México D.F. Martes 30 de septiembre de 2003
Historiadores, militares y periodistas temen
"una debacle igualmente calamitosa"
En EU se han comenzado a trazar analogías entre
Irak y Vietnam
La diferencia más notable entre ambas guerras
sería que hoy existe una disidencia más amplia
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 29 de septiembre. Cada
24 horas hay noticias de soldados estadunidenses heridos o muertos, de
que se necesitan más soldados y más fondos, de que es difícil
combatir contra un enemigo que desaparece entre el pueblo ocupado, perdón,
"liberado", y revelaciones de que los altos mandos civiles estadunidenses,
si no han mentido, tampoco dicen toda la verdad. Para muchos que saben
por experiencia propia, todo esto empieza a provocar una sensación
de deja vu, en particular con lo que ha sido una de las experiencias
más traumáticas de este país: Vietnam.
Historiadores, militares y periodistas comienzan a hacer
comparaciones, y subrayan siempre que las guerras de Irak y Vietnam no
son parecidas en varios aspectos, pero que sí hay analogías
entre ambas aventuras bélicas estadunidenses.
La guerra del gobierno de George W. Bush "me recuerda
a Vietnam'', declaró a la revista Time el general Anthony
Zinni, marine retirado y jefe del Comando Central de Estados Unidos
entre 1997 y 2000. Sin condicionar sus palabras, Zinni sostiene: "aquí
tenemos algunos estrategas que desde hace tiempo deseaban invadir Irak.
Vieron una oportunidad y utilizaron la inminencia de la amenaza y la asociación
con el terrorismo y las emociones del 11 de septiembre como catalizador
y justificación. Es otro golfo de Tonkín".
Stanley Karnow, periodista premio Pulitzer en historia,
autor de Vietnam: una historia, y quien cubrió la guerra
en ese país durante varios periodos entre 1959 y 1975, señaló
recientemente que "Irak, si no es exactamente otro Vietnam, podría
degenerar en una debacle igualmente calamitosa". Existen grandes diferencias
entre ambos casos, señaló Karnow, pero también algunas
similitudes.
En un artículo publicado esta semana en el diario
Los Angeles Times, Karnow comenta que mientras en Vietnam la justificación
era enfrentar el "dominio" del comunismo antes de que ocupara toda la región,
en Irak el gobierno de Bush ha dicho que es una batalla en la guerra contra
el terrorismo internacional. "Pero tal como sus antecesores en la Casa
Blanca fracasaron en comprobar su argumento de que Vietnam era indispensable
para la seguridad de Estados Unidos, Bush no ha presentado ninguna prueba
sólida para respaldar sus afirmaciones."
El problema, la resistencia
Destaca
que igual que en Vietnam, el poderío militar superior de Estados
Unidos devastó el país pero no logró enfrentar la
resistencia. Además, también existe el mismo problema de
distinguir entre aliados y enemigos. Sin embargo, dice Karnow tal vez el
aspecto más notable en que se parecen ambos conflictos es que "a
quienes cubrimos Vietnam constantemente nos inundaban de montones de detalles,
gráficas y estadísticas diseñadas para demostrar progreso
(presentados por) burócratas civiles y militares... Hoy, escuchar
a Bush y sus voceros entregando reportes eufóricos sobre los avances
en Irak me recuerda los boletines desde Vietnam que nos aseguraban que
"la victoria está a la vuelta de la esquina."
Karnow y otros advierten que aunque hay creciente escepticismo
y oposición en el Congreso a la guerra en Irak, los legisladores
continuarán aprobando fondos para ella, como en Vietnam, con el
pretexto de que se debe mantener el apoyo a los soldados que arriesgan
sus vidas allá.
Pero sólo hace un par de días el gobierno
de Bush alertó que otros 15 mil soldados podrían ser enviados
a Irak, y cada día asegura que la situación está bajo
control (repiten sus altos funcionarios que "80 por ciento de Irak" no
tiene problema, y que la zona del conflicto está reducida a un 20
por ciento del llamado "triángulo baazista"). Pero, ¿para
eso se necesitan cerca de 150 mil soldados?
Tal vez la diferencia más notable, entre los casos
de Irak y Vietnam, es que ahora hay una disidencia más amplia, investigaciones
formales sobre los pretextos de guerra y más dudas en la opinión
pública que en los primeros años de la guerra de Vietnam.
Como han comentado Noam Chomsky y Howard Zinn, esta aventura provocó
algo sin precedente: protestas masivas contra la guerra antes de que comenzara.
Los disidentes en tiempos de Vietnam insistían
en que poco a poco, en el transcurso de los años, lograrían
convencer a la mayoría de que era una guerra injusta y basada en
mentiras. Esta vez, según encuestas recientes, la mayoría
duda de la política bélica de su gobierno, pasados unos cuantos
meses de los primeros combates.
El ingreso de un veterano oficial militar de Vietnam,
el ex general Wesley Clark, a la contienda electoral presidencial también
provocará comparaciones. Clark, quien encabezó una de las
unidades que sufren el mayor número de bajas en combate en Vietnam,
está cuestionando directamente la política bélica
de Bush (quien evadió hacer su servicio militar en Vietnam).
Clark y otros han indicado que hay un serio malestar dentro
del Pentágono, entre las filas uniformadas, por las decisiones de
las autoridades civiles de proceder con la guerra contra Irak, y esto,
se supone, ha llevado a una serie de filtraciones y comentarios (como el
de Zinni), cuestionando la guerra desde los mandos militares, algo que
no fue tan evidente entre los altos circuitos de las fuerzas armadas durante
Vietnam.
Claro, más de 20 años después, entre
uno y dos millones de muertos en el sureste asiático y la pérdida
de casi 60 mil soldados estadunidenses en Vietnam, quien fue secretario
de Defensa durante el conflicto, Robert S. McNamara, confesó en
su autobiografía: "estábamos terriblemente equivocados" al
realizar esa guerra.
Si las cosas siguen como van en Irak, se pregunta Karnow,
¿también se tendrá que esperar hasta que uno de los
arquitectos de esta guerra emita un mea culpa en el futuro? Mientras
tanto, hay indicios de que el famoso "síndrome de Vietnam" (enfermedad
provocada por la derrota estadunidense, que obligó a los estrategas
a concluir que el pueblo estadunidense ya no apoyaría otra intervención
militar masiva en el mundo) -el cual el padre de Bush proclamó que
era cosa del pasado después de su invasión de Irak en 1991-
aún no ha sido superado en este país.
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