México D.F. Martes 30 de septiembre de 2003
El grupo presentó cuatro funciones de
Todo por que rías en el Auditorio Nacional
Sátira social e ironía borgiana a raudales
con Les Luthiers
Los humanistas argentinos repartieron entre gentiles
e irreverentes el aliento vital del humor
PABLO ESPINOSA
El conjunto de instrumentos informales Les Luthiers celebró
de manera coherente, es decir informal, su 37 aniversario con cuatro recitales
en un Auditorio Nacional colmado de adoradores del chiste y su relación
con el inconsciente entre caudales de sonrisas causadas por caudales de
abrumadoras bromas cuajadas de crítica política, sátira
social, ironía borgiana y un sano simposio imaginario con los hermanos
Marx en Una noche en la ópera, Buster Keaton colgado del
Big Ben del tonelaje carcajiento, causando literalmente un nuevo
universal big bang entre la gente en las butacas, Charles Chaplin
en su danza con el globo terráqueo y con el péndulo de Foucault
y por supuesto también con el célebre compositor Johann Sebastian
Mastropiero, más escuchado que el sordo Beethoven, más diestro
que el Manco de Lepanto, más apapachado que Chopin y más
certero que Robin Hood, dado el don de Mastropiero de robar a la avara
tristeza la energía para repartir entre gentiles, ateos e irreverentes
el aliento vital del humor, arma letal de necesidad porque hace morir de
la risa a todo aquel que tenga cosquillas en el entendimiento.
Mecanismo de relojería
Todo
porque rías es el nuevo espectáculo que tiene de gira
a Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich, Carlos López Puccio, Jorge
Maronna y Carlos Núñez Cortés, luego de ofrecer 60
apo-teósicas funciones en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, matar
de risa a los peruanos y a los colombianos para entablar etapa de su gira
latinoamericana el pasado fin de semana en la ciudad de México,
donde la suma de víctimas mortales de estos huracanes de risa durante
cuatro noches consecutivas penduló en los 20 mil espectadores.
La estructura clásica de los espectáculos
de Les Luthiers responde a un mecanismo de relojería en el que todo
mundo sabe qué hora es debido a que la lógica del humor leslutheriano
obedece a la ley del agua tibia: reír salva.
Así transcurren 120 minutos exactísimos
en un conteo regresivo en el que se esparce el genio de estos argentinos
insólitos cuyo signo primero y último es la completa simpatía,
la debilidad por el juego de palabras, el completo dominio del slapstick,
la improvisación, el juego de conceptos, los sublimes jeux d'esprit.
Porque sólo el célebre filósofo Daniel
Rabinovich tiene la respuesta a todo tipo de preguntas:
-Muchas veces mis alumnos me preguntan si la hermenéutica
telúrica incaica trastrueca la peripepatética meteórica
de la filosofía aristotélica por la inicuidad fáctica
de los diálogos socráticos no dogmáticos. Yo siempre
les respondo que no.
-¿Que no qué?
-Que no sé.
En el programa Radio Tertulia, mi opinión y
la tulia, Mundstock y Rabinovich despliegan su genialidad en una sátira
despiadada del supuesto periodismo moderno que funda su negocio en creer
que el IQ de la gente es inversamente proporcional a las inversiones financieras:
las notas de sociales, los chismes, la superficialidad enclavada en ''el
gusto del público", y montan a manera de hilo conductor todo un
reality show en el que ponen en escena en realidad el gran teatro
del mundo.
Razonar fuera del recipiente
Luego de analizar la telenovela y la vida privada de los
telenoveleros, Radio Tertulia le entra a temas serios: la sexualidad,
los avances de la genética, la reproducción asistida, y giran
al aire las preguntas de su público:
-¿Cómo es exactamente el método de
la probeta, porque he probado y me resultó incómodo?
-¿Qué hacer para asistir a una reproducción
asistida?
-¿En cuestiones de sexo, cuál es la posición
de la Iglesia?
-¿Los que no van a misa son misóginos?
La poencia elocuética de estos humanistas,
el largor o longanismo del efecto de sus gags, su
inicua virtud de razonar fuera del recipiente, sus óperas con tango
cachondo en pleno Vaticano, sus libretos basados en una vieja leyendo ebria
o en una vieja leyenda hebrea, aunque no describan bien los sexos, dos,
los dos sexos, los éxodos del pueblo hebreo, su forma de rendir
homenaje a la musa de todas las musas: Esther Pícore, en la forma
más natural de un taller literario; su manera de mostrar a la humanidad
el sentido de la existencia en una sola, multitudinaria, espléndida
sonrisa. Todo esto convierte a Les Luthiers en los ganadores absolutos
del Premio Nobel de la Paz, de la Salud y de Literatura, aunque se mueran
de la risa porque nadie los postule.
Porque para reír no hace falta una reflexión
sesuda, aunque por reír también se suda.
Se suda, pero se aprende.
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