México D.F. Martes 30 de septiembre de 2003
Aumenta la presencia militar en las zonas donde
se abrieron caracoles, afirma
El gobierno responde con mano dura a las iniciativas
zapatistas: experto
El director del Zoomat acusa a soldados de participar
en el saqueo de especies protegidas
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal de Las Casas, Chis., 29 de septiembre.
"El gobierno federal ha decidido enfrentar el reto zapatista no con diálogo
y una salida pacífica, sino aplicando mano dura contra los municipios
autónomos y toda una estrategia de contrairsurgencia", considera
el investigador Onésimo Hidalgo, miembro del Centro de Investigaciones
Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (Ciepac).
Las constantes visitas de Luis H. Alvarez, comisionado
para el diálogo por parte del gobierno federal, "corresponden a
esta lógica, porque él continúa desparramando discursos
donde llama al diálogo al EZLN, y a la vez realiza encuentros con
ex zapatistas, como es el caso del 24 de agosto en San Miguel Chiptic (Altamirano),
donde el comisionado aprovechó el enojo de algunos indígenas
para continuar su campaña de desprestigio contra el EZLN", refiere
Hidalgo, quien desde hace varios años documenta la experiencia de
los municipios autónomos zapatistas y estudia el fenómeno
de la militarización.
Por su parte, el biólogo Carlos Guichard, director
del importante zoológico Miguel Alvarez del Toro (Zoomat), en Tuxtla
Gutiérrez, denunció ayer "que tropas destacamentadas
en la zona de conflicto están involucradas en la depredación
y saqueo ilegal de especies en peligro de extinción". Los militares,
dijo, sacan muchos animales de la selva para darlos a sus mandos. "Los
soldados quedan bien con sus jefes llevándoles un jaguar, un tigrillo
o una guacamaya, pues son afectos a tener como mascotas diversos tipos
de animales exóticos".
En
otra expresión de los problemas que causa la ocupación militar,
Guichard aseguró a la prensa local que comunidades de la selva chiapaneca
donde se encuentran los principales recursos bióticos de México
"han denunciado la depredación y saqueo de las tropas".
El director del Zoomat reconoció que existe tráfico
ilegal de especies para vender en el mercado negro internacional, si bien
"no consta que los militares sean parte de las redes del tráfico".
El gobierno opta por la presión militar
La investigación de Ciepac, divulgada por Onésimo
Hidalgo, revela que el 6 de agosto fue instalado un nuevo campamento militar
en la comunidad de El Vergel, municipio de Las Margaritas, cercano al caracol
de La Realidad. Y añade: "Durante el tiempo que duró
la fiesta de inauguración de las Juntas de Buen Gobierno (JBG) en
Oventic, se registró un incremento de patrullajes y se reactivaron
retenes militares en los municipios de Simojovel, Huitiupán, Ocosingo,
Las Margaritas, Chenalhó, La Trinitaria, Altamirano y Palenque,
entre otros".
Mientras, la organización de Las Abejas ha seguido
denunciando que por las noches los paramilitares realizan disparos en las
cercanías de comunidades y campamentos de desplazados en Chenalhó.
Ante este panorama, "el gobierno se niega a reconocer
en la Constitución los derechos de los pueblos indígenas,
se niega a cumplir las condiciones planteadas por el EZLN para la reanudación
del diálogo y ha optado por cerrar la pinza de la presión
militar y paramilitar para destruir al movimiento zapatista".
El investigador considera muy importante que los gobiernos
federal y del estado "demuestren con hechos que no son cómplices
de los paramilitares. Vicente Fox, como comandante en jefe de las Fuerzas
Armadas, debe ordenar la suspensión del incremento de la militarización,
retirando al ejército de las comunidades para que se concentre en
sus cuarteles".
Otras medidas que Hidalgo considera indispensables son
la desarticulación y castigo de los grupos paramilitares ("de quienes
el gobierno conoce nombres y apellidos porque están lo suficientemente
denunciados"), el respeto a los caracoles y a las JBG, a los derechos
humanos y a la libre determinación de los pueblos indígenas.
Después del surgimiento de los caracoles se
ha registrado lo que el estudioso considera una "ofensiva militar contra
los centros de resistencia civil y de buen gobierno de los municipios autónomos".
Tan sólo "por mencionar un ejemplo", recapitula "las incursiones
del ejército a las comunidades del municipio autónomo de
El Trabajo durante agosto, y denunciadas por la JGB del caracol de
Roberto Barrios".
A partir del 10 de agosto vehículos y patrullas
del ejército ingresaron a numerosas comunidades y ejidos. Durante
varios días interrogaron a los campesinos sobre "quiénes
son zapatistas", se metieron en los solares, establecieron retenes, tomaron
fotografías, y se fueron diciendo que volverían.
Francisco Villa, San José Usumacinta, Arroyo Granizo,
San Pedro, Portaceli, La Caoba, San Francisco Palenque, Cuauhtémoc
Chancalá, Nueva Betania, Boca Chancalá, Albino Corzo-Segunda
Sección, Francisco León, Río San Diego y Arroyo Jerusalén
son algunos de los poblados que las Fuerzas Armadas han estado "visitando"
en la franja norte de la selva Lacandona.
Según Hidalgo, a la voluntad del EZLN de quitar
sus retenes, construir las JBG, manifestar respeto a las organizaciones
no zapatistas con las cuales convive, dialogar y resolver de manera pacífica
los problemas con éstas, "la respuesta del ejército y el
gobierno ha sido la reactivación de los grupos paramilitares contra
algunos caracoles, como es el caso de Roberto Barrios". Señala
que "civiles armados hostigan a las personas que trabajan allí;
les han disparado, y su amenaza más reciente fue que desalojarían
a las bases de apoyo zapatistas."
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