México D.F. Martes 30 de septiembre de 2003
Pese a las críticas, el premier inglés podría relegirse
Integrantes del Partido Laborista exigen la renuncia de Tony Blair
REUTERS, PL Y DPA
Londres, 29 de septiembre. El primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, fue blanco de airadas protestas de miembros de su Partido Laborista, luego de que el tema de Irak fuera excluido de la agenda del congreso partidista y un día después de que una encuesta publicada por el diario The Observer reveló que 41 por ciento de los integrantes de ese instituto político quieren que dimita antes de las próximas elecciones.
Delegados indignados pidieron una votación sobre la guerra en Irak después de que la moción para discutir el tema fuera rechazada por el comité ejecutivo en favor de debates sobre las previstas reformas a la sanidad y derechos laborales.
La diputada Alice Mahon, ferviente opositora a la pasada guerra contra Irak, calificó de manipulación el "veto explícito" con que los laboristas decidieron excluir el asunto, situación que, dijo, es vergonzosa.
De forma similar se manifestó el diputado Tony Ben, quien catalogó de escandalosa esa situación y consideró que el asunto de Irak se debía tratar pues Blair perdió la confianza precisamente por esa guerra, mientras otro diputado, George Galloway, advirtió que el primer ministro puede llevar a los laboristas a la ruina, el desastre y la división de sus filas y la desintegración.
El ministro de Economía, Gordon Brown, fracasó en su intento de calmar los ánimos durante la conferencia para respaldar a Blair en el asunto de Irak, al señalar que otro tema importante, sobre una serie de nuevas reformas económicas, podría provocar un enfrentamiento con los poderosos sindicatos.
Los legisladores expresaron que la omisión de analizar la guerra en Irak libra de una fuerte crítica al jefe de gobierno, cuyo cuestionamiento se refleja al alcanzar, en los últimos días, los índices más bajos de aceptación desde que asumió el poder, en 1997.
Otro sondeo, conducido por la empresa NOP Poll para el diario The Independent, destaca que 59 por ciento de los británicos cree que Blair mintió sobre la posesión de armas de destrucción masiva por el régimen de Saddam Hussein.
El sondeo encontró que 41 por ciento de los británicos quiere que Blair renuncie como primer ministro, contra 52 por ciento.
Pero la buena noticia para Blair es que con 38 por ciento de popularidad con que cuentan los laboristas, este partido mantiene una ventaja de siete puntos sobre los Tories, a los que se otorga 29 por ciento, mientras los Liberales Demócratas sólo tienen 27 por ciento, lo que da la posibilidad al primer ministro de una posible relección de presentarse a los comicios de 2006, como manifestó la víspera.
Comentaristas británicos coinciden en que la negativa de Blair a aceptar una crítica y su empeño en aferrarse a sus políticas interior y exterior lo hacen asemejarse cada vez más a la Dama de hierro, la ex primera ministra Margaret Thatcher.
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