, según dispuso el gobierno, que declaró
ilegal la actual huelga.
El Ejecutivo, en tanto, no ha dado marcha atrás
en su decisión de poner en venta el gas, como tampoco en medidas
de ajuste económico, como rebajas de salarios y jubilaciones y aumentos
de impuestos, con las que intenta reducir el enorme déficit fiscal.
Llama la atención que los miembros del Mercado
Común del Sur, del cual Bolivia no es miembro pleno pero sí
asociado externo, no hayan tomado medidas para colaborar en la dramática
situación que enfrenta el país, donde casi 100 personas han
muerto en los conflictos sociales desde enero pasado, y cuando el gobierno
podría buscar responder a la rebelión acusando la existencia
de una guerrilla.
En Argentina sectores sociales y personalidades, como
el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel llamaron a la solidaridad
con el pueblo boliviano en su lucha "por la soberanía y la defensa
de sus recursos naturales y humanos".
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